martes, 29 de diciembre de 2009

A un paso…

Estudié Comunicación Organizacional, sin mucho detalle, esta especialidad está orientada al interior de empresas u organismos, lo que la hace diferente a la especialidad en medios masivos. En mis primeros años como profesionista me colé a cuanta empresa transnacional pude, y trabajé como pez en el agua en dicha área, la verdad es que me encanta, después decidí casarme y a esa decisión se le sumó 1 año y medio más tarde la de ser Mamá, por supuesto, como todo en la vida, a cada decisión se le suman una serie de consecuencias y a cada consecuencia, una nueva decisión, una cadena que va forjando nuestra historia.

En mi caso, la decisión de la que les hablaré hoy fue dejar de trabajar en el área para la que estudié, ya que cualquier trabajo de ese tipo, al menos así lo percibí entonces, me exigía un horario riguroso que me impedía estar con Luna y por tanto, no era una opción. Desempleada y con todo el tiempo del mundo, comprobé que mis sospechas de toda la vida eran ciertas…no sirvo para ama de casa, miren que quienes lo son merecen todo mi respeto, pero es algo que nomás no me sale, entonces pronto empecé a maquinar cosas que pudiera hacer para generar dinero, mantenerme ocupada y poder pagarle a alguien que me echara la mano con las labores propias del hogar sin descuidar a Luna y la solución fueron las ventas, vendía todo lo que se dejara vender, la única transacción pendiente fue la de venderle mi alma al diablo, pero de ahí en fuera, “you name it, I sold it” zapatos, ropa, joyería, cosméticos, en fin, en poco tiempo me di cuenta de que aquello de las ventas, si bien empezó forzado por mis circunstancias, me venía bien, trabajaba el tiempo que quería y nunca me faltaba dinero, luego pensé que si era tan buena vendedora, seguramente había alguien que me pagaría por hacerlo, busqué empleo y entré a una empresa del sector financiero donde puedo decir que me gradué como vendedora, eso es resistencia a la frustración y no payasadas. Luego puse un negocio por Internet que sigue vigente, bastante exitoso, si tan sólo siguiera siendo mío jajaja ejem ejem, eso como dice Doña Chonita, es otra historia, y luego entré como Gerente de Relaciones en una importante empresa cosmética.

Fue en esta última donde aprendí una importante lección que me ha servido cuando de trazarse metas y alcanzarlas se trata, funcionaba más o menos así: cada ciclo de venta tenía asignados ciertos objetivos en cuanto a facturación, número de vendedoras a mi cargo, número de pedidos, en fin, varios indicadores, yo conocía no sólo los del ciclo que estaba por empezar sino los de todos los ciclos que venían, así que el truco era trabajar por los números de tres ciclos adelante, así el actual, se daba por sí solo.

Si ya sé, a mi también me parecía un poco rebuscado, pero me lo explicaron así: Cuando planeas una fiesta, un gran evento, no decides el mismo día: "ok, bueno ya son las 8 de la mañana, como a que hora será bueno irle avisando a la gente?"...no, meses antes ya hiciste lo más importante: planear; ya agendaste, cotizaste, apartaste, invitaste y todo lo que termina en “aste” y así el día de la fiesta, todo está listo, y el objetivo ya ni siquiera es algo por alcanzar, lo único que tienes que hacer es llegar, y celebrar.

Ahora que el año agoniza y el tic tac del 2010 empieza a sonar cada vez con más fuerza, me he planteado no propósitos, sino objetivos para finales del 2010, oh sí, leen bien, para finales del 2010. Porque los objetivos que yo cumpliré en ese momento, me obligan a planear acciones directas, acertadas y eficientes, desde hoy, hablando en términos organizacionales, tendré dos o tres objetivos generales y muchos específicos que se irán cumpliendo mes con mes para que así, cuando sea el momento, lo único que tenga que hacer sea llegar y celebrar.

Les ofrezco esto como un regalo, como el regalo que fue para mi cuando lo entendí, vivir el ahora es estupendo, siempre y cuando cada cosa que hagas tenga un propósito, te acerque a un objetivo más grande. Basta de vivir al día, apagando fuegos, resolviendo las cosas como van llegando, como dándole a la piñata con los ojos vendados, tirando golpes a lo borras no acertando siempre y tratando de esquivarla cuando regresa a pegarnos después de que creíamos haberla vencido de un palazo.

Vive el presente, si, no vivas para trabajar, pero haz que cada acto, cada palabra, cada momento del ahora, sea significativo, para que mañana tu siguiente meta, esté a un paso de distancia.

Bienvenido 2010, tengo unos asuntitos que tratar contigo…

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Reír por convicción...

Los que me conocen, mis amigos, suelen describirme como alguien alegre, bromista y “ocurrente”, alguien con quien reír a carcajada abierta en cada oportunidad, y después de todo no es una percepción equivocada, yo decidí hace mucho, reír por convicción, porque la risa alimenta, estimula, sana y preserva, lo comprendí desde muy joven, la risa es siempre bienvenida, sobre todo cuando nadie la espera.

Mi Padre es un jarocho experto de la risa, cuando el se carcajea todos los demás lo hacen aunque no sepan el motivo, tiene una de esas risas que contagian, jamás cuenta un chiste completo, olvida el inicio, el desarrollo o el final, pero te ríes como loco porque su propia risa le impide continuar, así que podríamos decir que le heredé la risa y más que eso, los motivos para reír. Mi Madre por el contrario creció en una familia no muy expresiva en la que la risa sin duda, no tenía lugar y mucho menos prioridad.

Recuerdo las Navidades de mi más tierna infancia en Veracruz, mi Padre es de cuna humilde así que las casas que nos hospedaban distaban mucho de tener las comodidades de la nuestra en el DF, el baño sin puerta ni cortina…ni regadera! jajaja, la onda era bañarse a jicarazos, había carencias si, pero a nadie le importaban más que a nosotros, y entonces convertíamos todo en una queja, cómo vamos a ir 30 trepados en una camioneta hasta Catemaco?!!, no hay baño en esta playa?!! Trajeron todo para hacer sándwiches menos el pan?!!

En fin, para nosotros todo era una cadena carencia - queja - carencia y para ellos todo era una cadena carencia - risa - carencia, yo de verdad no lo entendía, ¿como podían reír de lo que faltaba?, de lo que salía mal, de lo que según nosotros, estropeaba la Navidad, ¿que clase de Navidad se limitaba a un regalo por niño bajo el árbol? Mi Mamá llevaba más pero mi Papá le había pedido que nos entregara sólo uno porque era lo que todos recibirían, los demás podían esperar al 6 de enero, y entonces, inconformes otra vez, nos resignábamos a abrir un solo regalo.

Llegado el momento de la celebración había, eso si, comida pa’ aventar pa’arriba, desde el guajolote que mi propia tía había despescuezado esa mañana, hasta los chanchamitos, “coman hasta que se lo tienten con el dedo”, decía mi Abuelo, y de nuevo la risa, reíamos tanto! generalmente de las anécdotas de la infancia de mi Papá y sus hermanos, reíamos tanto que daban las 12 y nadie recordaba que era hora de abrir los regalos, ahora mismo, no puedo recordar lo que me regalaron en ninguna de aquellas Navidades, lo que sí recuerdo es que iniciada la celebración ya no éramos ellos y nosotros, éramos todos, la familia, riendo.

Ahora, con frecuencia me quejo un poco en broma, un poco en serio, de las cosas que se han transformado respecto a la Navidad, que se celebran equivocadamente, el materialismo que impera, la falta de fé…y recuerdo con nostalgia aquellas Navidades en Veracruz, mismas que mi Padre ha creído siempre que odiamos y en las que recibí la mejor lección y ahora que lo pienso, el mejor regalo: la risa.

No desdeño el valor de una lágrima, ni la sensibilidad ante lo que pasa a mi alrededor, el conmoverme lo disfruto, las injusticias me llevan a reflexionar y a tomar acciones, el dolor me recuerda que estoy viva y los golpes, que soy fuerte, los fracasos me impulsan a seguir y los errores a aprender.

Esta Navidad en la que mi pequeña familia atraviesa por tantas transiciones, en la que los problemas económicos amenazan nuestra tranquilidad, en la que puedo ofrecerle tan pocas certezas a Luna, he decidido que junto al árbol, además del oso de peluche y el gusanito que pidió, encuentre alivio, calor y refugio en la risa. Es mi intención ponerle todo a mano y luego llorar de alegría cuando la vea reír, reír siempre, reír por convicción.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Antes de irme...

Cuando tenía 26 años (no hace tanto si uno es positivo) dejé la casa de mis Padres lista ya para volar, valerme por mi misma y disfrutar de mi soledad, que no duró mucho, poco menos de un año después me casé y mi casa se convirtió en la nuestra, luego llegó Luna y el espacio nos parecía tan poco y tan pequeño para ofrecerle que nos dimos a la tarea de encontrar una nueva casa, otra casa más nuestra.

Tras iniciar el via crucis de visitar 10 fraccionamientos nuevos, por cierto uno no se explica pa' que tanta casa con tan poca gente que pueda comprarla, dimos con una que nos encantó, a mi más que ellos, de principio a fin, grande, bonita, me gustó hasta el nombre del modelo: Pisa, me gustó hasta el nombre de la calle: Veneto, me gustó hasta el nombre del fraccionamiento: Villas del Mediterráneo, me gustó su fachada, su patio y sus escaleras de madera, la cocina grande que nunca usaría y el ventanal que comunica el comedor con el jardín, convencidos con la elección, no quedaba más que comprarla.

Y venimos todos, recuerdo a Luna correr por la sala aún vacía con los brazos abiertos gritando: aquí si cabemos Mami! y estaba él y estaba yo, los perros y la tortuga, vino la luz, el agua, la tele de paga, teléfono e internet, casa llena, plena, completa, donde Luna podría crecer y cultivar los más hermosos recuerdos, donde hacerse viejos leyendo libros en la banca de piedra que decidimos poner al frente y desde donde saludas a los vecinos que te caen bien porque no hacen más que saludar.

La vida siguió y la rutina, el desamor y lo que sea que nos haya llegado, llegó, y poco a poco se desmoronaron primero los sueños, después los lazos y por último la familia, y aquella casa hermosa iba perdiendo luz, cada vez un lugar menos cálido para estar, un peor lugar del cual guardar un buen recuerdo y un día, como bien dijo Luna, se rompió.

Luego vienen las dosis de realidad, las cuentas por pagar y la casa se vuelve insostenible, no es más nuestra casa y está a punto de no ser tampoco mía ya. Uno trata por supuesto de consolarse, porque finalmente no hay más remedio que continuar, que guardar en las maletas lo más indispensable y echar mano de la fuerza que habita en nuestro interior y que es lo único que acompañará nuestros pasos vayamos donde vayamos, porque a final de cuentas, tu vida no le importa a nadie más que a tí, suena duro y es tan duro que mas cierto es, tu vida no le importa a nadie más que a tí.

Ahora con un innegable sabor a fracaso vuelvo a refugiarme en las cuatro paredes en las que crecí, a una casa que hace mucho ya no es mía y que jamás podría llamarla nuestra, pero voy, a sabiendas de los golpes que vendrán, de lo difícil que se avista la adaptación a las costumbres que de sobra conozco pero que ya no son las mías.

Sin embargo, con todo el dolor que me causa dejar esta casa ya ni nuestra ni mía, me he propuesto conseguir un lugar más bello, no sé de que tamaño ni en qué colonia, pero más bello, con más luz y más paz, más mío y más nuestro donde Luna pueda ahora sí crecer con los mejores recuerdos de su infancia y mientras tanto seguiré empacando, adiós Pisa, adiós Veneto, adiós Villas del Meditarráneo.

Ya ni nuestra ni mía, pero como duele dejarla...tengo que continuar...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Decir lo que se siente...


"Yo quisiera decirles lo que siento
y mi modo de sentir y pensar;
pero creo que no se me va a facilitar
expresarles ese sentimiento.
Porque, según veo, una cosa es sentir
y otra es explicar lo que se siente,
Por eso hay tantísima gente
que no halla luego ni qué decir."
Margarito Ledesma (Gracias, J.)





Hace un par de días, escuché en hermosa lectura este poema de Margarito Ledesma, titulado "No es lo mismo" por cierto se los recomiendo, me encantó su poesía por coloquial y desenfadada, y más allá de eso, sucesos posteriores me trajeron a la mente una y otra vez este poema, cada día enfrentamos sentimientos de diversa índole, que de acuerdo al sentido común deberíamos tener ya muy bien diferenciados, es decir, yo reconozco que cuando por ejemplo estoy esperando para tomar un lugar de estacionamiento que se está desocupando, llega alguien y me lo agandalla, lo que siento se llama: enojo. Cuando visito a un cliente con cierta expectativa del acuerdo con el que saldré de dicha cita y no lo consigo, lo que siento se llama: frustración. Cuando después de un viaje de casi una semana, mi hija se niega a responderme el teléfono, lo que siento se llama...caramba, la cosa se complica...y se complica porque los sentimientos como las personas, no tienen una única definición, son una combinación de sensaciones, que recorren alma y cuerpo, creando un atarantamiento tal que hace difícil separar unas de otras.

Y si de sensaciones complicadas de explicar hablamos, podríamos ponerles nombres como amor, odio, despecho y las más incomprensibles y ambiguas como chipilez, "depre", abandono, pasando por todas positivas y negativas, qué palabras alcanzan a definir lo que en efecto estamos sintiendo?

Además de lo complicado que de por sí es tratar de explicar como nos sentimos, nos topamos con las palabras desgastadas que forman nuestro vocabulario, es como si algunas palabras, de tanto decirlas fueran perdiendo su esencia, son palabras que yo llamo de "Pedro y el Lobo" seguramente conocen la fábula, Pedro miente por diversión diciendo que viene el lobo, cada vez que lo dice la mentira pierde fuerza y cuando es real, lo que dice ya no tiene valor alguno y entonces nadie le cree llega el Lobo y...bueno, todos sabemos el final.

Palabras y frases como: te quiero, te amo, cuenta conmigo, gracias, estoy bien, lo siento, perdóname, estoy enojado, de tanto decirse, les pasa lo que a la mentira de Pedro, y cuando las quieres decir "de veras" a ver quien te cree, si las escucha todos los días y en cualquier espacio es difícil reconocerlas. Valdría entonces hacernos de un buen cofre con llave de combinación donde guardar aquellas palabras que deseamos que conserven su esencia, para que cuando las digamos, tengan en el que las escucha, toda la fuerza con la que nacieron, para que un Te Amo o un Te Extraño, reflejen en sus propias letras todo aquello que sentimos y aunque de cualquier modo resulten insuficientes, buena ayuda serán para ayudarnos a expresar lo que sentimos.

Elegir nuestras palabras, administrarlas, cuidar su esencia, alimentarlas mientras se encuentran bajo nuestro resguardo y cuando sea oportuno, dejarlas salir, es un buen ejercicio, no sea que de tanto decir y decir, llegue el Lobo, se coma lo que sentimos y nadie se entere.

Hay tanto más que siento y tanto más que decir pero si me lo permiten, de momento lo guardaré en mi cofre.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Su abrazo...

Ayer me encontraba yo en franca ligereza mental, tecleando posts en twitter como sólo yo se hacerlo, a lo borras, la noche transcurría sin más preocupación que aquella de contar algún buen chiste y darme por satisfecha al ver que ocasionaba una reacción en el prójimo.

Fue entonces cuando a mi puerta se presentaron cual jinetes del apocalípsis, mi Papá, mi Mamá, mi hermana y mi sobrino, buscando engañar mi aguda intuición entraron cada uno con una ofrenda en la mano, una chaska (esquite en otras ciudades) para mi, una para Luna y un refresco para cada una, yo trataba de convencerme a mi misma de que aquella visita tenía el único objetivo de departir agradablemente durante unos minutos en lo que las breves chaskas servidas en pequeños platos de unicel (de las de a 8) se terminaran.

Todo iba bien hasta que tras un levantamiento de ceja de mi Madre, mi hermana tomó a mi sobrino y lo llevó arriba para ver a Luna...que por cierto ya dormía así que no tengo idea de lo que querían verle, ya sola y desarmada frente a mis progenitores, llegaron las mortales palabras que habrían de hacerme tambalear: "Queremos hablar contigo"...la deliciosa salsa vertida sobre mi chaska conocida por sacar las lágrimas a quien la prueba se quedó corta en sus esfuerzos antes tal frase, y hablamos...

Los detalles por supuesto sobran, uno sigue siendo el niño caprichoso necio y dueño de su verdad: es que ellos no saben!, no están aquí, como va a ser que me vengan a decir lo que yo tengo que hacer?, es mi vida!...lo que en realidad cala hasta el hueso es la verdad que ellos poseen, la primera, todo lo que te ha formado desde que naciste, todo lo que has pasado y tu capacidad (o la falta de ella) para resolver poco a poco los golpes a los que te has enfrentado en la vida y entonces no queda más que rendirse, entregarse a su amor y comprender que pase lo que pase, nadie estará para tí como ellos lo están, como debes y estarás tú para tus propios hijos.

Desacuerdos, dolor, llanto y hasta uno que otro grito con la bendita voz que Dios le otorgó a mi Madre y mi Papá callado, observa, de vez en cuando modera, opina, siempre breve, siempre certero, y después claro, vinieron las pausas, los silencios, los acuerdos.

Cuando todo parecía haber terminado con los ánimos calmados y las cabezas frías, la despedida. Mi hermana bajó con mi sobrino y salieron rumbo al coche con mi Madre, mi Papá se quedó parado, inmóvil, callado y yo entendí la invitación, me acerqué y lo abracé como hacía años no lo hacía, tantos que no recuerdo, y el me abrazó, me cuidó y aún en silencio, me dijo en ese abrazo lo que calló durante toda su visita.

Y aún ahora, que la calma que le sigue a la catarsis me permite pensar con claridad, no recuerdo que mi Padre me haya dicho jamás "te quiero" lo cuál no sería tan extraño supongo que en general, así son los Padres, lo inquietante es darme cuenta de que tampoco recuerdo habérselo dicho yo.

Gracias por leer mi blog Papá, te quiero.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nada nuevo...

Hay un punto en la vida en el que nos damos cuenta de que día a día nos repetimos, en el sentimiento ya experimentado, la respuesta conocida, el lugar común y en ello basamos tanto nuestras acciones como nuestros miedos.

Será así? que no enfrentamos nada nuevo, que la vida misma se repite?. Nos conocemos tan al dedillo cómo para saber como reaccionaremos ante determinandas cosas?. Las situaciones que se nos presentan en efecto, no, no son nuevas, quizás diferentes y entonces los nuevos podemos ser nosotros, los que reaccionen de forma inesperada aún para nosotros mismos.

Sería interesante perder la calma en aquello que contenemos y guardarla en lo que de forma acostumbrada seguimos nuestros impulsos, a ver que pasa.

Y quizás al hacerlo, tampoco haya nada nuevo...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La casa rota

Que difícil es cuando te das cuenta que has vivido gran parte de tu vida llevado por la corriente, haciendo todo aquello que se supone que por estándar social tenías que hacer en su momento: estudiar una carrera, tener un noviazgo, casarte, tener hijos, comprar una casa, auto propio y viajar una vez al año a la playa, pasear los domingos y comprar un perro, son cosas que la gente hace, cosas...que se supone que deberíamos hacer.

Entonces uno se adentra en la inclemente multitud y queda todo apretujado en el montón y ni para donde hacerte, en el mejor de los casos encuentras un huequito donde no te muevan demasiado o logras asirte de un poste y conseguir que el gentío no te arrastre demasiado lejos.

Esa sensación, es como el sueño que te oprime y te hace gritar desesperadamente...y nadie escucha. Es la sensación de llevar un rumbo equivocado y no poder virar, de estar en donde no eres feliz y no poder salir, de contemplar un futuro que no se parece ni por asomo a lo que soñaste y no poder renunciar.

Pero se puede, cuando sabes lo que quieres, cuando estás seguro que surgiendo del dolor serás una mejor persona y aquellos a tu alrededor también, cuando tienes la certeza de que ni tú ni el otro son felices ya, haciendo lo que se supone que deberían...se puede, aún cuando los compromisos atan y la incertidumbre te ronda, porque la vida que nació cómo un deber hacer es vida más grande que la tuya y es por esa vida que hay que encontrar el valor...y virar.

En mi caso, esa vida es Luna, que es la prueba inequívoca de que aún con todos nuestros errores y malas decisiones, siempre hay algo bello que justifica nuestra existencia, que nos rescata, que nos demuestra que ni un minuto de vida ha sido desperdiciado y esa vida es capaz de ver más lejos de lo que imaginamos, de entender lo que sucede más allá de nuestro propio entendimiento.

Y un día la descubres escribiendo en su diario: Papito no vive más aquí, tiene una nueva casa que me gusta, voy a tener 2 camas y 2 cuartos y 2 de todo, mi casa se partió en 2, me gusta mi casa rota.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Fíjate en las que están poniendo...

Una vez más recurro a aquellas fábulas educativas que mi Madre sabiamente me compartía a fin de hacerme llegar las llamadas lecciones de vida mismas que entraban por un oído y salían por el otro porque no alcanzaba a comprenderlas sino hasta que la vida misma me ponía frente a una situación en la que es inevitable pensar: eso quería decir mi Madre.

Por motivos que para variar no comentaré, la historia que viene ahora a mi memoria es la de aquel granjero que todos los días sufría y se lamentaba por una gallina (de entre 100) que nomás no quería poner huevos ante lo cual, el consejo de su compadre, también granjero, fue: No te fijes en la echada, fíjate en las que están poniendo, que eran además 99 contra 1.

Que cierto es, que gusto tenemos por engancharnos en ese pequeño detalle, en esa particular persona, en esa singular situación en la que no tenemos ya nada que hacer, ya sea porque no tenemos el alcance, la posibilidad o la influencia para cambiarlo y es justamente esa "misión imposible" la que nos empecina y apasiona y entonces vamos contra viento y marea tratando de controlar una situación que si uno diera dos pasitos para atrás, caería en cuenta de que es una nimiedad que se pierde en el mar de bondades que nuestra realidad ofrece.

Así que ahora cada vez que algo así sucede, que me descubro luchando infatigablemente a fin de buscar solucionar una causa perdida, inevitablemente caigo en la cuenta de que es necesario dar ese par de pasos hacia atrás y ante la nueva perspectiva que esa vista ofrece, fijarme nada más, en las que están poniendo.

domingo, 8 de noviembre de 2009

De copas preformadas y tanguitas de colores...

Que necesidad? digo yo, de que la vida y cada momento y cada palabra tengan necesariamente que resultar de provecho para alguien o para alguna causa.

Cierto es que hay temas que es menester conocer a fin de considerarse un buen ciudadano y ser capaz de crearte tu propia opinión y si es el caso, tomar una postura congruente con tus principios, pero que tedioso es vivir cada segundo pendiente de que tu acción sea relevante para el fin que crees justo, sí, digo lo que digo, que tedioso y que se ofendan los ofendibles.

Con lo dulce que es dejarse caer de vez en cuando en espiral directa a la simpleza, aterrizando en carcajadas abiertas, que surjan a la menor provocación por comentarios de sentido común, cuando alguien hace una broma insulsa respecto a algo que tú también has pensado, que sabroso es reír, comprobar que las tonterías son más universales que los partidos políticos y las posturas sociales.

Reír es casi lo único que podemos hacer sin distinciones, habrá quien se haya reído a costa de quien considera su enemigo, pero dichoso aquel que en un momento, ha reído junto a su enemigo por la misma cosa, haciendo que la risa desvanezca las lineas que pronto se surgen de nuevo cuando el momento pasa y que más da?

Y entonces puede ser que el asunto no esté en decir cosas que no resulten de provecho para alguien o alguna causa, sino encontrar la riqueza de que esa causa sea el desenfado y la carcajada que son de sobra, motivos nobles.

Así que de cuando en cuando volveré a explicar los usos y ventajas de las copas preformadas en épocas de frío y por qué es bueno tener muchas tanguitas de colores...

sábado, 7 de noviembre de 2009

El cuento aquel de la mula...

Recuerdan un cuento que aparecía en los libros de texto de primaria, en el que un anciano, una mula y un niño, viajaban de un punto a otro y nadie estaba de acuerdo en la forma en que lo hacían?, si el niño iba montado, pobre viejo, si el viejo iba montado, pobre niño, si iban montados los dos, pobre mula, si ninguno montaba, par de tontos.

Ayer me pasó algo similar, no sé a quien me parezca más, si al anciano, al niño o a la mula, y entonces me di cuenta que cualquier interacción genera controversia, que tenemos una necesidad enorme, no sólo de decir lo que pensamos, sino de querer que otros piensen y actúen como nosotros.

Por motivos que como en toda discusión idiota, uno ya no acierta a recordar cuando dicha discusión ha llegado a su fin, me enfrasqué en una de esas controversiales debates-discusiones en las que al final de cuentas no hay vencedor ni vencido y el inevitable final es una mano estrechada, un te sigo y me sigues y todos contentos, que deja en la boca un sabor a clásico futbolero con marcador final empatado.

El caso es que mensajes empezaron a llegar, de todos lados, de todo tipo, por supuesto en ese momento, aún con la adrenalina corriendo por mis venas, tomé todos los comentarios de quienes estaban de acuerdo conmigo, como ciertos y los otros...apenas conseguían llamar mi atención. Es curioso como las pasiones humanas se desbordan cuando uno trata indefendiblemente de convencer al otro de tener la razón.

Lo peor, es que ese sabor a marcador final empatado, se tiene en realidad todo el tiempo, uno sabe desde que inicia que tarde o temprano se llegará a un acuerdo, la lucha consiste en llegar al acuerdo del que uno está convencido, y en el mejor de los casos el acuerdo final es que cada quien se quede con su propio acuerdo, se lo meta por donde le quepa y aprenda a respetar el del otro, porque simplemente no puede ser de otra forma, cuando de discusiones absurdas se trata.

Y bien, caí en la tentación de debatir sin gran causa de por medio, de la lucha incesante por demostrar que uno tiene la razón, aunque el tenerla no le traiga nada de provecho a nadie, si, supongo que yo era la mula...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Con la mente en blanco...

Aquí debería estar la entrada de hoy...y de hecho está, sólo que hoy no dice nada... y de hecho dice, sólo que nada interesante.

Mañana será otro día...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Drama necesario

Desde siempre he notado que hay en mí una propensión al drama difícil de controlar, es como si el complicar lo poco complicado trajera una sensación de intensidad que a veces hace falta, una vez alguien me dijo: "tan fácil que es pasar la vida como flotando en un lago, sin que nada te perturbe" y casi sin pensar respondí: "a mi me gustan las tormentas".

Yo además como mujer, no hablo por otras porque carezco de ese derecho y claro está que en este tema es poco "polite", fui entrenada para el drama cual gimnasta rumana con miras a las olimpiadas...desde muy pequeña. El entrenador, contrario a lo que todos pudieran pensar, no fue mi Madre, sino mi Padre, porque el fue quien me probó que hacer drama era necesario, a veces para conseguir lo que se quiere y a veces, las más, para demostrar lo que se está sintiendo.

Si, leen bien, dije "a veces para conseguir lo que se quiere" la manipulación está intrínseca en toda mujer y aquella que se sienta libre de pecado, que tire la primera piedra, yo lo sé, lo acepto y no me apena decirlo, la reacción a la manipulación depende del otro, una hace su lucha.

En fin, en mi caso como en el de la mayoría de las mujeres con un equilibrio mental más o menos decente, el tema de la manipulación es cosa parte y se hace de forma casi involuntaria de cuando en vez, pero lo otro, el drama para demostrar lo que se está sintiendo, ese si lo tengo muy arraigado, y es además lo que creo que me ayuda a mantener el nivel de humor e ironía, que me son tanto o más necesarios que el drama mismo. Sólo mostrando el descontento, la decepción, la frustración y cualquier otra sensación que conduzca al drama, es como me veo capaz de superarlo, siendo dramática me libero de los sentimientos negativos y sigo adelante, lo lindo sería que los demás lo entendieran así y de hecho confío en que mis allegados lo hacen.

A veces encuentro a otras personas como yo, abrazadas al drama, que lo aceptan, lo comparten, casi diría que lo ejercen, y me encanta poder abrazarlo juntos y saber que del drama viene la burla y te duele y te divierte, todo al mismo tiempo y luego sigues como si nada hubiera pasado. Esos, los cómplices del drama, los que lo viven como yo, son la mejor parte de aceptar que en mi vida, el drama es necesario...

lunes, 19 de octubre de 2009

Por no dejarlo vacío

Siempre he tenido, como tantos, la inquietud de escribir lo que se enmaraña en mi cabecita loca sin demasiada preocupación acerca de lo que otros piensen que debería o no ser, la corrección impecable en las formas sociales nunca me ha definido, si bien en términos de negocios y RRPP no he tenido el menor problema en desempeñarme satisfactoriamente, en lo que a la vida común se refiere, soy aquella que "nunca brillará en sociedad".

Puedo decir en mi defensa que aquellos que están a mi alrededor rara vez consiguen aburrirse, y yo tengo la gran satisfacción de decir que jamás me aburro conmigo, es mi gran orgullo saber que las personas con las que tengo algún tipo de contacto, me adoran o me odian, rara vez me olvidan, no he querido hacer estadísticas de cuántos me adoran y cuántos me odian, 1o. por no llevarme tremendo susto! y 2o. porque esos dos estados emocionales le pertenecen al que lo siente y no al objeto del afecto y yo soy muy respetuosa de las cosas ajenas.

El mote de "Mala Calaña" me acompaña desde hace poco más de 10 años aunque ahora no logro recordar quién me lo dió y a cuenta de que, seguro es que motivos no le faltaron y yo decidí abrazarlo cariñosamente hasta convertirlo en mi marca registrada, la firma original era Taniamalacalaña, inconvenientemente largo para algunos espacios que disfruto.

Y bien, como el título lo dice, este textito introductorio tiene el único objetivo de que, quien sea que se aventure a darle click en mi blog no encuentre un espacio vacío, porque si algo me distingue es la incapacidad de estar en un lugar y no decir nada.

Sea pues esta mi primer entrada y a ver que otras letras consigo salpicar en lo futuro...