jueves, 28 de enero de 2010

#mevalemaiz




Hace un par de semanas cambié mi avatar en twitter por un pedazo de una mala foto que me tomé con la webcam de la minilap, era la primera vez que usaba la cámara, así que saqué como 20 fotos, una se abrió pero sólo se alcanzaba a ver una parte y me gustó así que abrí la foto y la recorté para que se viera sólo parte que por accidente se había mostrado la primera vez. La coloqué como avatar de twitter y como siempre que alguien cambia su avatar, los comentarios no se hicieron esperar, yo pregunté si me veía mala y alguien dijo por ahí que si, que parecía una asesina, el resto de la historia ya la conocen, todo fue a parar en un concurso, un juego, un ejercicio literario que llamaría la atención de más de uno, pero atrás de lo que todos vieron pasaron algunas cosas que hoy les quiero compartir.
La idea de Twitteras Asesinas comenzó a crecer, a llamar la atención y casi se me fue de las manos, todo mundo opinaba, criticaba, positivamente o no, el proyecto, me llamaron de todo: diva, discriminadora, la vestida…ah no, eso se lo dijeron a alguien más, bueno, el caso es que adjetivos fueron y vinieron, de nuevo unos positivos y otros negativos, y yo seguía sin entender bien que era lo que estaba pasando, trataba a toda costa de armarme de oídos sordos o en este caso de ojos ciegos aunque debo reconocer que no fui del todo exitosa, no entendía el por qué de determinados comentarios llenos de odio y veneno, hubo por supuesto quien hizo una crítica si bien en contra, por lo menos respetuosa, esas fueron bienvenidas perdí algunos amitweets, gané algunos más, pero el trance fue difícil.
En más de una ocasión, los ataques me hicieron apagar la computadora, olvidarme de todo y salir a tomar aire, luego regresaba a decir #mevalemaiz y continuaba, cada vez que esto ocurría me refugiaba de twitter en el mundo real, tal como lo haría usualmente en el otro sentido, refugiándome del mundo real, en twitter, cerrada la compu no había nada, ni blog, ni ataques, ni amigos, ni detractores, nada, era yo sentada tomando mi chai latte, sin que nadie advirtiera en mi algo diferente, por qué volver entonces? En el mundo real, segura, libre de insultos y recriminaciones, por qué no quedarme ahí? En la pacífica y confortable realidad, así lo pensé, en más de una ocasión, pero luego pensaba, y las que participan? Las que sin ningún tipo de cuestionamiento, levantaron la mano para sumarse a esta locura y en 6500 caracteres hicieron un derroche de talento tal que esto se convirtió en lo que es. Por qué lo hicieron? Que las motivó? No tuve siquiera que pedirles la respuesta, cuando todos hablaban de ellas y los espacios se empezaron a abrir, empecé a recibir sus mensajes exponiendo las razones para participar y entonces supe que había valido la pena.
Escribieron porque en ellas está latente la necesidad de expresarse, porque confían en su talento, porque a veces, al vivir el día a día siendo profesionistas, mamás, esposas, novias, MUJERES en una palabra, lo que llevan dentro se queda en la sala de espera y mientras ansía escuchar que alguien venga a decirle que es su turno, parece apagarse, pero no se extingue.
Esta es apenas una ocasión para mostrar de una buena vez lo que tienen que ofrecer, este, es su turno.

Por ustedes, queridas #twitterasasesinas, vale la pena volver a twitter y decir #mevalemaiz

Gracias desde el alma

Tania Valladares

jueves, 7 de enero de 2010

La vie en rose…

El título de esta entrada invita a recorrer con la mente las calles parisinas y a muchos sin duda les traerá a la memoria auditiva, la dulce voz de Edtih Piaf entonando la famosa melodía. Sin embargo, odio decirlo, el título obedece a temas muchos más banales. El día de hoy después de haberme dormido a las cuatro de la mañana, desperté a las siete muy feliz y llena de energía para cumplir a tiempo, primero con atender, arreglar y llevar a Luna al colegio y después con acudir puntual a una cita con un cliente, el lugar se encuentra muy cerca de mi casa-oficina así que a las nueve salí muy contenta sin prisa pero sin pausa para mi cita…de las nueve…ejem…bueno, como dije, está muy cerca, el caso es que llegué primero que el cliente y esperé veinte minutos afuera de la oficina mientras sentía que mis manos perdían movilidad y mi piel tomaba un colorsito cada vez más azul, tirándole a pitufo, al tiempo que eso sucedia me dí a la tarea de observar a las oficinistas que llegaban muy arregladitas corriendo a sus lugares de trabajo, una era igualita a “Madeleine”…cielos, quizás el día tenía un toque de Francia después de todo, el caso es que ni la espera ni el frío lograron apagar mi ánimo, por fin el cliente llegó, pasamos a su oficina y cuando encendí la laptop, la pantalla se iluminó con un hermoso color rosa…fucsia!...con risita de “jeje, esto nunca me había pasado”, hice lo que cualquier ser humano sensato hubiera hecho…le sorrajé dos guamazos a la pantalla a ver si algo se resolvía y nada pasó, acto seguido, hice lo que cualquier ser humano sensato hubiera hecho después, la apagué y la prendí mientras oraba en mi interior por que algo cómico-mágico-musical sucediera y la laptop encendiera como si nada, cosa que no ocurrió, en segundos el hermoso rosa fucsia cubría de nuevo toda la pantalla, ante la mirada impaciente del cliente sonreí y dije “es una muestra de la visión siempre positiva de nuestra consultoría” afortunadamente el cliente soltó una carcajada y me ofreció una USB para cambiar el archivo y verlo en su computadora, así lo hicimos y la cita transcurrió cordial y con excelentes resultados.

Al salir de ahí recordé que apenas el martes pasado después de desayunar con dos entrañables amigos había perdido el boleto del estacionamiento y por supuesto tuve que pagar una multota para lograr rescatar mi automóvil, cuando salía del estacionamiento, metí la mano a la bolsa para buscar unas pastillas y apareció el mentado boleto, no pude más que soltar una sonora carcajada, la había pasado tan bien que nada lograba modificar mi ánimo.

Hoy después de la cita, llegué a las diez treinta a mi cita de las diez…ejem…por fortuna, nuevamente fui la primera en llegar, lo siento por mi amigo que se vió obligado a soportar estoicamente el color rosa de mi pantalla mientras hacíamos su catálogo de cursos y saliendo de allí me dí a la tarea de buscar una nueva computadora, con la ayuda y el buen ánimo de unos cuantos consejeros cuyos comentarios aprecio enormemente, tanto el día del boleto perdido, como hoy, el día de la laptop fallecida, mi buen ánimo se mantuvo y además ha ido a la alza, muchos afirmaron: vaya día! que mala suerte! hazte una limpia! y mensajes por el estilo, y yo siempre respondía, por qué? estoy super bien!

Y la verdad es que no había caído en cuenta de ello, mi Mamá siempre dice, la vida te ofrece dos caminos, en uno la pasas bien y en otro mal, aún cuando la opción sea solo una, a ver si consigo explicarme mejor, el día del estacionamiento, la circunstancia era definitiva, no había opciones, perdí el recondenado boleto, sin mencionar que antes de eso recorrí tres niveles buscando el coche, la caseta de salida no funcionaba por lo que tuve que ir a la entrada, cuando les dije que había perdido el boleto me dijeron que tenía que ir a la salida principal a que tomaran mis datos, como esta, según yo, no servía, fui caminando y cuando llegué me dijeron que no podía ir caminando, que regresara por mi automóvil y presentara mi tarjeta de circulación y una identificación, allá fui caminando otra vez y por fin conseguí salir, suena cortito pero la odisea me llevó cerca de una hora, sin embargo, al salir, seguía tan contenta por el encuentro previo y tan enfocada en recordar las risas y los abrazos y las anécdotas que mi cerebro y corazón no tenían espacio ya para ningún otro tipo de sentimiento y cuando apareció el boleto, apareció también la carcajada, lo mismo ocurrió hoy, el enfoque en los aspectos positivos del día, han impedido que ni el hecho de gastar seis mil pesos totalmente fuera de presupuesto y de tener que pasar todos mis archivos de una computadora a otra, hayan hecho mella en mi ánimo.

La verdad es que no lo hice consciente hasta que conversaba con alguien en messenger que me dijo: “por lo que leo te ha ido bien” y yo sin chistar dije: “si!” y mientras espero la llamada para recoger la nueva laptop, empecé a escribir esto en la pantalla aún rosa fucsia de la vieja compaq, que me recuerda que sin duda, siempre es posible elegir esta opción, siempre puede verse “la vie en rose”.