miércoles, 22 de diciembre de 2010

Decisiones...


Hace un tiempo que traigo este tema pendiente en el tintero, es curioso... me tomó demasiado tiempo decidirme a escribir sobre las decisiones.

Y es que en el tema de las decisiones pareciera no haber leyes escritas, aunque hay ideas que durante años me han dado vueltas en la cabeza, como aquella que asegura que la decisión correcta y la más difícil son quizás con demasiada frecuencia, la misma.

Me quedo como siempre con lo que me dijo mi Papá, cualquier decisión, si estás totalmente convencida de ella, es la correcta.

Otra idea de tomar decisiones que siempre me viene a la mente cuando no tengo más remedio que tomar una, es un pasaje del cuento de Alicia en el País de las Maravillas que probablemente haya citado ya por aquí. Alicia se encuentra al gato de Cheshire en una bifucarción y le pregunta cuál es el camino correcto, el gato le pregunta a donde va y ella responde que no sabe, entonces él le dice: si no sabes a donde vas, cualquier camino es correcto.

Y creo que ahí reside todo, la decisión concreta, certera, viene cuando tenemos claro hacia donde queremos ir, o igual de importante, hacia donde no.

Luego viene claro la renuncia, porque aunque suene paradójico, algunas veces... me atrevería decir que siempre, la renuncia es una forma de avanzar, necesariamente al tomar una decisión, cuanto más si es la correcta, es necesario renunciar a algo y nada se logra al aferrarse a lo que fue y mucho menos a lo que pudo ser...

Entonces, tras el duelo de la renuncia y con la vista puesta en el objetivo, hay que avanzar y seguir y... hace unos días fui con mi hija a ver "Enredados" una adaptación de Disney al cuento de "Rapunzel", cuando ella está a punto de conseguir su sueño, por el que ha luchado y se ha atrevido a dejar todo atrás, se siente aterrada preguntándose que pasará luego de que lo consiga y el galán en cuestión le dice: "esa es la mejor parte, vas en busca de otro sueño."

Creo que es cierto, estoy convencida de ello, iré en busca de otro sueño, quizás no por haber alcanzado uno sino por llevarlo hasta donde pude darme cuenta de que era momento de renunciar, y seguir adelante.

Como siempre... o como nunca antes, iré con todas mis fuerzas tras de otro sueño y otro después de ese y otro más...