jueves, 31 de agosto de 2017

Dum Spiro, Spero

Desperté de la anestesia y lo primero que escuché fue al enfermero decirme: "está grande la cicatriz!"... no pude verla hasta el día siguiente y no era grande... era enorme!!, 20 cms de largo, 15 puntos, "no pensé que fuera tan grande" decían los que la veían y yo sólo pensaba: "yo tampoco", pero ahora es parte de mi, no puedo borrarla ni cambiarla, no puedo negar su existencia aunque consiga ocultarla, es tan mía como mis virtudes, defectos, manías, vicios y mi historia, es a fin de cuentas... yo

Y me hizo pensar en todas las personas que han aceptado sus cicatrices, visibles o no, más grandes más chicas, quienes viven aún con un dolor permanente y también en quien no ha conseguido amigarse con ellas, y entonces me sentí tan chiquita, ya sé que se están riendo en esta parte, pero no encuentro otra forma de expresarlo, tan básica, tan ridícula, taaaan mal de sentir que superar mi cirugía era algo relevante frente a lo que otros enfrentan día a día.

Hoy me encontré a Gorge en la calle y desde lejos me hizo señas de que no rengueo (cojeo), le dije que yo siento que camino en un vaivén incesante pero me dio gusto que me dijera que no se nota, es de alguna manera un triunfo personal... y de nuevo, un triunfo tan insignificante.

Supongo que lo que quiero decir es que después de apenas unas semanas de no poder caminar por mi propio pie, de sentir dolor al hacer las cosas más básicas como subir una escalera, levantar la pierna o pararme de un asiento, siento un respeto aún más profundo, si se quiere, por las personas que superan esos obstáculos todos los días. Salud por ellos.

Dum Spiro, Spero