tag:blogger.com,1999:blog-14031228352747186132024-02-07T07:37:02.754-08:00Mala CalañaTania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.comBlogger81125tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-55531201817930844212019-03-01T06:25:00.000-08:002019-03-02T04:39:23.923-08:00Carta Abierta II<br />
<div class="MsoNormal">
Hoy me
apareció el “recuerdo” en facebook de algo que escribí cuando Luna estaba por
entrar a la Secundaria, volaron (porque no pasaron) tres años y casi sin aviso,
o al menos así se siente, ahora está a unos días de iniciar 4to. de Liceo (el
equivalente a 1º de Prepa en México), sí, la Pulga está en la prepa, la misma
que decía “pícula” para pedirme OTRA VEZ que le pusiera la película de “Blanca
Nieves”, la misma que me hizo memorizar todas las canciones de “CATS” de tantas
veces que las repetía mientras bailaba frente al televisor imitando a la “gatita
blanca” con una cinta amarrada en la cintura, larga de atrás para simular la
cola, la misma que cuando tenía cinco años nos llenó de orgullo al reconocer la
figura de la Torre Eiffel (aunque luego nos dijo que estaba Washington).</div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpkJJNjCFu7Fq6Krcegx2ird6Y5wRGmPKsEF3TkTwvZTf4GqaqTXRZdnwUPc-GaUYYfffBrcqejY3C5rdFT7f34Njh1zLIUFVe2FJNrC671eQ6au3tbyC9BMsqYoseZzMIUsMa4PkFSda7/s1600/20180606_165616-01.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1200" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpkJJNjCFu7Fq6Krcegx2ird6Y5wRGmPKsEF3TkTwvZTf4GqaqTXRZdnwUPc-GaUYYfffBrcqejY3C5rdFT7f34Njh1zLIUFVe2FJNrC671eQ6au3tbyC9BMsqYoseZzMIUsMa4PkFSda7/s320/20180606_165616-01.jpeg" width="240" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Esa niñita
siempre calma y observadora, que me ha enseñado (aunque a veces parezca que lo
olvido), que no hay una única forma de disfrutar, que hay alegrías menos
estridentes que la mía, soledades como paraísos y detalles que a veces parecen
chiquititos pero que son los que vale la pena recordar. (Eso me recordó una anécdota
de cuando tenía 6 años, acá se las dejo: "<a href="https://taniavalladares.blogspot.com/2010/02/la-foto-con-barbie.html">La foto con Barbie</a>")</div>
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<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">El año
pasado, hicimos un viaje juntas para celebrar sus XV años, era la más chica del
grupo así que nuestros compañeros de viaje automáticamente sentían la necesidad
de protegerla, aunque, seria como es, creo que no cruzó palabra con nadie que
no fuera yo, cuando viajábamos de una ciudad a otra, conversaba conmigo en el
ómnibus, y hubo un momento en el que una chica que viajaba en el asiento atrás
de nosotros (también eran Madre e Hija) me dijo: “le escuché la voz!!”, más
emocionada que cuando vimos a la Cibeles. “Qué calladita” decía la mayoría, “debe
ser que la Madre habla tanto que ella ni chance tiene” decía la otra madre
mexicana del grupo, “yo me la llevo conmigo, es tan divina”, decía una Señora
Argentina que seguía viaje hasta Italia, un argentino se pasó tratando de
hacerla reír, muchas veces lo consiguió pero igual Luna no le dirigió ni media palabra
y… ¿Saben qué? No importó. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Disfrutó A
PLENITUD del viaje, nos morimos de risa cada vez que recordamos que después de
subir a una de las montañas rusas más rápidas del mundo, donde casi me mato fue
en la calesita (carrusel), recuerda todos los detalles del viaje, los
espectáculos, los lugares… y la gente que viajó con nosotros, los detalles
que tuvieron con ella y su forma de compartir todo aquello que por momentos
parecía tanto que era imposible de asimilar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Hoy,
reflexionando, me di cuenta que tanto como le insisto acá que hable con la
gente, que conviva más, que no se quede callada, que participe de las
conversaciones, que ahora que va a entrar a la prepa, entre con una nueva
postura hacia los demás… tanto y TANTO como insisto, tanto y MUCHO… en ese
viaje no importó, es cierto que todos podemos, en cada nueva oportunidad, como
nuevo es cada día, tratar de ser mejores, más empáticos, más respetuosos de los
demás y más conscientes de nuestro entorno, sí, es cierto y eso se lo seguiré
diciendo, al mismo tiempo que también yo lo intento, aunque conseguirlo no es
tan fácil como decirlo… pero no hay que perder de vista que la vida también es
un viaje, y también tenemos algunos compañeros que elegimos, y otros que no,
algunos que dejan huella y otros que no recordaremos aunque choquemos con ellos
de frente y que, cada uno, vive ese viaje de manera diferente, cada uno decide
atesorar lo que es valioso para sí y deja ir todo lo demás. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Como en
todo viaje, aprendemos de nuestro origen, aprendemos mucho y tanto más, si se
quiere, durante el trayecto, y una vez que parece que hemos alcanzado nuestro
destino, descubrimos que sólo llegamos ahí para iniciar otro viaje.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Por eso, en
este nuevo inicio, sólo quisiera decirle esto: disfruta del viaje a tu manera,
nadie puede vivir, sentir o crear memorias por ti, excepto tú, trata de ser una
mejor persona cada día, pero a tu paso, sin dejar que nadie, ni yo… o debo
decir, yo menos que nadie, intente marcar un ritmo diferente al tuyo, y crece, crece
tanto como puedas, sin miedo, o a pesar de él, nosotros: Papá, Abuela y Yo,
estamos orgullosos de acompañarte en este camino.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Dicen que
los viajes se viven tres veces: cuando los planeas, cuando los haces y cuando
los recuerdas. Así que el día que a nosotros nos toque bajarnos en alguna estación
y continúes tu viaje sola, espero de todo corazón que hayamos conseguido que
los recuerdos que lleves como equipaje, te llenen el corazón y te ayuden a
seguir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="mso-ansi-language: ES-UY;">Feliz
inicio de año, Pulguita. Te amamos.<o:p></o:p></span></div>
<br />Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-6172427982749778622017-09-19T07:59:00.001-07:002017-09-19T08:00:29.106-07:00Las cosas menos pensadas...<br /><br />A veces me da por extrañar las cosas menos pensadas.<br /><br /><br />Cuando me preguntan si extraño México, la respuesta es obvia, extraño México y a mi familia... y los tacos. Pero es, digamos, una nostalgia asumida, es así, vivo todos los días asumiendo la decisión que tomé y no me arrepiento, así que no puedo decir que vivo con resignación, sino con aceptación, y eso no hace que extrañe menos o más, sino que tenga el sentimiento integrado a mi día a día.<br /><br /><br />Sin embargo, a veces me sorprendo extrañando cosas en las que ni siquiera pensaba haber puesto atención, como caminar por alguna calle en particular, el olor de cierta cafetería, o de algún edificio del centro, lugares que ni siquiera visitaba con demasiada frecuencia.<br /><br /><br />Es curioso descubrir las cosas que de una u otra manera lograron tocarnos y moldearnos para dar forma a lo que somos ahora, cosas pequeñas, chiquititas, que creímos haber olvidado, pero que casi sin saberlo, añoramos.Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-5917595767535735442017-09-09T10:51:00.000-07:002017-09-09T11:28:17.451-07:00AlejandroNo lo recuerdo muy bien, era un primo hermano, hijo de una hermana de mi madre, más grande que yo, mentiría si diera cualquier detalle de su apariencia, bueno, recuerdo que era moreno y con el pelo alborotado, pero nada más... ni un gesto, ni su mirada, ni su sonrisa, pero vino a mi mente ahora que escuchando a viejas bandas de rock, encontré algunas canciones de El Tri que "cantaba" a gritos en mi lejana y rockera juventud (bueno, el gusto por el rock se quedó), y entre ellas, una llamada "Niño sin amor".<br />
<br />
Tengo un recuerdo vago también, de saber que un día Alejandro no quiso vivir más, recuerdo a los adultos comentándolo y aunque yo ya no era precisamente una niña, no me comunicaron los detalles, vivía lejos así que no fuimos a su entierro, ni siquiera recuerdo que mi Mamá fuera (tal vez lo hizo), lo que sí recuerdo es la anécdota que me llegó de su boca, diciendo que en un velorio prácticamente solitario, un amigo suyo llegó, cantó "Niño sin amor" del Tri, y se fue, me pareció tristísimo.<br />
<br />
Debo haberlo visto dos o tres veces en mi vida, en su vida mejor dicho, y tan sólo una de esas veces, recuerdo que jugó conmigo, era un poco brusco pero puso lo mejor de sí para hacerme avioncito y nos reímos mucho, no recuerdo nada más, no pensé mucho en él y cuando supe lo de la canción me hubiera gustado haberlo hecho y creer que quizás, aún estando lejos, él lo hubiera sabido, nunca fui su prima, ni su amiga, fui una niña a la que una vez le hizo avioncito y ni siquiera estuvo ahí para cantarle.<br />
<br />
<div style="text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="https://www.youtube.com/embed/maLZeV_GZX8" width="459"></iframe> </div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-76659600053450452682017-08-31T10:56:00.000-07:002017-09-09T10:58:50.203-07:00Dum Spiro, SperoDesperté de la anestesia y lo primero que escuché fue al enfermero decirme: "está grande la cicatriz!"... no pude verla hasta el día siguiente y no era grande... era enorme!!, 20 cms de largo, 15 puntos, "no pensé que fuera tan grande" decían los que la veían y yo sólo pensaba: "yo tampoco", pero ahora es parte de mi, no puedo borrarla ni cambiarla, no puedo negar su existencia aunque consiga ocultarla, es tan mía como mis virtudes, defectos, manías, vicios y mi historia, es a fin de cuentas... yo<br />
<br />
Y me hizo pensar en todas las personas que han aceptado sus cicatrices, visibles o no, más grandes más chicas, quienes viven aún con un dolor permanente y también en quien no ha conseguido amigarse con ellas, y entonces me sentí tan chiquita, ya sé que se están riendo en esta parte, pero no encuentro otra forma de expresarlo, tan básica, tan ridícula, taaaan mal de sentir que superar mi cirugía era algo relevante frente a lo que otros enfrentan día a día.<br />
<br />
Hoy me encontré a Gorge en la calle y desde lejos me hizo señas de que no rengueo (cojeo), le dije que yo siento que camino en un vaivén incesante pero me dio gusto que me dijera que no se nota, es de alguna manera un triunfo personal... y de nuevo, un triunfo tan insignificante.<br />
<br />
Supongo que lo que quiero decir es que después de apenas unas semanas de no poder caminar por mi propio pie, de sentir dolor al hacer las cosas más básicas como subir una escalera, levantar la pierna o pararme de un asiento, siento un respeto aún más profundo, si se quiere, por las personas que superan esos obstáculos todos los días. Salud por ellos.<br />
<br />
Dum Spiro, SperoTania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-78210810446384545492017-07-24T18:37:00.003-07:002017-09-09T10:58:33.334-07:00Las tardes en el silo<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrDAcC9hVZtmxDlQ32i4x0KPepFNF5wBpWaGUt4jXgNfaDYj5AgwdA-kTGp5oEKwCkxbXx_M-WZHy3kG__P_1wOuHIdDdom_0v9aiBi2nRMz4o6NEJ10Swy3XIW82ZkhkreB1BbuWSVmwq/s1600/574218.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrDAcC9hVZtmxDlQ32i4x0KPepFNF5wBpWaGUt4jXgNfaDYj5AgwdA-kTGp5oEKwCkxbXx_M-WZHy3kG__P_1wOuHIdDdom_0v9aiBi2nRMz4o6NEJ10Swy3XIW82ZkhkreB1BbuWSVmwq/s320/574218.jpg" width="320" /></a></div>
El aroma agrio y dulce del silo vuelve a mi memoria con una claridad que me sorprende, también la textura de la paja y lo bien que amortiguaba las caídas en nuestras luchas mano a mano, que no tenían más objetivo que derribar al otro, morir de risa y volver a empezar.<br /><br />No recuerdo cuántas veces fui ni cuánto tiempo pasé ahí pero el que haya sido fue poco y te fuiste tan pronto que quisiera haber estado ahí cada tarde, el Pollo me dijo que Dios te había llevado antes de que el mundo te corrompiera, eras el más puro de todos, más que la paja y el trigo, más que la tarde y el sol.<br /><br />Una combinación exacta de amigo y cómplice, éramos los malqueridos, los que eran demasiado chicos para jugar con los demás y muy grandes para andar con niñerías, pero el silo era nuestro y el aro de basket cuando no había grandes, y la cochera de casa cuando los adultos hablaban adentro, era todo lo que teníamos y era todo lo que necesitábamos.<br /><br />Hace veinticuatro años que no estás y aún basta un ruido, una escena, un olor, para recordarme lo mucho que te quería, y el último día que compartimos y que a pesar de haber sido testigo, conservo como una bendición, y la última vez que te vi, y estabas ahí pero ya no eras tú y después supe que a veces las pesadillas se vuelven realidad y sólo me quedó esa foto con el dije calado del Ché, del que ninguno sabíamos demasiado pero a mi me pareció padre y te lo compré y a ti te gustó y te lo ponías y ahí sigue, colgando sobre tu playera mientras sonríes a la cámara.<br /><br />Te escribí un poema del que ahora me arrepiento porque era cursi y con rimas forzadas, ese está en tu casa, tus Papás lo pusieron en un marco con fotos tuyas, no me gusta, pero les gustó a ellos y ahora vive ahí donde exististe, escribí otra vez sobre ti, salió en una revista y no tengo copia, me siento en deuda contigo, siento que nunca voy a acabar de expresar lo importante que eras para mi, hasta la palabra “hermano” es demasiado poco.<br /><br />Me quedé creciendo sola, sin nadie a quien hacerle aquellas preguntas elementales pero que eran altamente relevantes cuando teníamos dieciséis. Nadie va a saber jamás lo que hablamos, ni las dudas que concitamos, las charlas que espiamos ni las confesiones que hicimos. Nadie jamás ocupó tu lugar.<br /><br />Ayer mientras veía con mi hija adolescente (tan adolescente como lo fuimos nosotros) un programa de juegos en el que los participantes rodaban sobre paja, no pude evitar recordarte y luego reír con ella durante todo el programa, al mismo tiempo que te pensaba y aguantaba las ganas de llorar, lo que para ella hubiera resultado completamente incomprensible, y para evitar romper en llanto abrí la boca y dije “recuerdo las tardes en el silo” mientras ella me ignoraba olímpicamente y yo te pensaba otra vez.</div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-54179024811091613402016-06-07T12:05:00.001-07:002016-06-07T12:32:05.233-07:00Carta Abierta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHM8Z5rNnM18KdE-wv0nDhzFy4yCm_2mkph1BwTXQE-uSXxitrZF4eF9DWxfCigrfSQ_RRGzuYLtQuxHPS6JU7MGjkYOo5Z9UAGMfg7h9aXsuF4Y3vd0eP1PHb5kTKAmiWxg5XhE2tkZj8/s1600/DSC_0018.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHM8Z5rNnM18KdE-wv0nDhzFy4yCm_2mkph1BwTXQE-uSXxitrZF4eF9DWxfCigrfSQ_RRGzuYLtQuxHPS6JU7MGjkYOo5Z9UAGMfg7h9aXsuF4Y3vd0eP1PHb5kTKAmiWxg5XhE2tkZj8/s320/DSC_0018.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
Llegó el momento, estás a un par de días de iniciar el Liceo y yo siento que envejecí diez años en un mes. Los sentimientos encontrados de abrazarte como si tuvieras cuatro años y no soltarte nunca y el de disfrutar verte crecer y hacerte más independiente, compiten en mi cabeza y en mi corazón continuamente, me pregunto si algún día cesarán, pero luego recuerdo a mi Madre diciéndome por el teléfono “No puedo creer que mi chiquita tenga cuarenta años” y me parece que no, que son de por vida.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vienen tiempos de cambios que me asustan, seguramente a vos también, y es que es la primera vez que soy Madre y la primera que vos sos hija y naturalmente la falta de experiencia hará que cometamos algunos errores, sin embargo, yo ya fui hija y ya tuve una Madre, así que eso debería servir de algo, aunque claro está, vos sos una persona completa, diferente y yo una Madre diferente de la mía, por más que a veces la reconozca en mis palabras e incluso en mi propia voz, mientras otra vocecita me dice: “No que no?”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recién habías cumplido once cuando una respuesta tuya, sin llegar a ser irrespetuosa, rayó en lo desafiante, debes haber advertido de inmediato mi cara de asombro porque inmediatamente me tomaste del hombro y con toda la sabiduría que a mi me falta, me dijiste: “Vos sabías que esto iba a pasar” y yo entre risas nerviosas te dije: “Sí, pero a los quince, o dieciseis!”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora tienes doce, pareces más chica y la gente piensa que pasaste a 5to. o 6to. de escuela, eso ahora te da rabia pero llegará el momento en que te gustará parecer más joven y sabrás sacarle ventaja. Dormís como un oso, mis técnicas para despertarte que van desde las cosquillas en los pies hasta dejar entrar a los perros para que te salten encima, parecen cada vez menos efectivas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando vamos por la calle, siento tu manito incómoda zafarse discretamente cuando quiero tomarla para cruzar la calle, y sí, sos grande ahora, qué vas a necesitar mi mano?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé lo que venga, pero mi experiencia de hija me da una buena idea. Tu idea de pasarla bien incluirá cada vez más a tus amigos y menos a tus Padres, mis consejos sonarán cada vez más insoportables y decidirás no escucharlos, habrá días buenos en los que volvamos a ser las de siempre y nos tiremos toda una tarde a ver pelis, comiendo pop salado como el que comíamos en México, y otras en las que azotarás todas las puertas de la casa mientras te alejas de mi indignada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
“Papás, ayúdenlos estos primeros meses porque se agarran unos entreveros bárbaros” nos dijeron ayer en la reunión de Padres, y los Padres nos reíamos, los chicos entendían poco, pero cambiar de la figura maternal de la Maestra a la disciplina de las clases distintas y encontrar en cada Profesor un guía, no es fácil… pero qué te van a decir a vos de cambios, cambiaste de casa, de escuela, de amigos, de país nada menos! Y acá estás, sonriendo, siguiendo adelante, aprendiendo, creciendo…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el liceo te va a ir bien, a todos nos asusta un poco empezar, pero vas a estar bien, aprenderás lo que es desvelarse para un escrito y lidiarás con la frustración de que algo no te salga bien, no te caerán bien todos tus compañeros, ni les caerás bien a todos, es imposible… pero aprenderás a formar parte de un grupo y a colaborar con quien piensa diferente a vos. Descubrirás que los profesores son humanos y tienen afinidad con unos chicos más que con otros, a veces desearás ser uno de esos chicos y a veces te alegrarás de no serlo. Es probable también, aunque ahora te parezca una bobada, que en el Liceo te rompan el corazón por primera vez y aunque sentiré ganas de romperle la cabeza al que te rompió el corazón, lloraré contigo, e intentaré convencerte de que el mundo no se acaba (no me darás pelota), luego te recordaré la historia de cómo nos conocimos con Papá y te abrazaré hasta que todo pase.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los cambios seguirán sucediendo uno tras otro y nadie está más asustado que yo, pero creo, que como me pasó a mi, algún día por fin entenderás que mi amor es incondicional y que estaré siempre para vos y volverás, uno pasa el resto de la vida volviendo… y tal vez entonces pienses que quizás es demasiado tarde, que pasaste demasiados años azotando puertas y odiando mis reproches, pero no será tarde mi niña, porque el amor no tiene espacio ni tiempo, y su inmensidad permite que te tomes todo el tiempo del mundo para crecer y volver, cuantas veces sea necesario… vive, lucha, disfruta, sufre, cambia y vuelve… siempre será un buen momento para volver.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Feliz inicio de clases! </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con amor,</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mamá</div>
</span>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-88623761652730150852015-07-13T10:57:00.002-07:002017-07-26T12:34:08.911-07:00Crecer era urgente<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii00toyey0RBJtOIVFw-uIQqkBTKulfTbyQsdcIzAzgeNMAdMTFv6R-94jYxUaiRptSADfLwdiWWzd7VT3qKot2RieyCHyKHVQW3yHZkl5mwlPNmGR6sy6c9WWxzSR8eksEhfAV85CpWIX/s1600/baby-grafika-074.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii00toyey0RBJtOIVFw-uIQqkBTKulfTbyQsdcIzAzgeNMAdMTFv6R-94jYxUaiRptSADfLwdiWWzd7VT3qKot2RieyCHyKHVQW3yHZkl5mwlPNmGR6sy6c9WWxzSR8eksEhfAV85CpWIX/s320/baby-grafika-074.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">El 3 de julio cumplió años una de mis mejores amigas de…
digamos, la pubertad, adolescencia y el resto de la vida, y como al parecer la
distancia acrecienta las nostalgias, el día de su cumple se me antojó ponerme a
recordar cómo gastábamos el tiempo que entonces parecía inagotable y ahora no
alcanza para nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Casi todas las tardes (o al menos aquellas en las que
conseguíamos más de cien pesos cada una), llevábamos nuestra humanidad y
nuestros 15 años, a una cafetería que… bueh, ahora puedo decirlo, era muy
linda, una cadena prestigiosa por toda la república, pero era un asco. Hasta
ahora nos burlamos del café sabor calcetín hervido que nos recetábamos por horas
porque era gratis! Bueno, no completamente, pero al pagar una taza, la llenaban
una y otra vez mientras permanecieras en el local (lo que explica la calidad
del café, probablemente solo era agua pintada), tratábamos de disimular la
austeridad de nuestros bolsillos pidiendo además una rebanada de lemon pie o
cualquier otra cosa que no pusiera en evidencia, lo que ahora que soy “grande”
comprendo que saltaba a la vista: que éramos un par de niñas, jugando a ser
grandes. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Acá un paréntesis para hablar de mi relación con el café,
que es aún más antigua que con mi buena amiga Perla, cuando era niña, digamos
unos 7 años, le insistía a mi Mamá que me diera café con leche, ella me decía
que no era adecuado para mi edad y yo me enojaba, hasta que un día la cansé con
el tema, me dio una taza de leche caliente, me acercó el café, el azúcar, una
cucharita y me dijo: “preparate uno” y allá fui yo feliz de la vida pero sin
idea ninguna de lo que hacía, a ponerle unas seis cucharadas de café y media de
azúcar (o algo así), meneé la cuchara mientras salivaba y luego escupí aquel
brebaje tan pronto como tocó mi lengua, mi Madre dio el tema por cerrado y ahí
entendí que aquello no era para mi.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">No sé exactamente cuando fue que comencé a tomarlo pero lo
que sí sé es que aquellas tardes en VIPS con mi amiga Perla, me parecía que
tenía todos los años del mundo y que eran suficientes para tomarme tantas tazas
de café como horas duraran nuestras tertulias vespertinas. Recuerdo que nos
esforzábamos por ponerle la crema de la forma adecuada, dándole vuelta a la
cucharita para que se derramara suavemente sobre el café y al hacerlo sentíamos
que habíamos envejecido por lo menos unos cinco año más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">De a poco, se volvió nuestro hogar. El capitán de meseros,
hombre hecho y derecho, seguramente estaba al tanto del amor que le
profesábamos y de vez en cuando nos regalaba una sonrisita que nos dejaba
suspirando hasta el día siguiente. Algunas de las meseras también nos conocían
y creo que jamás nos pusieron una mala cara cuando pedíamos, con la mano
temblorosa y algo de hipotermia, la taza número doce.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Se nos iba la vida en bromear y reír y volver a bromear, ahí
aprendí lo saludable que es reírse de uno mismo y sin saberlo tomé el más
amplio curso de ironía y sarcasmo que haya podido completar. La vida era
simple, excepto cuando hablábamos de nuestros amores imposibles que entonces
eran muchos, eran todos! Pero entonces venía de nuevo el capitán y con otra
sonrisa nos borraba de un saque el nombre de todos los demás.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Hablábamos de nuestras familias, chusmeábamos de la escuela
y los compañeros, aunque no estudiábamos juntas, estábamos en la misma
secundaria y teníamos amigos en común, entre ellos algunos que se sumaban y
desaparecían de aquella mesa que siempre tuvo dos lugares seguros, el de Perla
y el mío.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Cada sueño por loco que pareciera, era más posible que
cualquier amor, y cada amor más relevante que cualquier sueño. Crecer nos era
urgente, una prioridad. La de cosas que haríamos cuando creciéramos!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Y como dicen por ahí “ten cuidado con lo que deseas”… y el
tiempo, que sigue siendo inagotable en el mundo aunque claramente finito para
cada una, se encargó cumplir aquel deseo, y crecimos… y se acabaron las charlas
en el café y ahora no recuerdo ni el nombre del capitán, sé lo que ha pasado en
la vida de algunos de los que compartieron aquella mesa y a otros no los he
vuelto a ver.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Perla por otro lado, me acompañó en mi fiesta de XV, en
algunos paseos, en muchas bromas y charlas, estuvo en mi boda y en el bautizo
de mi hija, luego el tiempo, la distancia y la vida, fueron haciendo de las
suyas y por un tiempo no supe más de ella, hasta que gracias al maldito/bendito
facebook, volvimos a encontrarnos y a recordar nuestras andadas y alegrarnos
por las cosas buenas que le pasan a la otra y preguntándonos si todo lo demás
estará bien y queriendo estar presentes aunque sea así, por fotos, me gusta y
comentarios.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Crecer era urgente y ahora que ocurrió, miro a Perla en su
foto de perfil con una peluca de colores y una nariz de payaso, y la mía que es
un personaje de caricatura infantil y me queda claro lo que aprendimos al
convertirnos en adultas. Aunque volver atrás es imposible, debemos ser fieles a
la esencia de lo que somos, tener presente lo que nos hizo felices y poder
regresar a esos lugares, siempre que nos sea posible, aprendimos que sin duda, ahora, recordar es urgente.</span></div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-76205702157015021182015-06-02T05:11:00.001-07:002015-06-28T05:38:33.193-07:00¡Alta Traición!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjHQHrmbjdIenEsiphDQ4V9zezixiH8jpcv9Rb6gSfLdBa09ndcqHdcP1SI2UJBqIjrF8QjH0Ydnvu3Se8PIGODHhaQ-1VMryk9YrKS_eKiJo7qIKm4tkTypn6U7lvN1eHW5wrBPa6K6q3/s1600/DSC_0064.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjHQHrmbjdIenEsiphDQ4V9zezixiH8jpcv9Rb6gSfLdBa09ndcqHdcP1SI2UJBqIjrF8QjH0Ydnvu3Se8PIGODHhaQ-1VMryk9YrKS_eKiJo7qIKm4tkTypn6U7lvN1eHW5wrBPa6K6q3/s320/DSC_0064.JPG" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este año, me hice la promesa de ser más audaz y dedicarme
más tiempo a las cosas que más amo hacer, la resolución estaba tomada y no
puedo mentir, puesto que quedó impresa en estas páginas… y aunque no hubiera
estado impresa, tampoco podría mentirme a mí misma.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En México hay una expresión: “corretear la chuleta”, que se
refiere a los ires y venires del día a día, hacia/desde la chamba (laburo)
para, por supuesto, llevar la comida a la mesa, aunque luego en los momentos de
calma, uno se detenga a reflexionar, se pregunte: “¿Qué demonios estoy
haciendo?” y al otro día, vuelva a empezar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y es que esas resoluciones audaces y valientes, tienen
muchas variables en contra… y bueno, si no, no serían valientes, serían resoluciones
a secas, y en mi caso una de las principales es la estabilidad económica (o la
ilusión de la misma, cosa de la que espero poder escribir en otra ocasión). Así
que, en un total ataque de pánico, otra vez empecé a decir a toda oportunidad
de ingreso seguro que me caía en las manos, y en un par de meses estaba tanto o
más lejos de mi resolución, como lo estaba el año pasado, solo que esta vez, me
di cuenta y recordé el hastío de los últimos meses del 2014, lo que costaba
salir de la cama para seguir rutinas que me llenaban a medias y no poder
esperar a que hubiera algún feriado a la vista que me rescatara de aquella
situación… que por supuesto o era responsabilidad de nadie más que yo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sin embargo, ya les digo, no todo está perdido, y considero
haberme dado cuenta, antes de la mitad del año, de que estaba metiendo la pata
soberanamente, es un gran avance. Así que voy por un segundo intento de
arriesgar, dejar ir, y ver qué pasa…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y es que la vida no espera (miren qué frase novedosa que les
traigo), pero es que ahora, en mis casi cuarenta es más evidente que nunca.
Hace poco, por ejemplo, recién comprendí que mi niña ya no es una bebé, que ya
no me necesita tanto como antes y que busca un espacio propio, no lejos de mi,
pero no conmigo, y cuando de broma se lo reproché, me tomó del hombro y me dijo:
“tú sabías que esto iba a pasar” y con su infinita sabiduría de 11 años, me
dejó helada, sentada en el comedor y pensando: “Cuando carajos pasó eso?”. No
fue apenas ayer que le ayudaba a abrir la bolsa de papitas porque la fuerza no
le daba? No fue ayer recién que tenía miedo de los ruidos por la noche y se
colaba a nuestra cama? Enserio no fue hace apenas unos meses que le elegía la
ropa y le cepillaba el cabello?... Qué pasó? Y más importante aún: cuando? Qué
estaba haciendo yo? Y, qué sigue?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Recuerdo que el pediatra que la recibió nos decía: “No haga
caso cuando le digan que no la cargue, cárguela todo lo que quiera porque un
día ya no va a poder y va a lamentar no haberlo hecho”. Se me fueron las horas
con ella a mi lado en el sofá viendo horas y horas de “Mi pequeño Pony”, parece
que acompañarme a hacer el super ya no es tan atractivo como antes, y la
promesa de un garoto al terminar las vueltas, ya no tiene el mismo atractivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por suerte, también he descubierto que hay otras cosas que
ahora podemos hacer juntas y antes, cuando “era chiquita”, no. Ahora vemos
películas de acción en el cine, y
asegura que los estrenos prefiere verlos conmigo porque no hablo durante
la función, aún nos quedan viajes por hacer y funciones de ballet por ver,
ahora vamos juntas a la convención de comics y de vez en cuando, a tomar un
café y hablar de cómo nos fue en el día.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No, la vida no espera, pero sí trae nuevas promesas y
experiencias, solo que para disfrutarlas hay una pequeña condición: estar ahí.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Así que, me perdono por aquella traición (mandarme a la
guillotina es muy siglo XVIII), recobro fuerzas de donde es posible y reafirmo
mis convicciones: quiero estar y quiero que sea HOY, porque el mañana, no llega
nunca.</span></div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-80720074666979703282013-12-01T06:09:00.000-08:002015-06-02T05:06:16.351-07:00Excepcional<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-f8vf1TJgFgA/UptDEm3sQ5I/AAAAAAAACbg/UGU23qdi3HA/s1600/Die_ENIAC-Einheiten_-_links_wahrscheinlich_der_Speicher_f%C3%BCr_eine_einzige_Dezimalziffer.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="253" src="http://3.bp.blogspot.com/-f8vf1TJgFgA/UptDEm3sQ5I/AAAAAAAACbg/UGU23qdi3HA/s320/Die_ENIAC-Einheiten_-_links_wahrscheinlich_der_Speicher_f%C3%BCr_eine_einzige_Dezimalziffer.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Mujeres del ENIAC</td></tr></tbody></table><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bueno, acá va a aflorar mi lado feminista (aunque creo que ha sido evidente en el resto de los textos), pero como dicen en mi rancho: “el que avisa no es traidor”, así que de una vez lo comento.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace algunos años (siete, digamos) que me dedico a trabajar de forma estrecha con la tecnología, pero antes de eso ya me llamaba la atención. En casa, solía ser yo la que “reparaba” la videocasetera, las grabadoras, la que sabía cómo modificar un cassette original para convertirlo en uno grabable y viceversa. Luego, en la adolescencia pude trabajar en un canal de televisión donde me obsesionaba el funcionamiento de las editoras de video y audio, aunque yo estaba ahí como asistente de redacción y todavía usaba una máquina de escribir mecánica. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después, en la universidad, tuve mi primer contacto con las computadoras, eran unos armatostes enormes de pantalla era negra y los textos (imágenes todavía no se podían ver) eran verdes, constituía un gran logro guardar exitosamente un archivo, ya que se tenían que escribir comandos completos, por lo que algún conocimiento de programación necesitabas, y los nombres tenían que ser algo tipo: “Tar1leg” porque el número de caracteres para los nombres estaba limitado y después daba un trabajo chino recordar qué diantres habíamos guardado con qué nombres.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></span><br /><a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En aquel tiempo (segunda mitad de la década de los noventas) trabajábamos con los discos de 5 1/4 o “floppy disks” que eran una especie de disco de acetato delgado dentro de un “sobre” de cartón negro y no eran muy resistentes que digamos, bastaba con mirarlos feos para que se rompieran y perdieras toda la información (que no era mucha) que habías guardado en ellos.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aún con todas las limitaciones de la época, yo estaba fascinada con lo que podía hacerse con una computadora, más adelante, en mi primer empleo formal, por fin estuve en contacto con una computadora más o menos parecida a lo que actualmente utilizamos. Desde aquellos días hasta el presente, mi interés por la tecnología ha ido creciendo, sobre todo en la parte de programación, y aunque evidentemente estoy lejos de saber lo que sabe un programador o un ingeniero (después entendí que eso es lo que tenía que haber estudiado), he aprendido algunas cosas de gran ayuda de forma autodidacta.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El tema con la tecnología es, como en muchos otros casos, que se considera un terreno de hombres, la idea generalizada es que son los hombres quienes crean, instalan, reparan, programan, capacitan, etcétera, etcétera. Y la idea de que una mujer se dedique a cualquiera de las anteriores actividades, es vista todavía como algo “excepcional”. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El año pasado, habíamos acordado transmitir en forma simultánea la señal de una estación de radio fm, por internet, para que conocieran el servicio y después decidieran si lo contrataban o no, la estación accedió y yo me presenté ahí para instalar y configurar el programa que se necesitaba para tal objetivo. <o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Apenas crucé la puerta, el operador me hizo señas de que no podía pasar y rápidamente se levantó de su asiento para decirme: “las ventas son en la oficina”, y le dije: “ok, gracias por la información, pero yo vengo a instalar un programa para transmitir por internet, me dijeron que te iban a avisar” y el respondió, sin poder disimular ni un poquito: “¿USTED?!” y yo me reí mientras decía: “sí, yo”, el chico se dio cuenta de que la recepción había sido algo incómoda y enseguida, de forma muy amable, me indicó la máquina en la que podía trabajar. Mientras avanzábamos en la configuración, el hielo se rompió y ya no le parecía tan extraño que una señora hubiera llegado a configurar una máquina, aunque de vez en cuando usaba lenguaje técnico y me miraba fijo como para probar si yo sabía o no de lo que me estaba hablando.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Con el tiempo, las personas empiezan a relacionarte como alguien que trabaja con la informática y el hecho de ser hombre o mujer pasa a segundo plano. Más allá de esta anécdota (y muchas que me reservo) lo cierto es que el lugar de la mujer en la tecnología, no solo como quien se dedica a una tarea diaria relacionada con ella, sino como quien la crea y desarrolla, es en muchas ocasiones menospreciado, a tal grado de que algunas mujeres, cuyos grandes logros en tecnología han revolucionado el mundo, no han visto su nombre grabado en oro en los libros de historia.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aquí tan solo unos ejemplos:<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Ada Lovelace (probablemente fue más conocida por ser hija del poeta Lord Byron) fue, en el siglo XIX, la creadora del primer programa informático de la historia, solo que los escribió para “Charles Babbage” quien a la fecha es considerado el “Padre de la Computación”. Para reinvindicarla de alguna forma, en 1979 el departamento de Defensa de los Estados Unidos creó un lenguaje de programación llamado “Ada”… y bueno, algo es algo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 18px;"><br /></span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"></span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><span style="line-height: 115%;">Grace Murray Hopper fue la inventora del lenguaje de programación COBOL, pensado para facilitar el desarrollo de programas informáticos para gente sin conocimientos específicos en este campo. Es decir que gracias a ella, personas comunes podían utilizar una computadora y no solo los ingenieros.</span></span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hubo también un esfuerzo por reconocer su sitio en la historia, cuando en 1971 se crearon los premios “Grace Murray Hopper Award” (seguramente han escuchado hablar de ell… no, olvídenlo).<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Las mujeres del “ENIAC”. Si bien los nombres conocidos en torno a la primera computadora de la historia son los de John Presper Eckert y John William Mauchly, lo cierto es que en el desarrollo de esta máquina, presentada al público en 1946, se contó con la imprescindible colaboración de siete mujeres: Adele Katz (redactora del manual y formadora de las seis mujeres que la pusieron en funcionamiento), Kay McNulty, Jean Bartik, Betty Snyder, Marlyn Wescoff, Frances Bilas, y Ruth Teitelbaum, desarrolladoras de los primeros programas de software que abrieron el camino para que esta fuera considerada una nueva profesión, y cuyos nombres fueron literalmente ocultados durante años.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La lista sigue y sigue y continúa en el siglo XXI, pero lamentablemente el espacio no es suficiente, espero poder retomar el tema más adelante, pero no puedo irme sin mencionar a Ida Holz, uruguaya, que se ganó un lugar en el Salón de la Fama de Internet (premio honorífico administrado por la Internet Society), quienes la reconocen como una figura clave en el establecimiento de internet en América Latina durante los años 90.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se graduó de la primera generación de ingenieros en computación uruguayos de la UdelaR y luego de estar exiliada en México, regresó a Uruguay a colaborar con la propia universidad (con mucho trabajo y logros en el medio) y en 1994 participó en la conexión directa de Uruguay con un enlace en Miami, lo que dio origen a Internet en la República Oriental… no es poco, ¿eh?<o:p></o:p></span></span></div><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Faltan, como dije antes, decenas, cientos de nombres de mujeres que a su paso por la informática, la tecnología o la ciencia en general, se han ido borrando de la memoria histórica, para dar paso a “los padres de…”. Desde Hipatia de Alejandría, hasta Isabelle Olsson (líder del equipo que diseñó los famosos lentes Google), estas mujeres merecen ser reconocidas y recordadas, no solo por las organizaciones dedicadas al estudio de internet, sino por los libros de historia, las enciclopedias y todo lo que permita saber a las nuevas generaciones, que una mujer dedicada a la tecnología, no es una excepción.</span><span style="font-size: x-small;"><o:p></o:p></span></span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-89934862909199341512013-08-05T17:55:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.357-07:00Rituales<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-qcgTLk4rMnY/UgBJMQyUIMI/AAAAAAAACOQ/gElw6_pogTI/w729-h534-no/1012359_10201401245503064_305279780_n+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="234" src="http://4.bp.blogspot.com/-qcgTLk4rMnY/UgBJMQyUIMI/AAAAAAAACOQ/gElw6_pogTI/w729-h534-no/1012359_10201401245503064_305279780_n+%25281%2529.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ustedes no están ni cerca de imaginar lo pacientes que suelen ser los editores del Semanario cada vez que se me ocurre escribir alguna “colaboración”, y cuando por fin consigo llegar “en safe” (dijeran en el beisbol) con la columna terminada, resulta que es algo totalmente diferente a lo que habíamos conversado en un inicio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En esta ocasión por ejemplo, recién llegada de Montevideo, después de dar oooootra vuelta más en el proceso de mi trámite de residencia legal permanente, se me ocurrió escribir algo relativo a las diferencias (y similitudes) que conlleva realizar un trámite este tipo aquí y en México, pero a riesgo de ser deportada si digo alguna burrada, cambié de opinión y aprovecharé el espacio para hablar de otro tema.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><a name='more'></a><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A lo largo de mi vida he tenido diferentes tipos de pasatiempos, desde repostería hasta pintar cerámica (pasando por coleccionar timbres y cucharas) lo que se les ocurra, de seguro lo hice o lo coleccioné, siempre en esa búsqueda de cosas que consigan apasionarme, y sin darme cuenta, hubo una constante, que forma parte de mi de tal manera que no la he considerado jamás un pasatiempo, sino justamente eso, parte de mi: el cine.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sería muy atrevida de decir que sé algo de cine, no soy ni crítica ni cineasta, pero sí una MUY ávida espectadora, y encuentro mucho placer en ver que mi hija es también una cinéfila empedernida y que ha pasado de la imitación a sus propias elecciones.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El cine me ha marcado desde muy joven, tengo actores, directores y por supuesto, películas que me resultan intrañables, me parece (aquí es donde me agacho por si vuelan los tomatazos) que muchas películas son capaces, no sé si de enseñarnos algo, pero sí de transmitir mensajes que nos cambien la vida, es decir, mensajes que generen una profunda reflexión y se traduzcan finalmente en una acción en la vida real, un cambio en el guión.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Disfruto del cine cada vez que puedo y como puedo, a veces pesco alguna película en la televisión, a veces me valgo de internet para encontrar alguna, otras veces las alquilo… pero sin duda, nada se compara con la emoción de verla en el cine.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sí, con todo y el niño preguntón, las adolescentes gritonas y la suerte de que el que tiene la costumbre de patear el asiento de enfrente se siente detrás de mi, con todo y eso y quizás incluso también por eso, disfruto enormemente cada visita a la sala de cine.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En diferentes momentos de mi vida, el ir al cine ha constituido un ritual diferente. Cuando era niña y me llevaban mis Papás, en ese universo interminable que es la Ciudad México, recuerdo que una de mis grandes frustraciones fue cuando mi Mamá por fin accedió a llevarme a ver “Katy la Oruga”, una de las primeras películas de animación realizadas en México, recuerdo bien que mi Papá nos dejó en el cine, nos dijo a qué hora pasaba por nosotros y se fue. Cuando llegamos a la taquilla, nos encontramos con la terrible noticia de que ya no había boletos para esa función y que la siguiente con asientos disponibles era no dos, sino cuatro horas después. En ese tiempo no había celulares y con el tráfico de la ciudad y la dificultad para moverse de un punto a otro, mi Madre dejó en claro que era imposible ver la película, no íbamos a decirle a mi Papá, después de la hazaña de llegar puntual por nosotros, que nos íbamos a quedar ahí cuatro horas más hasta que empezara la película y dos más hasta que terminara, así que hasta ahí llegó el intento. Las películas no salían pronto a la venta y ahora que lo pienso creo que ni el VHS existía entonces, así que la vi por fin como tres años después cuando la dieron por televisión, y todavía me encanta.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero bueno, fuera de esa experiencia, el ritual de aquella época, o por lo menos la forma en que quedó grabado en mi memoria, era algo así como el ritual de la abundancia, no recuerdo que mi Papá (mi Mamá sin duda lo hizo) haya dicho jamás que no a comprar palomitas (pop), caramelos, pasitas con chocolate, barras de toblerone y por supuesto un refresco servido en un vasote lleno de hielo hasta la mitad, que no sabía más que a agua con azúcar pero que costaba lo mismo que si fuera un Dom Pérignon, entonces, por supuesto, la niña preguntona era yo.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego, cuando era jovencita y por fin me dejaban ir sola con mis amigas, el ritual cambiaba y me volví adolescente gritona, sin duda hice una, varias o TODAS de las actitudes que ahora me molestan, como reírme como loca, tirarle palomitas a los de enfrente o sacarle la lengua a la vieja que mandaba callar (creo que en este punto ha quedado claro que ahora soy la vieja que manda callar). En esa época, como me han contado que pasaba también por acá, se usaba ir a ver más de una película, entonces había intermedios, que aprovechábamos para ir a comprar más golosinas, comentar sobre la película, intentar cambiarnos de sala sin ser descubiertas y otras cosas por el estilo. También había algo llamado “permanencia voluntaria”, consistía en que si vos comprabas un boleto, tenías derecho a ver las dos películas, las veces que quisieras… así que si llegabas media hora tarde a la función, no pasaba nada, porque veías la película, después la otra película y después la primera media hora que te habías perdido de la primera película, cosa que ahora que lo escribo suena bastante estúpido, pero bueno, así era, y creo que más de una vez “vi” una película siguiendo ese principio.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después vino mi etapa intelectual, en la que pensaba que solo las películas independientes merecían mi atención y visité de forma asidua salas de cine culturales, generalmente medio vacías y cuyo concepto de dulcería era un señor vendiendo semillitas en la puerta. Nada lamento de esa etapa que me abrió los ojos a otro tipo de cinematografía, pero pronto terminé por aceptar que no hay UN solo género al que quisiera dedicar todo mi tiempo cinéfilo, porque igual me encantaba una de Cantiflas que una de Buñuel, así que di por cerrada la etapa y me dediqué a lo que me parece el fin último del cine: el disfrute.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Como Mamá, una nueva etapa cinéfila comenzó, cuando mi hija tenía menos de dos años, la llevé por primera vez al cine, la función era “El efelante” (no, no escribí mal, así se llamaba: “EFELANTE”), tenía mis dudas acerca de si la película conseguiría captar su atención por más de una hora, e iba preparada mentalmente para abandonar la sala si se ponía muy inquieta, pero nada de eso ocurrió, vio la película completa y sentada en su banquito (en el cine al que íbamos había unos banquitos especiales para los más chiquitos, que se acomodaban encima de la butaca para que estuvieran más alto). Terminando la película, como es mi costumbre desde hace muchos años, me quedé hasta los créditos finales, durante los mismos, imágenes de Winnie Pooh jugando con el Efelante y sus otros amigos, seguían apareciendo en la pantalla, y mi hija, con los ojos bien abiertos, estiraba una manito diciéndoles adiós… creo que lloré cuando lo vi hacerlo y ahora que lo recuerdo, siento ganas de llorar otra vez… una cinéfila había nacido.</span></div><div class="MsoNormal"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desde entonces, el ritual del cine la incluye a ella y ahora que es más grande y podemos elegir juntas películas horarios, golosinas y asientos, soy más cinéfila que nunca, no desaprovechamos ninguna oportunidad de sentarnos frente a la pantalla grande y al salir, siempre, infaltablemente, lo primero que sale de su boca es: ¿Cuál fue tu escena favorita?</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Tanto amamos al cine que celebramos su cumpleaños número diez con una improvisada sala de cine en casa y el plan para celebrar mi cumpleaños en días próximos incluye una escapada a alguna sala de Montevideo para ver “algo” en 3D… ¿Algo qué? …no sabemos, pero seguro valdrá la pena.</div></span><br /> <br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Las dos sentadas en el cine compartiendo una gran caja de pop salado… ESA, es mi escena favorita.</span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-52480854842018197972013-05-19T17:29:00.000-07:002015-09-03T16:49:38.024-07:00Chocolate y anís<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXRJq0SJH5D6gGg-8v42NmVhCZ_YnT1GGXqtl66wbXt5TkejVhJhTTnhMCEq1fxTsX-GAMCzYt9k2ex6LWvzBeaXdNsfl-WBlL2ZXSaXG_c5_uuLzuFldkbItDX6uWm-HwaeSs7G2zIxWu/s1600/huevitos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXRJq0SJH5D6gGg-8v42NmVhCZ_YnT1GGXqtl66wbXt5TkejVhJhTTnhMCEq1fxTsX-GAMCzYt9k2ex6LWvzBeaXdNsfl-WBlL2ZXSaXG_c5_uuLzuFldkbItDX6uWm-HwaeSs7G2zIxWu/s320/huevitos.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegaba el día diez y Juan Pablo planeaba de forma anticipada las vueltas que tenía que dar para, recién cobrado su cheque, darse una vuelta por la confitería y comprar huevitos de chocolate, esos que tenían una blanca cubierta de anís y que le eran entregados en preciosas bolsitas de papel impresas con el nombre de aquel lugar “Sanborn’s”, a veces, cuando las cuentas daban para más, sumaba algunos enjambres de chocolate y una cajita de lenguas de gato.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al llegar a casa, ni bien cruzaba la puerta llamaba a sus tres hijos para compartir aquellos tesoros, que nadie había pedido, y que todos, casi sin saberlo, esperaban.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“No sé por qué Papá trae estos huevitos que ni me gustan”, pensaba Anita, la menor de sus hijas, pero él se veía tan contento cuando los compartía, que comerlos era un sacrificio que estaba dispuesta a realizar, con tal de mantener ese lazo que quien sabe por qué, parecía ser más fuerte con una bolsita de Sanborn’s de por medio, además, su esfuerzo era recompensado la mayoría de las veces con el contenido de las otras bolsitas, y las lenguas de gato (llamadas así por la forma alargada del chocolate) ¡Uy! Esas sí que le gustaban.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<a href="https://www.blogger.com/null" name="more"></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando aquellas bolsitas, y el sacrificio de comer los huevitos y el placer de saborear las lenguas de gato se habían hecho una tradición familiar, Juan Pablo recibió una oferta de trabajo en otra ciudad y tuvieron que mudarse, ahí no había “Sanborn’s”, pero en sus viajes a la capital, Juan Pablo no perdía oportunidad de pasar cerca de alguno de ellos y comprar algunos gramos de huevitos de chocolate, que de nuevo llevaba contento a su casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los años pasaron y la tradición se diluyó en el tiempo, pero el recuerdo de las bolsitas y la cara de Juan Pablo al compartirlas, no. ¿Por qué ponían tan contento a Papá esas bolsitas? esto seguía siendo un misterio para Anita que era muy pequeña para darse cuenta siquiera del día en que ese milagro ocurría, mucho menos conocía la razón, lo único que era claro, era que se trataba de algo bueno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El tiempo siguió corriendo (porque ¿qué otra cosa hace el tiempo sino correr?), Juan Pablo seguía trabajando y viajando a la capital y Anita ahora era una adulta que parecía haber olvidado las bolsitas de “Sanborn’s” y las dudas que le despertaban, hasta que un buen día, una noticia llegó a la ciudad, abrían una sucursal de “Sanborn’s” justo enfrente de su trabajo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El recuerdo casi inconsciente de aquellos días felices, llevaba a Anita a visitar la confitería cada vez que podía, a veces ni siquiera compraba, pero le gustaba ver los chocolates, y los dulces, las nueces y los panecillos, y aquello le daba una sensación de bienestar tan indescriptible, que jamás se atrevió siquiera a confesarlo, sobre todo porque las miradas de las empleadas que parecían decirle: “¿hoy por fin vas a comprar algo?” comenzaban a incomodarla, así que de vez en cuando pedía cien gramos de castañas de cajú para justificar su presencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Años después, cuando Ana había formado su propia familia, acababa de recibir su sobre con el sueldo de un mes y mientras caminaba a casa, repasaba en su cabeza las cuentas por pagar, restaba el agua y el teléfono, la cuota de esto y la de aquello, quería asegurarse de que tenía lo suficiente, y cuando estuvo segura de que haciendo unos ajustes aquí y allá, pagando hoy esto y aquello después, sobraba algo de dinero para “darse algún lujito”, sin dar más vueltas se dirigió a Sanborn’s, pidió cien gramos de castañas de caju, cien más de lenguas de gato y antes de darse cuenta había pedido también, cien gramos de huevitos de chocolate y anís, y entonces, mientras veía la pala llena de aquellos huevitos blancos confitados entrar a la bolsita de papel, entendió todo, ¡eso era!, ¡qué satisfacción! Por fin había entendido que en todos los días que había huevitos de chocolate, Juan Pablo había cobrado su sueldo, ¡Claro! Por eso no era siempre, por eso iba acompañado invariablemente de una sonrisa de oreja a oreja, por eso era símbolo de bienestar y abundancia (aunque fueran cien gramos), porque en aquella bolsita de papel cabía lo que a veces las palabras no alcanzaban a decir, que todos los esfuerzos del trabajo diario, las presiones, las idas y venidas, todos los sacrificios que calladamente realizaba Juan Pablo en beneficio de su familia, valían la pena.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y así, Ana caminó feliz hasta su casa donde por fin pudo compartir aquel tesoro con su pequeña hija que no entendía el motivo de aquel acontecimiento, y que al sentir el sabor del anís en su boca, haciendo algunas muecas dijo con espontánea honestidad: “fuchi Mamá, no me gustan”, mientras Ana, que no paraba de reír, le decía: “A mí tampoco, Sarita, a mi tampoco…”</span> </div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-2974762460361537912013-05-01T12:24:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.316-07:00Lectura crítica<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-C8e5yM18Nr4/UYFr4G5Hs-I/AAAAAAAACCQ/Fm4hUiUND7w/s1600/485294_450524415023648_671059374_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><img border="0" height="237" src="http://1.bp.blogspot.com/-C8e5yM18Nr4/UYFr4G5Hs-I/AAAAAAAACCQ/Fm4hUiUND7w/s320/485294_450524415023648_671059374_n.jpg" width="320" /></span></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Confieso que hasta hace poco no estaba familiarizada con el término "lectura crítica" aunque sí con el concepto... solo que, digamos que no sabía cómo se llamaba, y sin ánimo de que esto resulte una experiencia demasiado académica, me permito compartirles una de las definiciones que encontré en internet (lo que más adelante resultará ser una paradoja): "El concepto de lectura crítica hace referencia a la técnica o el proceso que permite descubrir las ideas y la información que subyacen dentro de un texto escrito. La lectura crítica, por lo tanto, es el paso previo al desarrollo de un pensamiento crítico. Sólo al comprender un texto en su totalidad, desentramando el mensaje implícito del contenido más allá de lo literal, es posible evaluar sus aseveraciones y formarse un juicio con fundamento". </span></div><div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><a name='more'></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En otras palabras, esto es que cuando leemos algo, antes de creerlo totalmente, o de criticarlo en forma despiadada, tenemos que entenderlo, y no me refiero a entenderlo en el sentido de saber lo que cada palabra significa por estar escrita en un idioma que dominamos, sino entenderlo por el contexto en el que se desarrolla, por la fuente de autoría, por el medio que lo difunde y sobre todo, por el objetivo que persigue.</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No recuerdo si ya he contado en este espacio (creo que sí), que hace años que mi relación con el internet es estrecha, que realizo mucho trabajo con y a través de él, y que desde que tengo contacto con el mundo digital, muchas cosas han cambiado, programas, sistemas, hardware, software, aparatos que eran grandotes ahora se hacen chiquitos, lo chiquito se hace grandote, pero más importante todavía, la información fluye hacia todos lados y de forma desbordada, y esa, es la única constante.<o:p></o:p></span></div></div><div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Arthur C. Clarke lo expresó de una forma muy sencilla: "Obtener información<span class="apple-converted-space"> </span><em><span style="font-style: normal;">de internet</span></em><span class="apple-converted-space"> </span>es como intentar servir un<span class="apple-converted-space"> </span><em><span style="font-style: normal;">vaso de agua</span></em><span class="apple-converted-space"> </span>con las cataratas del<span class="apple-converted-space"> </span><em><span style="font-style: normal;">Niágara</span></em>”.<o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y esa inmensidad de información sumada a la falta de lectura crítica, es un gigantesco mal de nuestros tiempos, ese es el motivo por el que (por ejemplo) las personas comparten fotografías grotescas de cuerpos mutilados o enfermos terminales, convencidos de que Facebook donará 1 dólar por cada vez que ha sido compartida, solo porque “ahí dice”, o no tienen empacho en “difundir” que el bicarbonato de sodio con limón es la cura para el cáncer, también porque “si está en internet…”, y donde queda nuestro criterio? La capacidad de dudar, cuestionarnos, investigar? …pues eso es lo más lindo, generalmente lo “resolvemos” también investigando en internet, porque nadie más que “San Google” puede ofrecernos una mejor respuesta.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es así que alguien puede encontrarse una ronchita en la mano y en lugar de consultar al dermatólogo, hacer una búsqueda en Google y terminar convencido de que le quedan pocos meses de vida, o tomar religiosamente bicarbonato de sodio con limón para “prevenir el cáncer” y luego ocasionarse un verdadero problema a consecuencia del exceso de sodio. (Y esto no lo indagué en internet, me lo dijo mi muy real amigo Miquel Nadal Pinzón, biólogo y docente).<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este es el motivo también de que aparentemente Albert Einstein haya dedicado una vida a decir frases para que luego se compartieron por facebook (aunque mañana las mismas frases aparezcan como dichas por Martin Luther King, Eduardo Galeano o Mahatma Gandhi.<o:p></o:p>¿Hay información real, clara y útil en internet? Sí, mucha, muchísima, casi en igual cantidad en que la hay mala, perjuiciosa, prejuiciosa, (son dos cosas diferentes, de verdad) dañina, inútil y hasta ofensiva. La diferencia está en nuestra forma de interpretarla.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por todo esto, supongo que en esta ocasión, más allá de compartirles un texto, me atrevo a hacerles una invitación a poner en práctica este interesante asunto de la lectura crítica, con o sin la técnica correspondiente, misma que pueden encontrar en internet… oh, esperen.<o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bueno, la idea central es cuestionarse, dudar, indagar, antes de permitirse dispersar información a diestra y siniestra, solo porque tenemos la facilidad de hacerlo con solo hacer un clic.<o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hay sitio web que reemplace una visita al doctor, ni foto de facebook que sustituya una donación a una ONG real (o mejor a aún, a involucrarse con una causa a la que somos sensibles), y ya que estamos, no hay “me gusta” que pueda resultar más valioso que un abrazo en el mundo real.<o:p></o:p></span></div></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-line-height-alt: 6.8pt; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es bueno usarlo cuando es el medio a mano para acercarnos a quienes queremos, optimizar el trabajo o acercarnos al entendimiento de un problema, pero no es la panacea y no lo será nunca, sobre todo si no aprendemos a leer, dudando.</span><o:p></o:p></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-62654441924529518992013-04-11T17:35:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.346-07:00El pozo depresivo<br /><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hay una frase que se le atribuye a tantos autores que no me atrevo a adjudicarle el que yo creo que la dijo, es aquella de “la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo”, y por ahí hay otra que dice que “la juventud es una enfermedad que se cura demasiado pronto” y hay quienes señalan que no es enfermedad ni tiempo sino un estado de ánimo, y a mí me gusta coincidir con esta última, por más que mi lumbalgia se empeñe en diferir.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y es que crecer (según yo) se trata de conocer, abrir la mente, aprender a ser agradecido y valorar lo que tenemos y no tiene nada que ver (de nuevo, según yo) con envejecer.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A principios de febrero tuve el gran GRAN placer de recibir por primera vez a mis Papás, era la primera vez que viajaban al extranjero sin que alguno de mis hermanos (o yo misma) los acompañaran y eso añadía un poco de adrenalina a la experiencia, pero afortunadamente y después de mucha espera y un retraso de su vuelo proveniente de Sao Paulo (donde habían hecho una escala), cruzaron la puerta de llegadas del aeropuerto y como decimos en México “me volvió el alma al cuerpo”, solo para luego volverse a salir cuando por fin pude abrazarlos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No voy a abrumarlos con todos los detalles del viaje, pero sí quiero compartirles cuál fue la impresión que se llevaron del paisito que hoy, a más de un año de habitarlo, me atrevo a llamar hogar.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-oG4GbzZ0XOM/UWdV5DodlQI/AAAAAAAACA8/feHaX4nza7U/s1600/2013-02-06+17.32.49.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://4.bp.blogspot.com/-oG4GbzZ0XOM/UWdV5DodlQI/AAAAAAAACA8/feHaX4nza7U/s320/2013-02-06+17.32.49.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Antes de que siquiera iniciaran el viaje, les advertí de todo lo que tendríamos que caminar, les advertí del sol y del calor y de todo lo que se me ocurrió advertirles, porque “el que avisa no es traidor” y no quería que fuera algo que los desencantara antes de encantarlos, pero afortunadamente eso no ocurrió, porque a pesar de que caminamos y caminamos y caminamos y caminamos y seguíamos caminando, fue en realidad algo que disfrutaron y encontraron maravilloso, sobre todo porque su rutina diaria implica horas (no exagero, son horas) de viajar en automóvil de aquí para allá y de allá para acullá y de regreso.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se mostraron también muy sorprendidos de cómo Minas, a pesar de ser una ciudad tan chiquita (sobre todo en sus parámetros), tiene TANTAS cosas TAN hermosas a su alrededor para ver y visitar, estuvimos en el Parque de Vacaciones, fuimos al Salus, al Salto del Penitente, a Villa Serrana, a la Represa de OSE, caminamos por la rambla, subimos el Verdún (por cierto, creo que dejé allá un pulmón, si alguien lo encuentra favor de devolverlo), y aún nos quedaron algunos sitios pendientes de conocer y re-visitar. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">También salimos algunos días de Lavalleja, para visitar Piriápolis, la reserva natural de Pan de Azúcar, Punta del Este y desde luego, Montevideo y muchos de sus atractivos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Todo les maravillaba y yo disfruté mucho viéndolos maravillados, mi Papá se interesó mucho en las aves y mi Mamá en las plantas y los árboles (dice que nunca había visto árboles tan grandes).</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Otra cosa que les gustó, que capaz que acá ya ni lo notan porque hay cosas que con la rutina se vuelven invisibles, es que prácticamente todas las personas con las que nos cruzamos en la calle y había un mínimo contacto visual, nos saludaban, lo que motivó a mi Padre a iniciar cierto tipo de “experimento social” y luego iba saludando por la calle a todo mundo, solo para comprobar que le regresaban el saludo, cosa que muy a mi pesar, hace años que no pasa en México, al menos no en el entorno en el que viven ellos, y en el que yo vivía también.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-ODlEEw_IJkk/UWdWXbvQAjI/AAAAAAAACBE/qoQ8Au3tGcg/s1600/2013-02-14+20.24.47.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="http://1.bp.blogspot.com/-ODlEEw_IJkk/UWdWXbvQAjI/AAAAAAAACBE/qoQ8Au3tGcg/s320/2013-02-14+20.24.47.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pues bien, todo era miel sobre hojuelas, hasta que un día regresando de Villa Serrana, decidimos pasar por el Cerro Artigas con el objetivo de quedarnos ahí hasta que cayera el sol y ver el hermoso atardecer minuano desde un sitio privilegiado (sobre todo porque un día antes, nuestro patio se había pintado de rosado en el ocaso y a mi Madre le había resultado encantador).</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras nos tomábamos fotos en el monumento Artigas, una chica… no sabría decir su edad pero seguramente tendría diecisiete o dieciocho se separó de su compañero (con quien hace rato tomaba mate y comía alfajores, de forma muy cordial) para venir a preguntarnos de donde éramos, dijimos: de México y ella le gritó a su compañero: “Te dije, ¡son mexicanos!”, y mientras muy amablemente la jovencita nos preguntaba qué sitios habíamos visitado y si nos había gustado, y nos daba otras opciones para explorar, el chico gritó desde el lugar donde seguía tomando mate y comiendo alfajores en completa paz: “¿Y qué los trae a este pozo depresivo?”, y mi esposo le respondió: “Yo soy del pozo depresivo”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La chica intentó minimizar el incidente pero la verdad es que fue un momento incómodo y bueno, terminó por despedirse, deseándoles a mis Padres una feliz estancia, mientras nosotros decidimos cambiarnos de sitio para ver el atardecer que ya estaba por llegar.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Está claro que lo que dijo el muchacho no cambió en absoluto la percepción de mis Padres respecto a Minas, lo cierto es que los sorprendió mucho y estuvimos hablando de eso durante un rato, concluimos que algunas personas (no todos, por supuesto), necesitan contar forzosamente con un punto de comparación para aprender a apreciar lo que tienen.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hay que salir, informarse, conocer lo que está afuera, para aprender a reconocer y valorar lo que tenemos dentro, y no hablo de que este chico tendría que irse a recorrer el mundo mochila al hombro, hablo de expandir las fronteras mentales, hablo de distinguir entre la saludable ambición de crecer y extender las alas y confiar en que se puede ser quien se quiera ser donde se quiera ser y culpar a tu entorno, al tamaño de tu ciudad o hasta a su posición geográfica, de los estados de ánimo que no dependen mas que de uno mismo. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La anécdota por supuesto se convirtió después en algo gracioso, y de forma sarcástica nos referíamos a Minas como “el pozo depresivo”, cuando hablé con mis Papás después de regresar a México, me decían: “Regresamos a México y volvieron todas nuestras dolencias, tan bien que nos sentíamos en “el pozo depresivo”, qué ganas de volver”, y nos reíamos porque a ellos, a mi, y seguramente a muchas personas que han salido y regresado o pasado por aquí, les parece justamente lo contrario.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es claro que nuestra perspectiva se ve influenciada, más que por nuestra edad, por la experiencia, la de mis padres, la mía, la del chico… y a raíz de eso me da por pensar ¿qué se necesitará para que mi hija aprenda a valorar esta ciudad, ahora su ciudad, y todo lo que la rodea?, ¿qué responsabilidad tengo yo como adulta, con una visión tan distinta, en la opinión y el sentir que ella tenga acerca de su entorno? Creo que es una pregunta que bien vale la pena hacernos, no para que nunca salga de Minas, sino para que si un día lo hace, recuerde con cariño las cosas que pudo hacer, y experimentar, como resultado de crecer en un lugar como este.</span></div><span style="line-height: 115%;"></span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="line-height: 115%;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;"><br /></span></span></div><span style="line-height: 115%;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 115%;">Mientras tanto, mis Padres ya hacen planes para volver, y yo no puedo esperar a tenerlos de vuelta.</span></div></span>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-72423487565788090272013-01-28T09:07:00.000-08:002015-06-02T05:06:16.348-07:00Tiempos pasados siempre fueron anteriores<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-xzeFcRfnDhU/UQamwd-FDsI/AAAAAAAABw4/CbX8HaGUlYY/s1600/Bisabuelo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://3.bp.blogspot.com/-xzeFcRfnDhU/UQamwd-FDsI/AAAAAAAABw4/CbX8HaGUlYY/s320/Bisabuelo.jpg" width="244" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desde que llegué a Uruguay, o mejor dicho... desde antes de poner siquiera un pie en tierras uruguayas, a través de Benedetti y Zitarrosa, me llegó ese inconfundible toque de nostalgia y melancolía que he logrado constatar durante este primer año viviendo por acá, y de hecho esta no es la primera vez, y seguramente tampoco será la última, que toco ese tema, porque simplemente me es inevitable.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por supuesto la familia de mi esposo, que es ahora mi familia y la de mi hija, no está exenta de vivir esta nostalgia, es de hecho un claro y vivo ejemplo de lo que hablo. La fotografía que acompaña esta entrada es la del bisabuelo de mi hija, un madrileño que llegó a tierras uruguayas y se convirtió en maestro confitero, fue tal su éxito que abrió una confitería, que en una muestra más de nostálgico recuerdo, se llamó "Confitería Madrid" y que aún ahora, a varios años (décadas ya) de que desapareciera, sigue en el recuerdo de mucha gente, tanto por su calidad humana, como por las delicias que confeccionaba.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><a name='more'></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Creo que esta pequeña anécdota sirve un poco (o un mucho), para entender el por qué de la nostalgia uruguaya, y es que los extranjeros que por una u otra razón se quedaron a vivir en el paísíto (como le dicen cariñosamente), al parecer vivían con esa continua dualidad entre sus orígenes y el lugar en el que echaron raíz, siempre con la idea de volver, por lo menos de visita, a la tierra que los vio nacer.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cabe decir que si bien este país, al igual que México fue conquistado por españoles, tiene también influencia de diferentes países europeos, principalmente Italia y Francia, aunque hay departamentos (estados) con colonias completas de alemanes y rusos, lo que creo que explica de sobra el hecho de que una generación tras otra, se vean obligadas, casi por instinto, a mirar hacia atrás.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-DiVQIv7JSGg/UQawMpEZI4I/AAAAAAAABxQ/lTWWErz--cM/s1600/209615_1945055276041_1580321_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="243" src="http://3.bp.blogspot.com/-DiVQIv7JSGg/UQawMpEZI4I/AAAAAAAABxQ/lTWWErz--cM/s320/209615_1945055276041_1580321_o.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y es gracias a esa "cultura de la nostalgia", que mi hija y tantos otros niños de su generación, y de las generaciones venideras, tienen acceso a diversos documentos gráficos y objetos que han pertenecido por generaciones a su familia, desde retratos de la abuela cuando era niña, hasta el documento de identidad del bisabuelo, y el jazmín que el tatarabuelo plantó en el jardín, y se conserva como un tesoro, la cartera que la bisabuela llevó a la boda de no sé quien, los gemelos que el bisabuelo usaba para ir al banco, los binoculares del otro bisabuelo (indispensables para ir al teatro) y la cajita que el bisabuelo le dio a la bisabuela cuando eran novios.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Decenas de fotos familiares, de paisajes, recortes del diario, listones y encajes, como yo sólo había visto en las películas, constituyen ahora parte del patrimonio de mi hija y espero que un día también lo sean de sus hijos y sus nietos... cosa que no es tan difícil de creer, si consideramos que algunos de esos objetos ya rondan el siglo de existencia.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tengo la impresión de que ella aún no comprende en su totalidad la riqueza histórica que tiene a su disposición, pero confío en que pronto lo hará, mejor dicho, me aseguraré de que lo haga, y por otro lado, siento la obligación de recuperar algunas de las fotos que dicen algo de mi, para que haya una evidencia gráfica de su familia mexicana, que si bien tengo a la mano en versión digital, no tendrán el mismo significado que tienen los objetos que sabes que una vez, hace mucho tiempo, en otro siglo incluso, estuvieron en las manos de los que te antecedieron.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando estaba embarazada y el Doctor nos dio la noticia de que esperábamos una niña, le dijo a mi marido en tono de broma: "Lástima, no se va a preservar el apellido... cuál es?" y cuando mi esposo respondió: "García", dijo "ah bueno, García hay muchos, no se va a acabar nunca", y todos nos reímos.<br /><br />Pero ahora sé, que "preservar el apellido", no tiene que ver necesariamente con tener uno rimbombante, o que este permanezca inscripto en las actas de nacimiento de las nuevas generaciones, sino con conocer su historia, y reconocerse como parte de ella, encontrar su lugar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Así, cuando alguien le diga a Luna que "Garcías hay muchos", ella sepa que aunque eso sea verdad, ella proviene de una rama en particular, la del Maestro García de la confitería Madrid... y de Juan Valladares del molino en San Andrés, y la de los Huerta, y los Olmedo, los Oggero, los de la Cruz, los Hernández...</span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-17495750342688071642013-01-15T13:53:00.000-08:002015-09-03T17:09:37.241-07:00La espera<div class="separator" style="clear: both; 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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_yJ0bzWoajpAjaDNQBFRr0o5eoAAKS030YY_Ym_EtfyX5wa-Qr9QquMhGXaobEstJx9g9EgpL7QOd9wLpFRVVxA6S33S0dpS23DLiiT9zLyYLNyIKrsCKDjpfoZqIAcg4vc7V45xx9D0B/s1600/unnamed.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_yJ0bzWoajpAjaDNQBFRr0o5eoAAKS030YY_Ym_EtfyX5wa-Qr9QquMhGXaobEstJx9g9EgpL7QOd9wLpFRVVxA6S33S0dpS23DLiiT9zLyYLNyIKrsCKDjpfoZqIAcg4vc7V45xx9D0B/s200/unnamed.jpg" width="200" /></a></div>
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Pasa el invierno al sol y el verano a la sombra, con la piel curtida por dolores añejos, algo de caballero queda en su voz pausada, que musita un "Buenas tardes, Señora", en cada oportunidad.</div>
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Con el pasado a cuestas, espera... y espera sin saber a ciencia cierta, qué es lo que espera, y sin embargo, tiene la certidumbre de que va a alcanzarlo ahí, justo en ese punto de la calle semidesierta de un pueblo que solo Dios sabe que existe, de un punto que no ha merecido mención alguna en un mapa local siquiera, de un sitio que no tiene nada especial, nada particular... excepto para él, para eso que espera, y para la Señora que un poco confundida le contesta todos los días: "Buenas."</div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-242146564829742732012-11-19T03:13:00.000-08:002015-06-02T05:06:16.307-07:00Elemental, mi querido Watson<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-LsrFmlgSzWI/UKoUQ4E1z_I/AAAAAAAABi4/2pOZFI-SuQs/s1600/I-am-sherlocked-sherlock-30095589-1900-1200.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="238" src="http://2.bp.blogspot.com/-LsrFmlgSzWI/UKoUQ4E1z_I/AAAAAAAABi4/2pOZFI-SuQs/s320/I-am-sherlocked-sherlock-30095589-1900-1200.jpg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aunque no he leído todas las aventuras de Sherlock Holmes (que según tengo entendido son casi 60), conozco varias y me declaro admiradora no sólo del acertado detective sino de su creador Sir Arthur Conan Doyle, quien a finales del siglo XIX supo darle vida a un personaje que aún ahora, es el ejemplo a seguir para la creación de tooooodos los héroes de series policiales, desde cualquier versión que se piense de CSI, hasta exitosos dramas televisivos como el del Dr. House, quien durante un tiempo vivió con “Wilson” (que vendría a ser un “Watson”), en el apartamento 221-B, que corresponde a la misma numeración de aquel que el original Holmes compartía con Watson.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><a name='more'></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este personaje ha sido traído a la vida una y otra vez por el cine y la televisión en innumerables ocasiones, y cuando en el 2010 una versión Hollywoodense lo puso de nuevo en boga (como si alguna vez hubiera dejado de estarlo), la BBC se dio a la tarea de crear una nueva miniserie (estupenda y altamente recomendable por cierto), que tuvo la osadía de traer a Holmes y a Watson al siglo XXI, la parte más interesante de esta adaptación, es la forma en la que los guionistas han decidido que Holmes interactúe con las tecnologías de la información presentes en nuestra era, y cómo en base al perfil diseñado por Conan Doyle, decidieron, por ejemplo, que Holmes está en pro del uso de los mensajes de texto (SMS) por celular. </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Este año, un nuevo (y malo desde mi punto de vista, pero como dicen en mi rancho “ahi ca’quien”), intento por integrar a Sherlock Holmes en el siglo XXI, vino por parte de CBS, que lanzó la serie “Elementary” en la que un moderno Sherlock acompañado de UNA (sí, es mujer) Watson, se dedican a resolver crímenes y del que lo único que me llamó la atención, fue la coincidencia con la versión de BBC en decidir que Holmes usa, aprovecha, y hasta abusa de los SMS de celular a celular, pero, el Holmes de la CBS, además entiende, aplica y apoya el uso de abreviaturas modernas que pueden resultar incomprensibles para el resto de los mortales, aunque por supuesto para el resultan “elementales”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aquí es donde ya no sé qué pensar… me cuesta creer que el Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle aceptara, abrazara e incluso celebrara la deformación del lenguaje convertido a una suerte de código encriptado que es solo capaz de entenderse por las nuevas generaciones, un código en el que la sintaxis, la gramática, y hasta la fonética (de la ortografía ya ni hablamos), se pase por alto en aras de una comunicación más rápido… como que todo lo que tenemos que decir, fuera urgente de ser comunicado.</span></div><div class="MsoNormal"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces, las frases se convierten en siglas, las palabras en letras, las letras en emoticones (figuritas creadas con las letras para representar caritas felices :)</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">tristes :(</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">sacando la lengua :P</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">riendo a carcajadas xD</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">desconcertadas o_O indignadas u_u</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">asustadas D: y una cada vez más larga lista de etcéteras).</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">En mis nada lejanos años de juventud, las siglas TQM (Te Quiero Mucho), se hicieron populares rápidamente y a la fecha sigue siendo un código común y creo que entendido por chicos y grandes. Luego, con la famosa/bendita/maldita globalización, la web 2.0 y el consecuente auge de las redes sociales, las barreras idiomáticas han desaparecido y los más jóvenes hablan algo así como un “espanglish”, y entonces los códigos resultan ser abreviaturas de frases en inglés y no en español, por lo que dos amiguitas de 8 años se escriben mensajes diciendo “Tú eres mi BFF”, abreviatura de “Best Friend Forever”, y el “jajaja” que acostumbrábamos leer, se ha transformado por “LOL” (Laughing Out Loud) o incluso frase más largas “ROFL” (rolling on the floor laughing), y aquí me voy a detener porque si no, no nos va alcanzar el espacio, LOL.</div></span><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero además de estas siglas (más que abreviaturas), una serie de anglicismos que tienen que ver con el mundo de la tecnología y el internet se han arraigado tan poderosamente en nuestro lenguaje, que la Real Academia de la lengua Española no ha tenido más remedio que aceptarlos, es así que googlear, feisbuquear, tuitear y chatear, entre otras, ahora son parte del idioma español o_O</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ahora bien, dentro de esta nueva subcultura de internautas que generan esta serie de códigos que luego pasan a la vida diaria y terminan siendo una forma reconocida y aceptada de comunicarse, lo que más rompe los ojos es la deformación del lenguaje, en la que parece que el alfabeto no tiene suficientes vocales y por eso hay que repetirlas, además de que es un arte/gracia/nosénicómollamarlequierollorar, escribir una palabra de cuatro letras, con faltas de ortografía intencionales y exceso de vocales, por lo que es común en internet, en los mensajes de celular (y me temo que ya también en muchas escuelas), leer frases escritas de esta forma: “ooLAA liiiiNDDaaA, Kmo eZZtaaS?” (...creo que se me murieron dos neuronas nomás de escribirlo), me van a perdonar pero a esto último, todavía no logro encontrarle sentido.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y por último, están las abreviaturas/letras/expresiones que se llevan la fonética entre las patas y que debo decir que son cada vez más comunes aún entre los adultos, y son las que encontramos cuando alguien para decir “que” escribe “k” …cuando se supone que “k”, suena “ka”…o yo estoy mal …o muy vieja (no respondan). Y de la misma forma “x” que se puede leer “por”, al escribirse “xa” se convierte en “para” …de nuevo: o_O</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Habrá que adaptarse o morir?, ¿Será que llegue el día en que todos nos comuniquemos de nuevo con sonidos guturales? LOL, espero que no.</span></div><div class="MsoNormal"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo misma (como se habrán dado cuenta), me encuentro ya inmersa en estos nuevos códigos y a veces me encuentro agregando emoticones felices, confusos o sacando la lengua, en mensajes dirigidos a clientes o a la profesora de mi hija y el único argumento que tengo para decir no sé si en mi defensa o simplemente para explicarlo, es que en efecto una idea puede expresarse de forma más inmediata y enriquecer (sí, con una carita), el sentido de lo que está escrito.</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><!--[if !supportLineBreakNewLine]--><!--[endif]--></span><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Concluiré diciendo que hay cosas, como las abreviaturas y los emoticones, que me parece que cumplen con esta última función y otras que rompen y me seguirán rompiendo los ojos y que espero que no consigan deformar el lenguaje para siempre, lo cierto es que la forma de comunicarse ha cambiado y descifrarlo es además de necesario, interesante y divertido.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tal vez después de todo no se equivocaron tanto al pensar que Holmes hubiera optado por el uso de códigos en esta era, cuando descifrar y deducir, era lo que mejor hacía. Aunque estoy segura que jamás hubiera ido tan lejos como para escribir: “Lmental mi Krido Watson”.</span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-52813751805868136052012-10-07T15:48:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.337-07:00¡Viva la muerte!<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-mfa9A8uTufg/UHIKZCs3PyI/AAAAAAAAAzs/kJcIPNNG-fY/s1600/267553_4539731221318_114844594_n.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://4.bp.blogspot.com/-mfa9A8uTufg/UHIKZCs3PyI/AAAAAAAAAzs/kJcIPNNG-fY/s320/267553_4539731221318_114844594_n.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;">Hace unos días… una semana para ser exacta, acudí con mi familia al cementerio central, donde tuvimos la oportunidad de hacer un recorrido guiados por la museóloga Myriam Soria, quien antes de iniciar nos compartió que había sido algo complicado el proceso de conseguir que se aceptaran dichos recorridos, por una suerte de tabú relacionado con la muerte que existe en la sociedad.<br /><br /></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;">Al saber que venimos de México, me dijo que probablemente para nosotros no era nada extraño puesto que nuestra relación cultural y social con la muerte es diferente, y tiene razón. Así que, sin ser noviembre todavía, se me ocurrió compartirles acá, algo acerca de esta relación que tenemos los aztecas con la muerte, que le parece tan… peculiar (por decir lo menos), a personas de otros países.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br /><a name='more'></a>Por diversas creencias, tradiciones y desde luego la mezcla de ellos, la muerte tiene para los mexicanos un sentido más festivo que fúnebre, que no debe confundirse con la falta de respeto. Solo puedes morir si estás vivo, por tanto, la celebración de la muerte es también la celebración de la vida y no se les puede separar.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />La tradición de festejar, recordar y hacer ofrendas a nuestros muertos, viene de ritos prehispánicos, tan arraigados en los distintos pueblos indígenas, que la evangelización que conquistó a México no pudo con ella, así que, como ocurre con otras costumbres en diferentes países, la iglesia le hizo “un huequito” a lo pagano, uniendo al mundo de los muertos y al de los vivos, en una sola celebración, el Día de Muertos, que se festeja cada 2 de noviembre, aunque la pachanga comienza desde el día 1º, día de todos los santos, en los que se recuerda especialmente a los niños ya fallecidos.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />Si bien los principales elementos de la celebración son, como antes decía, prehispánicos y siguen estando vigentes además de considerarse infaltables, hay otros elementos resultantes de una mezcla que aún no me queda claro si vino a enriquecer o a dar al traste con la celebración, lo ha influido al grado de que en un mismo altar de muertos puede encontrarse una “jack-o-lantern” (la tradicional calabaza calada con una vela en su interior), el Xoloitzcuintle (perro de raza azteca casi extinta que tiene la labor de ayudar al difunto a cruzar al otro mundo), una imagen de la virgencita de Guadalupe y una foto de Marilyn Monroe.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;">Y es que el punto central de la celebración, es la creencia de que ese día no solo recordamos a los muertitos, sino que los recibimos en ese día que “les dan chancita” de visitarnos, y los agasajamos con sus platillos favoritos, la música que solían escuchar y por supuesto, su bebida favorita que como era de esperarse, suele ser tequila.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-8Yo9vTVg4rY/UHIKZszCIZI/AAAAAAAAAz4/Om24EEF4oGg/s1600/2998261920_2ee9097d5c.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="http://1.bp.blogspot.com/-8Yo9vTVg4rY/UHIKZszCIZI/AAAAAAAAAz4/Om24EEF4oGg/s200/2998261920_2ee9097d5c.jpg" width="200" /></a></div>Esta celebración no tiene que hacerse necesariamente en el cementerio aunque es lo más común, e incluso, durante estas fechas, se montan ferias alrededor de ellos ofreciendo pan de muerto, flores de cempazuchitl, calaquitas de dulce, chocolate o barro a las que los niños ruegan a sus padres que les compren, pidiendo al habilidoso vendedor que escriba su nombre en la frente de la calavera y el resultado suele ser un garabato que parece decir: “Veatris” y cosas por el estilo, pero que igual les encanta. </div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />La celebración del día de muertos puede pues, y suele llevarse a cabo, en escuelas, oficinas tiendas y por supuesto en las casas, preparando un altar de muertos que puede ser de dos, tres o siete niveles (siendo este último el más común), y que lleva en la parte más alta al pariente, amigo o personaje al que queremos hacer la ofrenda y a lo largo de sus escalones se colocan los diferentes elementos naturales: aire, agua, fuego y tierra, representados por diferentes objetos, por ejemplo:</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Agua: …pues eso, agua… bueno, elegí un mal ejemplo.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;">Aire: papel</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;">Tierra: puede ser tierra, semillas y/o flores</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;">Fuego: velas encendidas</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />Y ese altar no es solo una forma de acomodar cosas para que se vean bonitas, sino que representa el viaje del alma desde la tierra hasta el cielo, pasando por el inframundo y otros bonitos lugares, aunque en la tradición prehispánica el destino final no era el cielo como lo conceptualizamos los católicos, sino alcanzar el descanso eterno junto a Mictlantecuhtli y su esposa Mictlantecuhtli, no en el cielo, sino en Mictlán.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />Lo que me hizo recordar todo esto no fue únicamente la relación obvia entre visitar un cementerio uruguayo y uno mexicano, sino la simbología que coincide y la que se divide, de acuerdo a la percepción que cada cultura tiene de la muerte. </div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />En el cementerio central hay verdaderas obras de arte y cada una es interesantísima, no solo por reunir a personajes de la talla de Brígido Silveira y Carabajal, sino por los “adornitos” que en realidad transmiten el sentir que hemos heredado respecto a la muerte durante siglos. La tragedia, el llanto, la resignación, representados en distintas formas, figuras y ornatos y con diferentes orígenes, desde los celtas hasta los masones.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />Por supuesto no todo tiene ese tono, hay también representaciones… digamos… más optimistas, que significan esperanza, ascensión, mejora, paz, pero pocas, o ninguna, festiva (aunque hay un epitafio muy simpático que no les comparto para no echarles a perder su visita, si es que se animan). </div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />No creo que se deban comparar ambas y decidir cuál es mejor o cuál peor, como tampoco quiere decir que a unos nos duela más que a otros perder un ser querido, son simplemente distintas maneras de encarar lo inevitable, como inevitable es que dichas formas y representaciones, todo lo que somos y sentimos alrededor de la muerte, sean consideradas parte de la riqueza cultural de un país, de una ciudad, en concreto, de una comunidad.</div></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify;"><br />Creo que el tema da para más. Espero, si no me ha cargado la huesuda, poder hablarles nuevamente de este tema cuando se acerque el Día de Muertos, y mientras tanto… ¡A disfrutar! Porque de esta no salimos vivos…</div></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-56926791691347996522012-10-07T15:46:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.343-07:00Estoy en el rincón de una cantina…<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-DYtl-l8O2bs/UHIJP98nsyI/AAAAAAAAAzc/fLDJVlSzzOE/s1600/jaj.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://3.bp.blogspot.com/-DYtl-l8O2bs/UHIJP98nsyI/AAAAAAAAAzc/fLDJVlSzzOE/s320/jaj.jpg" width="300" /></a></div><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Si bien esta es la parte de una canción de José Alfredo Jiménez en el que advierte a su amada que está a punto de emborracharse por su amor, (él no quería, pobrecillo) en realidad hoy quiero hablarles de una cantina diferente, a ver si me explico:</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿Le ha pasado, querido lector, que una tarea en apariencia simplísima de concretar, que además resulta tener cierta relevancia para obtener un importante beneficio personal, va quedando relegada una y otra vez, sin que haya una razón verdaderamente razonable para que así sea?</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /><a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿No es cierto que al iniciar sus labores cotidianas tiene clara desde el primer minuto la prioridad de cada uno de sus asuntos pendientes, y no queda duda de qué cosa es más importante que otra?</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿Se ha preguntado por qué justo cuando pensaba tomar el teléfono para hacer esa llamada, o acercarse a la computadora para escribir la famosa carta que necesita, o caminar hasta la oficina en la que debe iniciar un trámite, recuerda que la manija del segundo cajón de la alacena (que por cierto nunca usa) está algo floja y usted no parece tener empacho en dedicarle tres horas a dicho asunto postergando lo que se supone que era urgente?</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pues bien, ese sitio en el que nos refugiamos para no hacer lo que de sobra sabemos que TENEMOS que hacer, es una cantina. Los más modernos se refieren a esto (principalmente cuando se pierde el tiempo vagando por internet) como “procrastinar”, pero como a mí me cuesta trabajo la palabrita, suelo usar alguna mexicanísima expresión en su lugar, algo como “nomás se está haciendo pato”, y otras mucho más divertidas pero políticamente incorrectas para ser compartidas en este espacio.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Una vez aclarada la terminología, volvamos al tema de las cantinas, cada quien crea su propia cantina, para algunos es la televisión, para otros, como ya dijimos, el internet, y otros más, crean cantinas que no son del todo improductivas, lo cual puede dar la sensación de que se está haciendo algo bueno, aún cuando lo importante se deje de lado, hasta el momento en que es urgente, y luego nos pasamos la vida solucionando cosas urgentes, y así, entre urgencias y cantinas, la vida se va volando.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sí, sí, ya suena que suena algo exagerado eso de “la vida se va volando”, ¡Pero es así! Con una impresionante facilidad se nos van los días, los meses y hasta los años, sin llevar a cabo cosas que aparentemente tenemos decididas desde hace tiempo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Un cuento que me gusta mucho compartir en ciertas charlas sobre este tema, es el de un hombre que después de dos inviernos (léase dos años), se pone un abrigo que por diversas razones no había utilizado en ese periodo de tiempo, y al meter las manos en los bolsillos descubre el recibo de una zapatería a la que había llevado un par de zapatos para arreglar y cuya fecha de entrega estaba marcada para cuatro días después de haberlos dejado en reparación.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hombre, además de darse cuenta de por qué no encontraba esos zapatos, decide ir a la zapatería a ver si todavía los tienen por ahí, solo para darse cuenta, para su sorpresa, que el zapatero todavía no los arregla, por supuesto el hombre increpa al profesional del calzado para preguntarle el por qué de la demora (superior a dos años, claro está), y el zapatero responde: “porque le di fecha para cuatro días y nunca vino”.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Para explicarlo mejor, como el hombre jamás pasó, pues él no se presionó para repararlos, no importa si él sabía o no que tenía que entregarlos, importaba que no hubiera nada que lo obligara a hacer, lo que tenía que hacer.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pues bien, en muchas ocasiones somos como este zapatero, y postergamos todo tipo de cosas, desde comprar un nuevo par de medias, hasta escribir un testamento, pasando por todo tipo de trámites y acciones ya sea que tengan que ver o no con nuestro trabajo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La primera instructora que me habló de “las cantinas”, explicaba que no había que considerarlas un vicio, ni nuestro mayor enemigo, porque las cantinas son hasta necesarias y tienen una función importantísima en el día a día, son un lugar estupendo a donde escapar, en el que abstraerse de la realidad, una zona de confort en la que todos, en algún momento del día, nos merecemos estar.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Por supuesto el problema viene cuando pasamos el día entero en esa cantina, en lugar de programar un espacio para ello y darnos permiso, conscientemente, de perder el tiempo un momentito, antes de hacer lo que sea que tengamos por hacer.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es así que es válido empezar a ver una película tonta desde la mitad, y no despegarte de la pantalla hasta conocer el desenlace, acomodar todos los buzos en el armario de acuerdo a su color, textura y temporada, o ver un partido de fútbol entre dos equipos que ni sabías que existían, siempre y cuando seas capaz de retomar tus tareas, una vez que tu hora de recreo ha culminado.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Incluso, hay grandes organizaciones que no solo no reprochan a sus trabajadores que tengan cantinas, sino que además les recomiendan crearlas y se preocupan porque estos encuentren en su entorno, materiales y espacios que les permitan distraerse, jugar y literalmente, tomarse un momento para “hacer nada” durante sus horas hábiles.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Así pues, yo he decidido ejercer mi derecho a perder el tiempo un poquito cada día, pero como a todo derecho le corresponde un compromiso, este debe ser de forma inequívoca, no postergar lo importante para cuando sea urgente, y hacerlo inmediatamente después de salir de la cantina.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y he decidido compartir con ustedes queridos lectores dicho compromiso, porque hace más de una semana que empecé a escribir este texto, y recién ahora que están a punto de cerrar la edición, me puse a terminarlo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">No se puede seguir así, empezaré mi nueva rutina de cantina – actividad ¡Hoy mismo!… o tal vez mañana… es decir, un día estos… bueno, ya se verá.</div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-204160812250383382012-08-20T13:16:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.303-07:00Vieja obsoleta<a href="http://1.bp.blogspot.com/-7DtO3xyjTKk/UDKo78D92yI/AAAAAAAAAqo/_7Ekwhdam4Y/s1600/oldlady.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5778867019558279970" src="http://1.bp.blogspot.com/-7DtO3xyjTKk/UDKo78D92yI/AAAAAAAAAqo/_7Ekwhdam4Y/s400/oldlady.jpg" style="display: block; height: 250px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 333px;" /></a><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 100%;">Debo empezar por aclarar que el título no hace referencia a ninguna persona conocida, y hasta podría asegurar que tampoco por conocer, y no me refiero tampoco a una cosa, equipo o aparato, la vieja obsoleta soy yo… que ni tan vieja ni tan obsoleta, pero desde que tiré los dados y acepté el reto de empezar de nuevo, como ya otras veces he contado por aquí, esa sensación de ser una verdadera anciana que no tiene cabida en ningún espacio laboral, ha sido recurrente.</span></div><a name='more'></a><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A ver si consigo explicarme. Hace algunos ayeres, por allá de 1999… el siglo pasado pues, yo trabajaba en el departamento de recursos humanos de una empresa trasnacional, en el área de reclutamiento y selección, para ser más exacta, y había varias posiciones importantes que debían cubrirse en un corto tiempo, porque la compañía, dedicada a la manufactura de piezas automotrices, estaba en plena expansión y se requería personal calificado, que además pudiera empezar de inmediato.<br /><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Después de algunas semanas de búsquedas infructuosas, me di cuenta que entre los candidatos descartados, se encontraban las solicitudes de varias personas mayores de 45 años, mismos que ni nos habíamos tomado la molestia de revisar porque “no cumplían con el perfil”, así que los analizamos, y la experiencia de todos y cada uno de ellos, honestamente era impresionante, así que decidimos iniciar el proceso de entrevistas, y las historias con las que nos encontrábamos, más o menos se parecían.<br /><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Eran profesionales que por uno u otro motivo, se habían “alejado” del mundo laboral, ya fuera para poner un negocio propio, por motivos familiares, o por aceptar un proyecto en la función pública, y que después, al encontrarse desempleados, de nuevo por diversos factores como el cierre de su negocio propio, o bien, su reciente mudanza a la ciudad, un recorte de personal o la terminación de un contrato, se encontraron con que eran “demasiado viejos” para ocupar cualquiera de los puestos que aparecían en los diarios o en las bolsas de trabajo, pero a pesar de ello, no perdían la esperanza y seguían enviando su currículum.<br /><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">También nos sorprendió encontrar entre sus similitudes, el hecho de que se habían preocupado por actualizarse en sus áreas de trabajo, no solo poniéndose al día con los sistemas digitales, sino también con nuevas normas de calidad y procesos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />Pues bien, con algo de resistencia al inicio del proceso por parte de la Dirección General, finalmente estos profesionales de diversas áreas fueron contratados, recuerdo con mucho cariño cómo uno de ellos (el mayor, tendría unos 56 años, entonces), me llevó un ramo de flores el día de mi cumpleaños y me agradeció no haber desechado su solicitud. Cosa que me llamó la atención, primero porque habían pasado meses desde su contratación, y segundo porque en realidad no había sido ningún mérito puesto que fueron ellos los que me salvaron el pellejo a mí.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />La preocupación principal del Director de la empresa, era el reto que representaría que los jefes directos de varios de ellos, fueran más jóvenes que sus subordinados, y las posibles “consecuencias negativas”, que podrían surgir de ello, pero a decir verdad, hasta el último día que yo estuve en esa empresa (que dicho sea de paso abandoné para venir a Uruguay por primera vez), todo transcurrió de la mejor manera, no pasaba de que los muchachos de mantenimiento le dijeran “el abuelo” al nuevo supervisor, quien se mataba de risa para después poner orden y continuar trabajando.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />A partir de aquella contingencia, decidimos cambiar las publicaciones, y omitir los límites de edad para aumentar las posibilidades de encontrar al personal adecuado, aunque a decir verdad, en general eran los jóvenes los que se seguían quedando con las mejores posiciones, cosa que tampoco estaba mal, pero bueno, al menos un poco logramos incidir y hacer de la empresa un sitio con mayor diversidad de ideas.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />Todo esto vino a mi mente, cuando una vez instalada en Minas, decidí explorar algunas de las posibilidades laborales, y me encontré con que el límite de edad, ahora ha bajado, y las empresas solicitan personal, con un máximo de 35 años, a veces 30, y yo, con mis 37, quedo fuera de casi toda oportunidad, aunque siguiendo el ejemplo de aquellos compañeros, obviando el tema de mi antiguo esqueleto, igual mandé las solicitudes, la mayoría ni siquiera acusó de recibo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />Obviamente y para fortuna de muchos, no se trata de la generalidad de los casos, pero sí es una tendencia que noto no solo en el Uruguay, también en México y en otros Países, y ahora se me ocurrió profundizar, porque esta semana, en el marco de una jornada para difundir la aplicación de la ley del acoso sexual (que ustedes dirán, y eso que tiene que ver?), mencionaban, entre lo que se considera discriminación, la discriminación por edad, misma de la que poco se habla y que es quizás una de las más arraigadas en el mundo laboral.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />Por supuesto habrá puestos de trabajo en los que la edad pueda incidir directamente sobre la productividad el empleado, eso no está a discusión, pero pensar que una persona mayor de 35 años, en pleno uso de sus facultades mentales, con experiencia y capacitación, es demasiado vieja para acceder, ya no digamos al empleo, sino al proceso de selección, es decir que la edad te deja fuera de toda posibilidad, de conseguir siquiera una entrevista, ya no digamos de probar tus capacidades.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />Quiero insistir en que afortunadamente esto no ocurre en todas las empresas, pero evidentemente, “gracias” a las que implementan estos perfiles, las probabilidades de conseguir un empleo, para una persona que se esté acercando a la cuarta década de su existencia, se reducen.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />No me queda muy claro cómo debo cerrar este texto, si conminando a empresas y organizaciones a abrir sus criterios de selección para darle lugar a gente que puede hacer interesantes aportaciones, o haciendo llamado a todos los ancianos que como yo, tengan más de 35 años, para insistir y probar el valor de su experiencia, conocimientos y habilidades, haciendo caso omiso de los avisos que nos declaran obsoletos, quizás la invitación deba ser para ambos, a fin de cuentas se trata de un negocio beneficioso para todas las partes.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />“Viejos los cerros y reverdecen!”, bueno… ya van a ser las 21:00, ahora a tomar la leche y a dormir, porque no aguanto las reumas.</div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-84577726671749000432012-07-30T06:39:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.354-07:00Surfer Godínez<a href="http://4.bp.blogspot.com/-pQwv0gZclNM/UBaQrIabvdI/AAAAAAAAAqA/ch5aqHDSAFk/s1600/SURFER_468x334.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5770959043188997586" src="http://4.bp.blogspot.com/-pQwv0gZclNM/UBaQrIabvdI/AAAAAAAAAqA/ch5aqHDSAFk/s400/SURFER_468x334.jpg" style="display: block; height: 285px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 400px;" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 100%;">Mañana cumpliré 29 años, tal como lo he venido haciendo desde 7… bueno, a decir verdad, no me molesta la idea de acercarme a los 40, con frecuencia entre amigas bromeamos con aquello de: “me dijeron que al cumplir los 40 tendría todo resuelto, no que lo tendría todo re-suelto”, y no es que las canas, las arrugas y otros síntomas inequívocos de que la juventud se está despidiendo (miren que no ha terminado) para nunca más volver, estén recién por asomarse, sino que al menos en mi caso, son más frecuentes los momentos de reflexión y recapitulación, no como una forma de atarse al pasado, sino como una manera de regocijarse de las cosas que me han tocado vivir, y ver si aprendí o no de las que no fueron gran motivo de regocijo. Arrepentirse, en cualquier caso, está fuera de toda consideración.</span><br /><span style="font-size: 100%;"></span><br /><a name='more'></a><span style="font-size: 100%;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tengo un amigo en México bueno, tengo varios, pero este en particular se encuentra desde hace algún tiempo en la encrucijada de elegir entre ser un “surfer vagabundo”, como él mismo se autodenomina, o un “Godinez”, que es la forma cómico/despectiva en que suelen referirse a personas que trabajan en oficinas, particularmente en oficinas de instituciones públicas. Se usa a tono de broma e incluso algunas personas que trabajan en otro tipo de empresas, se llaman a sí mismos o a algunas actividades, “Godinez”.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El caso es que en muchas de estas conversaciones, yo, metiéndome en donde no debo, le he comentado que quizás no tenga que elegir necesariamente entre una y otra, que también en las ciudades con playa hay instituciones de gobierno, pero él dice que para adoptar la vida de “surfer vagabundo” que desea, otras cosas de su entorno también deberían cambiar, como su trabajo, horarios y otras cosas de las que seguramente él sabe más que yo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lo importante acá, es que siempre llegamos a la misma conclusión (entonces para qué siguen hablando, dirán ustedes), y esa conclusión es que nuestra historia como seres humanos está construida en base a elecciones, que algunas veces tienen buen resultado, otras no, pero necesariamente, sin importar nuestro momento o circunstancia, tenemos que elegir, y con frecuencia, por no decir siempre, la elección de una cosa es la renuncia de algo más, y generalmente (de nuevo, por no decir siempre) esa renuncia cuesta, incluso puede ser que duela, y pasa a formar parte de una larga lista que nosotros llamamos, la lista de “What ifs”, o dicho de otra forma, la lista de los “Que talsis”, que ya en otra ocasión había mencionado por aquí.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sé que vivir en el pasado no es nada recomendable, pero muchas veces nuestros momentos de reflexión, y seguramente todos los de retrospección, nos llevan a tratar de imaginar, cuál sería nuestro actual escenario de haber tomado determinadas elecciones en lugar de las que efectivamente llevamos a cabo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Este ejercicio de ver hacia atrás, aunque como dicen en mi pueblo: “pa’ atrás ni pa’ agarrar vuelo”, puede provocarnos varios sentimientos, como la frustración de no haber tenido la disciplina para ser una atleta destacada o bailarina (aunque para esto además me faltaba como medio metro de piernas), la derrota de reconocer en qué momentos las decisiones que tomamos sin duda fueron las equivocadas, la alegría de saber distinguir nuestros aciertos, y la maravilla de saber que podemos convertirnos en mejores personas si es que algo aprendimos en el camino.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hoy, en el umbral de mi cumpleaños número 37, concluyo que hay que cientos de cosas que no he conseguido, pero todos los días encuentro ejemplos de que esto no se acaba hasta que se acaba, y que mientras la vida siga, la capacidad de elección también, y por otro lado, encuentro en mi escenario actual los resultados de elecciones que han dado excelentes frutos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me gusta estar en donde estoy, aquí y ahora, consciente más que nunca de lo difícil que es empezar desde ceros a una edad en la que alguna certeza debería tener, estoy aquí y ahora con la gente que no solo me es importante, sino indispensable, y de que ser trascendente en sus vidas, es quizás el más alto logro conseguido, y es al mismo tiempo, uno que nunca me planteé.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Vivo en constante agradecimiento hacia quienes desde México siguen estando a mi lado, hombro con hombro, a quienes aquí me han recibido abriéndome su corazón de par en par y se han mostrado sinceramente interesados en que mi integración y la de mi hija, sea más sencilla, e incluso hacia quienes sin conocerme han sabido ser solidarios con sentimientos y acciones. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Estoy tan contenta como asustada con las posibilidades que representan los años por venir (sean los que sean), orgullosa de saber quién soy hoy y con quien puedo contar, y aún en el ejercicio constante de entender y aceptar lo que no soy, y lo que aún estoy a tiempo de ser… bailarina, ya dijimos que no.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tal vez seguiré discutiendo con mi amigo surfer, acerca de si debe atreverse a dejarlo todo y mudarse junto al mar, o quedarse en donde está y seguir haciendo carrera como funcionario público, y esta vez tendré cuidado de advertirle con total sinceridad y conocimiento de causa, que empezar de nuevo no será nada fácil, aunque siempre que esté convencido de lo que quiere, cualquiera que sea su elección, va a ser la buena, aún cuando resultara ser la equivocada. Porque es preferible aprender del error, que vivir abrazado a una duda.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Al fin y al cabo, citando a Nietzche: “Quien tiene un por qué, es capaz de soportar cualquier cómo”. </div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-35060398565191779522012-07-30T06:35:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.325-07:00No salimos tan mal<a href="http://2.bp.blogspot.com/-HftYU-MZb4M/UBhLzTbOvdI/AAAAAAAAAqU/vK3jriWdFFU/s1600/24747_1402646476160_1532304552_1018763_7253845_n.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5771446267235188178" src="http://2.bp.blogspot.com/-HftYU-MZb4M/UBhLzTbOvdI/AAAAAAAAAqU/vK3jriWdFFU/s400/24747_1402646476160_1532304552_1018763_7253845_n.jpg" style="display: block; height: 375px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 375px;" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Soy abiertamente culpable de amar la tecnología, desde mis primeros contactos con ella, cuando aprendí a operar una grabadora de dos casetes, o a arreglar la videocasetera de casa que dos por tres se quedaba en el atarante o le daba por enrollar la cinta, hasta la actualidad del internet, las redes sociales y los teléfonos inteligentes, pasando por mi descubrimiento personal del correo electrónico y sus ventajas.</div><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Formo parte de la generación que presenció cómo el mundo de la tecnología mudaba de lo analógico a lo digital y celebro cada una de sus novedades, como niña con juguete nuevo… aunque no todo es miel sobre hojuelas. En ese mismo cambio tecnológico, hemos cambiado como sociedad, y no termina de quedar claro si ha sido la tecnología la que va avanzando a la par de la sociedad, o finalmente como en las peores visiones futuristas, la sociedad no ha tenido más remedio que cambiar para adaptarse al frenético crecimiento de la tecnología.<br /><br /><a name='more'></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esta semana, después de muchas súplicas, por fin mi Mamá, de 62 años, se decidió a tomar clases de computación. Como Dios le ha dado a entender, se ha mantenido en contacto conmigo y con su nieta a través de facebook y de skype, pero no tardó en advertir que había mucho más de provecho que podía obtener del uso de la computadora y el internet; desde el hecho de poder comunicarse con sus proveedores y clientes que han desterrado ya casi por completo el uso del fax y ahora todo lo envían por correo electrónico, hasta la posibilidad de llevar un registro contable que ella, desde siempre, ha llevado de su puño y letra.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sobra decir que me siento muy orgullosa de ella, como lo estoy por ejemplo de mi Suegra, mi Tía y muchos hombres y mujeres que han enfrentado el temor (porque es natural sentirlo) a lo nuevo, a lo diferente, a lo desconocido y ahora incursionan exitosamente en el mundo digital. Mi Padre por otro lado y como muchos otros, es más del tipo autodidacta, así fue como aprendió a tocar la guitarra y el piano, y a hablar inglés, así que avanza cuanto puede, cada vez que puede, y lo hace bien.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Por otro lado, está la generación de mi hija, que parece haber nacido con un instructivo integrado para cuanto artefacto tecnológico cae en sus pequeñas manitas, tiene casi 9 años, todavía no consigue recitarme completa la tabla del 8, pero que no le aparezca un juego nuevo en la computadora, porque domina en segundos hasta sus más intrincados acertijos, y así lo hacen niños todavía más pequeños que ella y de los más grandecitos, ya ni hablamos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Para dejar todavía más clara la enorme brecha tecnológica que nos separa entre generaciones, baste decir que unos meses antes de venir a México, cuando separábamos las cosas que se quedarían y las que traeríamos, brotaban y brotaban cajas con mis recuerdos de otros tiempos: música, dibujos, cuadernos, cartas, y de pronto… de entre aquel revoltijo, mi hija vino corriendo hacia mí con un reproductor de casetes, uno de esos famosos “walkman” que estaban de moda cuando yo estudiaba la preparatoria, y me dijo: “qué es esto?” …no supe si reír o llorar, sobre todo cuando en la explicación de su funcionamiento, me sorrajó otra pregunta acerca del mesozoico: “y qué es un casete?”</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y bueno… hubo también algo de nostalgia, me hubiera gustado que ella escuchara música en un casete, y aprendiera a regresarlo con un lápiz como hacíamos nosotros, o pasara horas junto a la radio esperando la canción que le gusta para grabarla en lugar de simplemente entrar a internet y descargarla.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tal vez llega un punto en el que cada uno piensa que sus épocas fueron mejores, hay quien dice que “tiempos pasados siempre fueron mejores” y quienes aseguran que “tiempos pasados siempre son anteriores”, como diciendo que hay que dejar ir el pasado, abrazar el presente y tirarse de cabeza al futuro, esperando que todo salga bien.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero yo, amando como amo el mundo tecnológico, y creyendo como creo, que hay que vivir el presente porque es lo único real que experimentamos, pienso también que hay mucha cosa que no hacía falta en este mundo.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Creo, porque además lo he vivido, que el exceso de conexiones tecnológicas se vuelve inversamente proporcional a las conexiones humanas, que como seres humanos, aprendemos más de las relaciones diarias con otras personas, que de todo lo que podamos leer en wikipedia.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Mitchell Kapor, fundador de Lotus 1-2-3, dice que ”Pretender obtener conocimiento de Internet, es como intentar beber agua de una toma de agua para incendios”. La cantidad de información y sus posibilidades de interconexión, rebasan a cualquier ser humano, lo absorben, y si no se tiene cuidado, lo atrapan. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tengo facebook y twitter, y me encanta, como me gusta que mi hija tenga cierta destreza para moverse en el mundo digital y me interesan y asombran las grandes cosas que pueden lograrse a través de este, pero en alguna ocasión caí en la trampa de creer que ese mundo digital puede reemplazar al verdadero, y ahora tengo mucho cuidado para que algo así no vuelva a ocurrir.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Internet es un espacio amplísimo y plural, tanto, que da cabida también a lo más oscuro del ser humano, y acceder a ello es tan fácil, como hacerlo a lo bueno.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Supongo que lo que quiero decir, es que tan maravilloso es exprimirle a internet y a todo tipo de tecnología lo bueno que tiene para ofrecer, como grandioso es caminar por la calle, tomar un café, platicar con el vecino, pasear al perro, jugar a la pelota o llevar un diario escrito a mano.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ojalá no lleguemos, como en otros países, al punto que sea necesaria una campaña de concientización para entender que es necesario desconectarse para recuperar al menos un poco de individualidad… y de humanidad.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Yo, pertenezco a la generación en la que jugábamos en la calle por horas, por HOOOORAAAAS les digo, que usábamos ábaco y teníamos que ir a la biblioteca cuando la tarea de la escuela requería investigación, que para comer helado nos lo teníamos que ganar con nuestras acciones, que si me regañaban en la escuela, la que tenía que rendir cuentas era yo, y no la maestra.<br /><br />Soy de una generación que tenía que memorizar los teléfonos de sus amigos y que para hablar con ellos, se tenía que tomar la molestia de marcar y a cambio obtenía el privilegio de escuchar su voz… hasta que la madre de alguno dijera que ya era de colgar.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Soy de una generación en la que las fotos eran para compartirse con los seres queridos y atesorarse en una cajita que de cuando en cuando se revisaba en familia, una generación en la que nosotros éramos el control remoto y cuando tu Padre gritaba desde la otra pieza que vinieras a cambiar de canal, lo hacías sin chistar (y que ahora lo recuerda con nostalgia). </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pertenezco a la generación en la que nosotros creábamos los personajes de nuestros juegos y decidíamos lo que eran capaces o no de hacer, y no al revés.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sin embargo, tengo fe, mucha fe en esta generación que crece a la par de la tecnología, y creo, que para ayudar a que sean mejores, su realidad debe estar dotada de más… pues justamente de eso, de más realidad.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Celebro los esfuerzos de muchos padres de familia que se empeñan en fomentar y valorar las conversaciones, los libros, los paseos, la música… los asaditos… y todo aquello que mantiene unida a una familia, y por tanto a una sociedad, que a su vez, nos vuelve más humanos.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Soy de una generación sin internet, sin wii, ni playstation, twitter o facebook… y no salimos tan mal... o sí?</div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-28473109915092581942012-05-24T14:08:00.000-07:002015-06-02T05:06:16.311-07:00Primaveras perdidas<a href="http://3.bp.blogspot.com/-UDsbS2hzOoA/T76k5IEeNmI/AAAAAAAAAn4/kKoXLo81FKI/s1600/Jacaranda.jpg" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5746211475897071202" src="http://3.bp.blogspot.com/-UDsbS2hzOoA/T76k5IEeNmI/AAAAAAAAAn4/kKoXLo81FKI/s320/Jacaranda.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; float: left; height: 320px; margin: 0 10px 10px 0; width: 240px;" /></a><br /><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 100%;">Habiendo vivido siempre del otro lado del continente, Uruguay es sorprendente para mí, no solo por su riqueza natural y cultural que admiro y de la que siempre hablo, sino porque para mí es una especie de mundo al revés, la primavera es otoño y el verano es invierno, por tanto la Navidad es calurosa y el cumpleaños de mi hija, nacida en el solsticio de verano, el día más largo del año, se transformará en el día más corto del año, el solsticio de invierno.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 100%;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace diez años ya que visité Uruguay por primera vez, entonces, como ahora, no solo viajé de un país a otro, sino de una estación a otra, del invierno al verano, es decir que esta es la segunda vez que me pierdo una primavera.</span></div><div class="MsoNormal"></div><div style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 100%;"><br /></span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 100%;">En México, cuando alguien cumple años, se suele decir: “Cumplo tantas primaveras”, (aunque el cumpleaños sea en pleno invierno), y es común que en las fiestas de XV años, el discurso del padrino inicie diciendo algo así como: “Hoy que cumples tus XV primaveras”, o bien, “Hoy que han pasado XV abriles” (pos más que la chiquilla haya cumplido años en marzo).</span></div><div style="text-align: justify;"><br /><a name='more'></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 100%;">Pues bien, con base en este razonamiento, cuando comentaba a mis amigas que me mudaría de país, me cuidé de destacar como una ventaja, la desaparición de una segunda primavera en mi vida, por lo que este año en lugar de cumplir treintaysiete, lo lógico es que cumpla treintaycinco… creo que no me lo harán válido, pero igual tenía que intentarlo.</span></div><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span><br /><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al iniciar el viaje, confieso que no tenía muy claro si venía a Uruguay como excusa para conocer a Guillermo, o sí venía a ver a Guillermo como excusa para conocer Uruguay, pero la incógnita se esfumó rápidamente… durante estos diez años, hemos vivido un poco de todo… mudanza, matrimonio, paternidad, momentos de crisis, en fin, cientos de cosas que quizás les pasen a todas las parejas, con la diferencia de que estas, nos pasaron a nosotros.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cada pareja lidia de forma muy particular y respetable (a veces no tanto) con las situaciones buenas y malas que se les presentan, algunas deciden “cortar por lo sano” y lo consiguen, otras entran en una especie de competencia para demostrar quién está mejor sin el otro, y otras, como nosotros, salen avante… me voy a permitir el dejo de soberbia que encierra este párrafo, porque no ha sido fácil, y debemos estar orgullosos de todo aquello que se consigue, cuando a decir verdad, parecía demasiado complicado.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Algunas veces miro hacia atrás y recuerdo cuando resolví (según yo), que no me casaría y no tendría hijos, primero porque pensaba que esto no es necesariamente el eje de la vida de todas las mujeres (bueno, eso lo sigo pensando), y segundo, porque había un montón de cosas que sentía que me faltaba alcanzar, y desde esa perspectiva, una familia simplemente no tenía cabida.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Recuerdo una noche en la que cenando con mi Mamá, cuando yo era la única soltera que quedaba en la familia, me miró seria y me dijo: “Nunca te vas a casar, verdad?” – “No sé”, le dije, “creo que no.” – “No importa” me dijo ella, y seguimos cenando.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero luego, ya ven? Conocí a Guillermo y de pronto el panorama era no sólo agradable sino… cómo decirlo? Claro, definido… no había mucho que pensar y la verdad es que ninguno de los dos lo hicimos, a los tres meses de conocernos nos casamos y cuatro meses después, supimos que seríamos padres y todo fue dándose de forma tan serena que casi parecía irreal.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero no somos perfectos, porque nadie lo es, y con los años vinieron las tempestades, la duda y la desazón, pero que aquello que estuvo a punto de disolver una de las más grandes decisiones de nuestra vida, terminó por hacernos valorarla más que antes.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo, particularmente, comprendí que la vida que iniciamos juntos, no podía ser interrumpida, ni cambiar de curso… Que mi historia jamás estaría completa si él no era junto a mí, junto a nosotras, el protagonista.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hace un año, viajamos de la primavera al otoño y en ese viaje tomamos una de las decisiones más importantes de nuestras vidas: soltar amarras y mudarnos de país, esto significaba un retorno para mi esposo, algo desconocido para mi hija, un reto para mí y un nuevo comienzo para todos.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El tiempo transcurrió rápidamente y cuando nos dimos cuenta, ya estábamos aterrizando en pleno verano uruguayo, de botas, campera y gorro, y así comenzó la mejor etapa para nosotros. Un tiempo, que sin planearlo demasiado, pudimos dedicar a no hacer otra cosa más que querernos, cuidarnos, conocernos y reconocernos.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un tiempo que nos ayudó a confirmar lo que quizás ya sabíamos pero no habíamos tenido tiempo de hacer consciente: Que una familia se forma a base de crisis superadas, brazos abiertos y palabras claras, de decisiones y riesgos que se corren juntos para luego compartir la alegría del éxito o superar juntos el fracaso.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aprendimos que una familia se crea, se reinventa y se transforma, cada día, todos los días.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Que un hogar está hecho con besos de despedida, abrazos a tiempo y charlas de sobremesa.</span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Que los momentos que perduran no siempre son los que se rodean de ceremonia, pompa y circunstancia, sino de curitas en las heridas, paseos de la mano y risas cotidianas.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ahora, claro está, hemos tenido que formar nuevas rutinas (aún estamos en eso), y otra vez cada uno, como siempre, encuentra la libertad en el propio hogar y un tiempo y espacio propios e individuales, para luego disfrutar las coincidencias y decirnos: “te extrañé”.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hoy, a diez años de nuestro matrimonio, puedo decir sin lugar a dudas, que el mejor momento de mi día, es cuando él atraviesa la puerta y estamos juntos otra vez… ahora tres.</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="font-size: 100%; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal; text-align: justify;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dudo mucho que me “bonifiquen” esos dos años por los cambios de estación, y esta vez no veré florecer las jacarandas en abril, pero ya no importa, este invierno convertido en verano, bien valía perder una primavera.</span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-14896015594670887142012-03-06T05:34:00.000-08:002015-06-02T05:06:16.277-07:00Espíritu de carnaval...<a href="http://4.bp.blogspot.com/-ioRJ28Dg9f8/T1YTQYHOxqI/AAAAAAAAAlg/WcixyU5Ftds/s1600/429153_3313068155508_1532304552_3009601_1038041470_n.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5716777949065037474" src="http://4.bp.blogspot.com/-ioRJ28Dg9f8/T1YTQYHOxqI/AAAAAAAAAlg/WcixyU5Ftds/s320/429153_3313068155508_1532304552_3009601_1038041470_n.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; float: left; height: 320px; margin: 0 10px 10px 0; width: 292px;" /></a><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Desde que llegué a Minas, encuentro cada día algo que me causa asombro y de vez en cuando los que “juegan de local” encuentran en lo que les cuento, algo que les asombra, si dentro de un mismo país las palabras, costumbres y hábitos cambian de un estado a otro (o de un departamento, como les dicen acá), ya podrán imaginar lo que será de un país a otro, y es así que me encuentro con que el tamaño de las fotos no lo expresan en pulgadas sino en centímetros y las medidas que yo creía “universales”, pues no lo son, que la pechuga de pollo acá es suprema, los frijoles, porotos y el aguacate, palta, que no sabía lo que eran hojas Tabaré ni conocía la diferencia entre carpeta y bibliorato, y ni mencionar las palabras que en México son de uso común y acá resultan ser una barbaridad impronunciable.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Pero las novedades no me complican, por el contrario, disfruto conocerlas y vivirlas. Una de esas novedades para mí, es el Carnaval, si bien en México hay algunos departamentos, como Veracruz (tierra de mi padre) que celebran el Carnaval, no es por mucho, una fiesta nacional.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"></span></span></div><a name='more'></a><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">En el 2005, de visita por Minas, estuvimos un momentito en el desfile, mi hija era muy chiquita y se quedó dormida en su carreola así que realmente no guardaba ninguna memoria de aquel evento, este sería para ella oficialmente, el primer Carnaval.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Esperamos juntas el veintiuno de febrero como niño que espera la Navidad y a las ocho de la noche ya estábamos más que listas para ir a la Avenida Varela. Mientras nos acercábamos a Carabajal, cada vez eran más personas las que caminaban en el mismo sentido que nosotros y eso hacía crecer la expectación, provocaba apretar el paso.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">En la esquina de Varela y Carabajal se presentaban unos parodistas, pero vimos solo la parte en la que se despidieron y bajaron del escenario, así que antes de que la gente se dispersara, caminamos hasta un punto cercano al jurado “acá se van a lucir” decía mi marido, por ahí encontramos un pedacito de cordón de la vereda libre (voy aprendiendo, en “mexicano” hubiera dicho “un cachito de banqueta”) y nos sentamos a esperar.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Mi hija, de naturaleza más bien tímida, estaba pegadita a mí y en un momento me confesó que “tenía miedo”, no es miedo - le dije - es emoción!… el tiempo transcurría y aunque haciendo cuentas fueron apenas unos minutos, nos pareció eterno. Comenzaron a aparecer vendedores de cualquier cantidad de cosas: papelitos, serpentinas, espuma, máscaras, antifaces, pelucas, varitas, burbujas, pops (palomitas, para nosotras), papitas, algodones, la calle estaba cada vez más llena de personas, la gran mayoría eran familias completas, desde el más chiquito hasta el más veterano, todos listos para recibir a la primera comparsa.<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span></span><br /><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Los niños se paraban a media calle y regresaban a la vereda para decirle a sus Mamás “están lejazos todavía”, para hacer más corta la espera me decidí a llamar a un vendedor de antifaces, mi hija eligió uno y yo otro, que al final ni pude usar porque si me lo ponía encima de los lentes no veía nada y quería tomar fotografías! Mi hija parecía más un super héroe que alguien de carnaval pero estaba feliz con el antifaz, al poco tiempo una señora se acercó a ofrecer pintarle la carita:<o:p></o:p></span></span></div><div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="text-align: justify; text-indent: -18pt;"></div><ul><li><span class="apple-converted-space" style="font-size: 100%; text-indent: -18pt;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">"Querés una flor?"</span></span></li><li><span style="font-size: 100%; text-indent: -18pt;">Mejor una Mariposa! – dije yo</span></li><li><span style="font-size: 100%; text-indent: -18pt;">"Ah, pero las mariposas me quedan feazas"</span></li><li><span style="font-size: 100%; text-indent: -18pt;">Por eso digo, que una flor está bien</span></li></ul><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Ya de antifaz y con una flor pintada en la mejilla, mi hija estaba cada vez más animada y de vez en cuando se paraba en medio de la calle como los otros niños, a ver si por fin nos alcanzaba el desfile, después de varios intentos por ver algo, al fin vino a mi corriendo para decirme “ya vi unas banderas!”<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">En el sonido local solicitaron a todas las personas que despejaran la avenida y pidieron a grandes y chicos NO lanzar espuma a los integrantes de las comparsas, como una forma de respeto al esfuerzo y dedicación que pusieron en sus trajes, maquillaje e instrumentos. Todos los niños regresaron a la vereda y por fin el retumbar de los tambores comenzó a escucharse “lo siento en mi pancita” decía mi hija.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Y de pronto, “bam!” fue como si una explosión de color tuviera lugar a unos metros de nosotros, las bailarinas, vedettes, escobilleros, gramilleros, Mamá Viejas, disculpen si aún no sé todos los nombres, pero los vi a todos! Apoderándose de las calles, de las miradas, de las sonrisas! Flotando por la avenida, impulsados por el aplauso del público.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Entre una comparsa y la siguiente, parecía que los niños que querían lanzar espuma estaban a punto de estallar por la petición de no usarla contra las comparsas, así que encontraron la mejor solución al tema, llenarse de espuma entre ellos! Junto a la espuma, volaban las burbujas y los papelitos de colores y los niños en lugar de alejarse, se ponían al alcance del bote más cercano para luego estallar en carcajadas cuando la espuma los alcanzaba.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Cuando me di cuenta, mi hija ya estaba jugando con los otros niños, dejándose rociar por la espuma y persiguiendo burbujas, yo no podía creerlo! Ella, como dije antes, es muy tímida, pero mucho! Jamás la imaginé jugando así con niños que jamás había visto antes, de los que no sabe ni su nombre ni nada.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Luego venía otra comparsa y de nuevo todos corrían a sus lugares, mi hija se sentaba junto a mí y cuando las banderas en esa maravillosa interacción en la que acarician al público llegaban hasta nosotros, se levantaba con los otros niños y alzaba las manos para tocarla, como si se tratara de un lienzo mágico que le brindara más alegría para seguir brincoteando apenas terminara de pasar.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">La ceremonia se repitió una comparsa tras otra, todas maravillosas, llenas de ritmo, de alegría. De pronto algún bailarín sorprendía por su ritmo, una vedette por su belleza, un escobillero por su habilidad o un gramillero por su alegría, mientras los tambores sonaban como uno solo, formado de muchas almas. Todos cumpliendo su misión, todos protagonistas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Al día siguiente, veía las fotos una y otra vez, trataba de recuperar la sensación del día anterior, el repique de los tambores, los aplausos, las voces, la imagen de mi hija persiguiendo una burbuja, quería volver a entrar en ese estado ideal de felicidad, esa celebración de la vida que te hace olvidar todo lo demás, que te convence de que solo existe el color, la música y la alegría… entonces todo fue claro, entendí que para volver a sentirlo, tenía que esperar un año completo, comprendí por qué las comparsas se preparan todo un año para llegar a ese momento en el que nada puede salir mal, en el que todo ha valido la pena, en el que su misión está clara, en el que encarnan y transmiten el espíritu del carnaval y permitirse contagiarse es casi una obligación.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;"><br /></span><br /><span lang="ES-MX" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial;">Me gusta pensar que ese espíritu ya habita en nosotros y volverá el próximo año para dejarse sentir aún con más fuerza… y ya lo estamos esperando.<o:p></o:p></span></div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-16341499632418389252012-02-06T06:18:00.000-08:002015-06-02T05:06:16.292-07:00Pascualina y Jalapeños<a href="http://1.bp.blogspot.com/-6EtVDvfZk_0/Ty_0VF-TScI/AAAAAAAAAko/f4WciZhdXZM/s1600/Pascualina.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5706047896119626178" src="http://1.bp.blogspot.com/-6EtVDvfZk_0/Ty_0VF-TScI/AAAAAAAAAko/f4WciZhdXZM/s320/Pascualina.jpg" style="cursor: hand; cursor: pointer; float: left; height: 240px; margin: 0 10px 10px 0; width: 320px;" /></a><br /><div style="text-align: justify;">Note el aguzado lector cómo el título no pretende cometer una atrocidad agregando jalapeños a la pascualina, en cuyo caso diría "Pascualina con Jalapeños" y es que a la Pascualina no le sobra ni le falta nada, como su nombre lo indica, es un platillo que solía prepararse durante la Pascua, en los días en los que no se podía comer carne, pero como les quedó re bueno, ahora se prepara todo el año, la pascualina es una especie de pay de espinaca, morrón y huevo cocido, que sabe a gloria, a mi ninguno de los ingredientes me cautiva por separado, pero la pascualina se cuece aparte... bueno, se hornea, y está en el título de esta entrada porque además de Zitarrosa, mi marido y la propia historia de país, es lo que más me gusta de Uruguay!</div><div style="text-align: justify;"><br /><a name='more'></a></div><div style="text-align: justify;">Ni yo pensé que transcurriría casi un mes a partir de mi llegada a estas tierras del sur, antes de volver a escribir en este espacio pero entre correderas y trámites, el perro que perdió el avión y las cosas olvidadas, pues no he tenido todo el tiempo que quisiera para sentarme a escribir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A cachitos, por los medios a mi disposición, he ido enterando a familiares y amigos de como va la cosa por acá, pero hoy que mi suegra se ha dispuesto a deleitarnos con unas albóndigas con arroz, aprovecho el tiempo libre y por fin con calma, les cuento...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La decisión de mudarnos a otro país... (de mudarme yo, porque lo que mi marido está haciendo, es volver), es, como todas las decisiones importantes de la vida, una cosa de la que no se sabe mucho sino hasta que ya es un hecho, como casarse, como tener un hijo, como aventarse del trampolín de cinco metros, uno cierra los ojos, desea que todo vaya bien, y se avienta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Porque es así! Sin importar toda la preparación, los planes, los documentos, las vacunas del perro (ay, el perro!) y todo lo que por lógica y sentido común hace uno en vísperas de un cambio de este tamaño, uno finalmente lo que hace es aventarse, agarrar aire y esperar salir a flote exitosamente... o ya de perdis, nadando de muertito hasta la orilla. Nada está escrito, nada está dicho, nada es seguro... y por eso igual hay que hacer las cosas, porque acomodarse y esperar que la vida pase, tampoco asegura nada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Y bueno, la primera parte consistió en reunir todos los documentos que aseguraran para mi hija y para mi la estancia legal en el País, que costaron sangre, sudor y lágrimas y por fin estuvieron listos a tiempo a inicios de diciembre, en resumen, necesitábamos que todos los documentos (actas de nacimiento, de matrimonio, constancias escolares, etc.) fueran reconocidos en todos lados por todo mundo, y para eso, Gobernación de Aguascalientes tenía que reconocer la firma de la directora del registro civil y luego Gobernación Federal, la de Gobernación de Aguascalientes, luego Relaciones Exteriores, la de Gobierno Federal, luego la embajada uruguaya, la de Relaciones Exteriores, luego Relaciones Exteriores de acá, la de la embajada uruguaya, luego el registro civil de acá, la de Relaciones Exteriores de acá... suena fácil, no? A ver, inténtenlo!!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Nah, en realidad fue todo bien, la única que casi nos vuelve diabéticos fue la señorita que nos atendió en Secretaría de Gobernación, que así a rajatabla, nos dijo: "esta no es la firma u_U" ...yo no sabía si morir o matarla a ella, pero reaccionó pronto y dijo: "ah no!! Es de Aguascalientes, sí si es", el resto fue ir de oficina en oficina, pagar y pagar, esperar y esperar... bien bonito... pero bueno, estuvo listo!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando llevamos todo a la embajada uruguaya, se me ocurrió decir, así como hablando del clima, que llevábamos a Carajillo (el perro, el famoso perro) y la funcionaria (un amor de mujer, hay que decirlo) nos dijo los requisitos de ingreso del perro al país, así que regresamos a Aguascalientes a ponerle las vacunas correspondientes, encargar su jaula y pedir el medicamento para atarantarlo durante el vuelo, que dicho sea de paso, le hizo lo que el viento a Juárez, pero bueno, eso estaba "listo".</div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div><div style="text-align: justify;">Luego vino la empacadera, qué se va, qué se queda, ideamos un sistema para equilibrar el peso en las maletas y calcular el costo del sobreequipaje... que al final no sirvió de nada y tuvimos que pagar en total como ochocientos dólares, incluyendo el costo de llevar... sí, adivinaron, al perro!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Después el tema era la llegada al aeropuerto, viajar hasta el DF en camión e intentar agarrar taxis para cuatro adultos y una niña, acompañados de ocho maletas y el perro, era, si no un sueño imposible, una misión kamikaze, así que después de hablar con un amigo que tiene una agencia de viajes, concluímos que la mejor opción era viajar hasta Querétaro y de ahí tomar un autobus directo al aeropuerto, y así lo hicimos, no quiero ni contarles la pesadilla que era subir y bajar maletas de un lado a otro, repito eran ocho OCHO maletas, y no cualquier maleta, maletotas, MALETOTOTOTAS, a las que si uno las miraba fijo, podía hacerlas explotar, dejando nuestros choninos tendidos a la vista de todos.</div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Por fin en el aeropuerto, el perro seguía siendo un tema, necesitábamos un permiso de exportación de SAGARPA, presentamos al perro con documentos en mano (nuestra mano, no la del perro), y una "amable" representante de SAGARPA nos atendió como queriendo recordarme todo lo que uno odia de la burocracia mexicana, como diciendo "pa' que no extrañe".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- No les dijeron que esto se tiene que hacer 3 días antes del viaje?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- No nos dijeron, pero además, no somos de aquí, vivimos en Aguas... </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- No importa! Son 3 días! Por qué no se informan?! Siempre es lo mismo</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- Sí nos informamos, preguntamos en la Emb...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- La embajada no es SAGARPA, o sí?! O SÍ?!!!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A esas alturas estábamos como niños regañados, con la mirada baja, esperando a que la señorita terminara su letanía y nos dijera como diantres haríamos para llevarnos al perro, por fin acabó la cantaleta y nos preguntó: </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- A qué País viajan?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- A Uruguay</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">- Uruguay, Uruguay, Uruguay - decía mientras con su dedito recorría los requisitos de cada país, empezando por Angola o_O</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Pues bien, al fin por la página treintayuno encontró a Uruguay, y nos dijo que Carajillo podía ir con nosotros, mientras una luz celestial iluminaba el permiso de exportación (no sin antes hacernos salir del aeropuerto buscando un lugar donde sacaran fotocopias, porque claro, no preguntamos a la SAGARPA!!!).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El siguiente paso era la documentación, yo en cada viaje, después de documentar me quedo mucho más tranquila, ya solo debo preocuparme por traer mi bolsa en una mano, mi hija en la otra y que ruede el mundo.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Mi hija, con todos sus ocho añotes, ya es una experta en pasar los controles de seguridad, agarraba su cajoncito, caminaba rápido, botaba a impresionante velocidad su mochilita, chamarra y sombrero, pasaba el arco, abría los brazos y cuando yo iba saliendo, ella ya estaba de nuevo con chamarra y sombrero del otro lado, cuando le dijimos que nos sorprendía la eficiencia con la que ya pasaba solita de un lado a otro, dijo orgullosa: "llevamos años en esto".</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ubicamos la sala casi de inmediato solo para enterarnos que el vuelo tenía treinta minutos de retraso, casi muero del susto porque a la llegada, en el horario original, el vuelo de conexión en Santiago de Chile salía solo cuarenta y cinco minutos después de nuestra llegada, en ese punto no había nada que hacer, solo esperar que todo saliera bien.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Cuando estábamos abordando el avión le dijeron a mi esposo que esperara un momento y yo pensaba: "ahora qué?!" y nada, era solo para darle una tarjetita informando que Carajillo ya se encontraba a bordo del avión, sano y salvo... ahí ya llevábamos varias horas de viaje y ni siquiera habíamos salido del país, pero bueno, faltaba menos...</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Aterrizamos en Santiago de Chile y tal como lo temía, el otro vuelo ya estaba en la última llamada para abordar, corrimos como locos, nos guiaron hasta un tunel y ahí nos dijeron que ese no era el avión pero que ahora iban por nosotros, otros pasajeros del mismo vuelo nos fueron alcanzando y cuando estábamos todos ahí, nos subieron a una camionetita y nos llevaron hasta el avión donde reconocí las miradas asesinas de los otros pasajeros que en ese contexto quieren decir: "por culpa de estos mensos no hemos despegado"...y yo pensando en el perro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Segundo aterrizaje! Algo aliviados por fin pisamos suelo Uruguayo para encontrarnos con una fila eteeeeeeeeerna de extranjeros ingresando al país para pasar el verano, llevábamos cargando ...o debo decir, arrastrando: suéters, chamarras, sombreros y bolsas de mano, nos sellaron los pasaportes y corrimos a buscar las maletas y a Carajillo ...y nada ...en otra banda ...y nada ...y nada... Y NADAAAA!!! Me uní con otras dos señoras con esa solidaridad que solo conocen los compañeros de casi veinte horas de viaje, para buscar a alguien que nos dijera donde jijos estaban las maletas... y el perro.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">La marrrrr de amables, el personal en tierra de la aerolínea nos explicó que como el vuelo que salió de México se retrasó, nosotros alcanzamos el vuelo de conexión pero el equipaje no... así es, Carajillo había perdido el vuelo y llegaría a las seis treinta de la tarde, para lo que faltaban aún siete horas!!</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Las otras señoras se pusieron re contentas porque les iban a mandar las maletas a domicilio y ya no tenían que andar cargando, pero a nosotros todavía nos quedaban casi dos horas de viaje hasta Minas y teníamos que esperar.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Salimos de la sala y un amigo de mi esposo nos esperaba con mi suegra al teléfono para informarle lo que ocurría y acto seguido hizo lo que todo buen amigo haría en una situación así: nos invitó pizza y cerveza en su casa! Qué bien que se ve el mundo después de comer pizza y tomar cerveza... una siestita y listo! De regreso al aeropuerto.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Ya completos, con más de treintayseis horas de viaje a cuestas, las ocho maletotas y el perro, iniciamos el último tramo del recorrido, mi hija iba más desmayada que dormida, mi esposo y yo medio zombies y el perro tomando agua mineral de nuestros vasos... arribamos por fin, a nuestra nueva casa :D</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">...y es acá donde comienzo a escribir una nueva historia, donde todos los días, juntos, descubrimos y aprendemos cosas diferentes de este pequeño gran país, y de nosotros mismos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Los amigos, con algo de recelo me preguntan si ya cambié el tú por el vos y si voy a cambiar de nacionalidad y yo que llegué con mis latas de jalapeños bajo el brazo solo puedo decir que lo único que tengo seguro es que nunca olvidaré mis raíces, ni dejaré de apreciarlas, lo que no quiere decir que no pueda amar las de acá.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Si algo admiré siempre de mi esposo durante los años que estuvo en México, es que no vivió comparando un país con el otro ni quejándose de lo que había en uno y en el otro no, comió tacos como nadie, disfrutó todo lo que tenía a su alcance, pero nunca dejó de añorar... ahora me toca a mi.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El conocimiento, aceptación y aprecio por una cultura, por un país, no tienen por qué significar el abandono del otro, quien dijo que no puedo comer pascualina y jalapeños?</div>Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1403122835274718613.post-15979170580074368302011-12-09T08:58:00.000-08:002015-09-03T16:54:01.084-07:00Golden Party<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQh6mFUQZNWdDPRiF2v-Y899ORMGlzgGCn2BstJTtKHqzPOXiMOw3vzLmep60YH7KwK2TpMKFH3WIWvGenAyAL9qAbAoRYmwCYg1LXX2LbWZ5QGf8FC-B9IgFWgS-j9DEbOebvwdei4-vS/s1600/landing-gold.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQh6mFUQZNWdDPRiF2v-Y899ORMGlzgGCn2BstJTtKHqzPOXiMOw3vzLmep60YH7KwK2TpMKFH3WIWvGenAyAL9qAbAoRYmwCYg1LXX2LbWZ5QGf8FC-B9IgFWgS-j9DEbOebvwdei4-vS/s320/landing-gold.jpg" width="320" /></a></div>
Hace un par de meses, una amiga me invitó a través de facebook, a un evento llamado "Golden Party", yo sin saber de lo que se trataba le dije: "no, mira, yo a eso no le hago, francamente u_U"<br />
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Después me enteré que se trataba de una reunión en la casa de su cuñada, en la que uno podía llevar artículos de oro y plata que no le interesara conservar y que lo pagaban a MUY buen precio, el asunto me siguió pareciendo sospechosón aunque tentador, pero en aquel entonces, pasé de largo.</div>
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<a href="https://www.blogger.com/null" name="more"></a>Luego, en un viaje al DF, unos amigos me contaron que ya en un par de ocasiones, ellos habían sido anfitriones de este tipo de eventos y me dieron más detalles de como funcionaba la cosa, que el pago era en efectivo y que podías deshacerte de todas las cadenitas que uno tiene hechas bolita en el alhajero de cristal que te dieron en tus quinciaños y al que ni por error te asomas siquiera.</div>
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El asunto despertó mi interés todavía más en la víspera de mi mudanza al extranjero, en la cual hemos decidido vender TODO menos lo puesto, así que de regreso a Aguascalientes le pregunté a la amiga que me había invitado a la fiesta anterior, si había alguna próxima a realizarse y me dijo: sí! Mañana!</div>
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Rápidamente junté la bola de cadenitas de la que ya no se sabe donde empieza una y acaba la otra, crucecitas, anillitos, la típica placa con tu nombre en letra gótica que te regaló la Vecina Carmelita en tus quince y jamás la usas para no parecer Snoop Dog (o como se llame), los aretes sin par, etc etc y allá fui!</div>
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Para empezar, no quise ir sola, el evento se anunciaba en facebook de manera pública pero la casa de la anfitriona está en uno de los lugares más ultranice del pueblo y no quería yo llegar y violar cuanta ley de etiqueta social se ha establecido, empezando por llegar en vocho, así que le pedí a mi amiga que es más nice, que me acompañara y me guiara por el camino de la crema y nata de la sociedad hidrocálida, y accedió.</div>
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Por fin llegamos a la casa de la anfitriona que nos recibió muy amablemente ofreciendo agua o refresquito, yo, como era de esperarse, miré fijamente a mi amiga pa' ver que hacía ella y repetirlo yo, dijo: agua, dije: agua (no vaya siendo que sea poco chic pedir coca lait).</div>
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Total que me apuntaron en una libretita, detrás de nosotros llegó otra señora y luego dos más, toooodas se conocían entre ellas y usaban sobrenombres como "Yayis", "Nena", "Bibi", "Cuqui" y otros por el estilo, a mi me presentaban como "la amiga de...".<br />
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Llegó mi turno, me pasaron a la cocina que es donde de forma privada, se llevaban a cabo las operaciones de compra venta. Un señor con un maletinsote con dinero en efectivo (de esos que solo se ven en las películas de mafia siciliana) y otro más joven con todos los instrumentos necesarios para ver si tu oro es deveras oro o en algún momento de tu vida, alguien te chamaqueó.</div>
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Abrí mi cajita de baratijas y enseguida me curé en salud diciendo: "seguramente hay algunas cosas de chapa, ahi sepan disculpar que no sé ni maiz de joyería", me dijeron, no se preocupe, y empezaron a revisar pieza por pieza... le echaban ácido, lo lijaban, lo raspaban en una piedrita, lo veían de cerca, de lejos, de todo le hacían, al principio traté de sacar plática y decía: "esa debe de ser de chapa, mire nomás toda amarillota", y me decían, "no, esta sí es de oro", y luego: "ese anillo segurito es de oro, me lo dio un novio que me adoraba", "no Señora, este si es chapa" ...(maldito) y así fue que opté por observar calladita el resto del proceso, lo que resultaba ser chapa, el muchacho lo aventaba con desdén de regreso a la cajita y yo volteaba para otro lado.<br />
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Una vez separado lo bueno de lo chafa, el especialista se dedicaba a pesar todo, marcando su kilataje y le pasaba un papelito al del maletinsote, que introducía los datos a la computadora, mientras el más joven guardaba mis ex-pertenencias en diferentes bolsas y yo pensaba: "ps ya con 2mil varos que me den, valió la pena la vueltota".</div>
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El señor del maletinsote terminó su tecleo y me dijo: son 6,600 pesos, tomó el dinero en efectivo, me lo dio y pidió que lo contara. No lo podía creer!! De verdad eran pedacillos ahi de oro que en la vida iba a usar y que ahora me caía de perlas transformar en efectivo.<br />
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Salí de la cocina/despacho, tratando de dismular mi sonrisota porque seguramente también es poco chic alegrarte de que te den poco más de 6,000 pesos... a menos que seas Cordero y pienses que ya con eso sacaste para todos los gastos del mes.</div>
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Mi amiga se despedía de la concurrencia y yo quería salir corriendo de ahí:</div>
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1. Porque no puedo creer que esos eventos los hagan públicos, me daba pavor que la cosa fuera ilegal y nos cayera un operativo! xD ...o que fuera legal y nos cayeran unos rateros o_O</div>
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2. Porque quería brincar de gusto sin guardar las formas.</div>
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3. Porque tenía que ir a gastarlo de inmediato ¬¬</div>
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De regreso a la casa de mi amiga, me dijo que lo pagan apenas un poquito más caro que en los localitos esos de de "Compra-Venta" de oro y plata, pero que obviamente a muchas señoras les daba pena que las vieran entrar a uno de esos, y el sistema este de las "Golden Party" les da la ocasión ideal, de transformar un "Necesito lana, voy a vender todas las chucherías que no uso." en un "Aprovechemos para saludar a las Corcuera y vender algo de oro solo por diversión".<br />
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Confieso que todo el proceso me sigue despertando sospechosismo ¬¬ Pero en la red hay bastante información al respecto y al parecer es una práctica que se hace cada día más común, entre lo que leí, rescato la que creo que es la más prudente de las recomendaciones.<br />
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NO hagan las invitaciones públicas, es exponerse sin sentido.</div>
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Así que ya saben, si no quieren oro ni quieren plata y ya lo que quieren es romper la piñata, pregunten a su amiga nice de confianza y seguramente les podrá decir en donde es la siguiente "Golden Party" ;)</div>
Tania Valladareshttp://www.blogger.com/profile/03227091854752290148noreply@blogger.com2