Hace un par de semanas cambié mi avatar en twitter por un pedazo de una mala foto que me tomé con la webcam de la minilap, era la primera vez que usaba la cámara, así que saqué como 20 fotos, una se abrió pero sólo se alcanzaba a ver una parte y me gustó así que abrí la foto y la recorté para que se viera sólo parte que por accidente se había mostrado la primera vez. La coloqué como avatar de twitter y como siempre que alguien cambia su avatar, los comentarios no se hicieron esperar, yo pregunté si me veía mala y alguien dijo por ahí que si, que parecía una asesina, el resto de la historia ya la conocen, todo fue a parar en un concurso, un juego, un ejercicio literario que llamaría la atención de más de uno, pero atrás de lo que todos vieron pasaron algunas cosas que hoy les quiero compartir.
La idea de Twitteras Asesinas comenzó a crecer, a llamar la atención y casi se me fue de las manos, todo mundo opinaba, criticaba, positivamente o no, el proyecto, me llamaron de todo: diva, discriminadora, la vestida…ah no, eso se lo dijeron a alguien más, bueno, el caso es que adjetivos fueron y vinieron, de nuevo unos positivos y otros negativos, y yo seguía sin entender bien que era lo que estaba pasando, trataba a toda costa de armarme de oídos sordos o en este caso de ojos ciegos aunque debo reconocer que no fui del todo exitosa, no entendía el por qué de determinados comentarios llenos de odio y veneno, hubo por supuesto quien hizo una crítica si bien en contra, por lo menos respetuosa, esas fueron bienvenidas perdí algunos amitweets, gané algunos más, pero el trance fue difícil.
En más de una ocasión, los ataques me hicieron apagar la computadora, olvidarme de todo y salir a tomar aire, luego regresaba a decir #mevalemaiz y continuaba, cada vez que esto ocurría me refugiaba de twitter en el mundo real, tal como lo haría usualmente en el otro sentido, refugiándome del mundo real, en twitter, cerrada la compu no había nada, ni blog, ni ataques, ni amigos, ni detractores, nada, era yo sentada tomando mi chai latte, sin que nadie advirtiera en mi algo diferente, por qué volver entonces? En el mundo real, segura, libre de insultos y recriminaciones, por qué no quedarme ahí? En la pacífica y confortable realidad, así lo pensé, en más de una ocasión, pero luego pensaba, y las que participan? Las que sin ningún tipo de cuestionamiento, levantaron la mano para sumarse a esta locura y en 6500 caracteres hicieron un derroche de talento tal que esto se convirtió en lo que es. Por qué lo hicieron? Que las motivó? No tuve siquiera que pedirles la respuesta, cuando todos hablaban de ellas y los espacios se empezaron a abrir, empecé a recibir sus mensajes exponiendo las razones para participar y entonces supe que había valido la pena.
Escribieron porque en ellas está latente la necesidad de expresarse, porque confían en su talento, porque a veces, al vivir el día a día siendo profesionistas, mamás, esposas, novias, MUJERES en una palabra, lo que llevan dentro se queda en la sala de espera y mientras ansía escuchar que alguien venga a decirle que es su turno, parece apagarse, pero no se extingue.
Esta es apenas una ocasión para mostrar de una buena vez lo que tienen que ofrecer, este, es su turno.
Por ustedes, queridas #twitterasasesinas, vale la pena volver a twitter y decir #mevalemaiz
Gracias desde el alma
Tania Valladares