jueves, 7 de enero de 2010

La vie en rose…

El título de esta entrada invita a recorrer con la mente las calles parisinas y a muchos sin duda les traerá a la memoria auditiva, la dulce voz de Edtih Piaf entonando la famosa melodía. Sin embargo, odio decirlo, el título obedece a temas muchos más banales. El día de hoy después de haberme dormido a las cuatro de la mañana, desperté a las siete muy feliz y llena de energía para cumplir a tiempo, primero con atender, arreglar y llevar a Luna al colegio y después con acudir puntual a una cita con un cliente, el lugar se encuentra muy cerca de mi casa-oficina así que a las nueve salí muy contenta sin prisa pero sin pausa para mi cita…de las nueve…ejem…bueno, como dije, está muy cerca, el caso es que llegué primero que el cliente y esperé veinte minutos afuera de la oficina mientras sentía que mis manos perdían movilidad y mi piel tomaba un colorsito cada vez más azul, tirándole a pitufo, al tiempo que eso sucedia me dí a la tarea de observar a las oficinistas que llegaban muy arregladitas corriendo a sus lugares de trabajo, una era igualita a “Madeleine”…cielos, quizás el día tenía un toque de Francia después de todo, el caso es que ni la espera ni el frío lograron apagar mi ánimo, por fin el cliente llegó, pasamos a su oficina y cuando encendí la laptop, la pantalla se iluminó con un hermoso color rosa…fucsia!...con risita de “jeje, esto nunca me había pasado”, hice lo que cualquier ser humano sensato hubiera hecho…le sorrajé dos guamazos a la pantalla a ver si algo se resolvía y nada pasó, acto seguido, hice lo que cualquier ser humano sensato hubiera hecho después, la apagué y la prendí mientras oraba en mi interior por que algo cómico-mágico-musical sucediera y la laptop encendiera como si nada, cosa que no ocurrió, en segundos el hermoso rosa fucsia cubría de nuevo toda la pantalla, ante la mirada impaciente del cliente sonreí y dije “es una muestra de la visión siempre positiva de nuestra consultoría” afortunadamente el cliente soltó una carcajada y me ofreció una USB para cambiar el archivo y verlo en su computadora, así lo hicimos y la cita transcurrió cordial y con excelentes resultados.

Al salir de ahí recordé que apenas el martes pasado después de desayunar con dos entrañables amigos había perdido el boleto del estacionamiento y por supuesto tuve que pagar una multota para lograr rescatar mi automóvil, cuando salía del estacionamiento, metí la mano a la bolsa para buscar unas pastillas y apareció el mentado boleto, no pude más que soltar una sonora carcajada, la había pasado tan bien que nada lograba modificar mi ánimo.

Hoy después de la cita, llegué a las diez treinta a mi cita de las diez…ejem…por fortuna, nuevamente fui la primera en llegar, lo siento por mi amigo que se vió obligado a soportar estoicamente el color rosa de mi pantalla mientras hacíamos su catálogo de cursos y saliendo de allí me dí a la tarea de buscar una nueva computadora, con la ayuda y el buen ánimo de unos cuantos consejeros cuyos comentarios aprecio enormemente, tanto el día del boleto perdido, como hoy, el día de la laptop fallecida, mi buen ánimo se mantuvo y además ha ido a la alza, muchos afirmaron: vaya día! que mala suerte! hazte una limpia! y mensajes por el estilo, y yo siempre respondía, por qué? estoy super bien!

Y la verdad es que no había caído en cuenta de ello, mi Mamá siempre dice, la vida te ofrece dos caminos, en uno la pasas bien y en otro mal, aún cuando la opción sea solo una, a ver si consigo explicarme mejor, el día del estacionamiento, la circunstancia era definitiva, no había opciones, perdí el recondenado boleto, sin mencionar que antes de eso recorrí tres niveles buscando el coche, la caseta de salida no funcionaba por lo que tuve que ir a la entrada, cuando les dije que había perdido el boleto me dijeron que tenía que ir a la salida principal a que tomaran mis datos, como esta, según yo, no servía, fui caminando y cuando llegué me dijeron que no podía ir caminando, que regresara por mi automóvil y presentara mi tarjeta de circulación y una identificación, allá fui caminando otra vez y por fin conseguí salir, suena cortito pero la odisea me llevó cerca de una hora, sin embargo, al salir, seguía tan contenta por el encuentro previo y tan enfocada en recordar las risas y los abrazos y las anécdotas que mi cerebro y corazón no tenían espacio ya para ningún otro tipo de sentimiento y cuando apareció el boleto, apareció también la carcajada, lo mismo ocurrió hoy, el enfoque en los aspectos positivos del día, han impedido que ni el hecho de gastar seis mil pesos totalmente fuera de presupuesto y de tener que pasar todos mis archivos de una computadora a otra, hayan hecho mella en mi ánimo.

La verdad es que no lo hice consciente hasta que conversaba con alguien en messenger que me dijo: “por lo que leo te ha ido bien” y yo sin chistar dije: “si!” y mientras espero la llamada para recoger la nueva laptop, empecé a escribir esto en la pantalla aún rosa fucsia de la vieja compaq, que me recuerda que sin duda, siempre es posible elegir esta opción, siempre puede verse “la vie en rose”.

4 comentarios:

  1. Excelente crónica de un día féliz!! Tu mamá es una mujer sabia, con razón tiene una hija asi :D

    Guardia de honor por la Compaq caida en el cumplimiento de su deber...

    ResponderEliminar
  2. La pugna entre optimistas y pesimistas se remonta a la lucha ancestral entre idealistas y materialistas.
    En realidad, al representar a los sentimientos debiéramos usar un cerebro en vez de un corazón, pero no lo hacemos porque la imagen es repulsiva.
    Uno siempre tiene opciones sobre cómo sentirse frente a cada situación, por terrible que parezca. Pero luego, como nos encanta culpar a todo mundo y a todas las cosas de lo que nos sucede, obviamos esa posibilidad magnífica que tenemos de decidir entre mirar la mejor parte de cada cosa, o una no tan buena.
    Y no tiene que ver con la postura simplista del optimismo bobo de sonreír como tonto a cada momento, sino del positivismo que busca una oportunidad en cada situación.
    Me recordó a Zaratustra, una ocasión que se quedó dormido y mientras lo hacía, lo pica una serpiente. Se levanta y le agradece a la serpiente, diciendo que de no haberlo picado, se habría quedado más tiempo dormido, y se le habría hecho tarde...

    ResponderEliminar
  3. Comparto contigo el concepto de felicidad...creo que es una opción que se ejerce y que tiene que ver más con tu disposicion o actitud mental que con el mundo o el ammbiente que te rodea.

    ResponderEliminar
  4. Ah muchas felicidades...precisamente así yo quiero que me rebasen las cosas positivas, y lindas y alegres...así que nada ni nadie opaque los momentos felices... Gracias por compartir y mostrarnos que ¡si se puede!
    Y algún día andaremos en Francia para darle TODO EL SENTIDO AMPLIO a la “la vie en rose”. He dicho!

    ResponderEliminar