viernes, 9 de julio de 2010

Si te regala flores…

mano_con_ramo_flores
Desde que la adolescencia asomó las narices (nunca he entendido esta expresión, no tenemos una sola nariz cada uno?) en fin…decía yo, desde que la adolescencia asomó las narices en la vida familiar de los Valladares Dávila, mi Padre, como la mayoría, empezó a tomar las debidas precauciones del caso hablando con mi hermana y conmigo (con mi hermano habrá tocado otros temas, sin duda) de lo que él consideraba que definía a un buen hombre.

Bah! no es que nos haya sentado con las luces apagadas mientras nos mostraba acetatos proyectados en la pared pero si aprovechaba los momentos que el consideraba adecuados, para soltar veladamente algún comentario que nos permitiera, llegado el momento, elegir una buena pareja (eso de "elegir pareja" sonó como a rito azteca, jajaja, en fin, prosigo).

A decir verdad, no recuerdo la mayoría de las cosas que seguramente mi Padre intentó comunicarme, probablemente las hormonas se me salían por las orejas y me impedían escuchar con claridad, recuerdo si, que cuando salí a mi primera cita formal con un muchacho, su consejo fue: si te regala flores, no confíes en él, seguramente lo mire con cara de: “ mi Papá está celoso! ternurita…” no me dijo más, no explicó más, quizás, porque para él el mensaje era claro y llegó a la conclusión de que no requería darme mayores detalles o pensó que en algún momento yo llegaría por mis propios medios a entender el mensaje, cosa que después de un tiempo, ocurrió…sabio el viejo no?

Y ya, fin.

Cómo? no es claro? Ok, sigo entonces, cuando eso pasó yo tenía dieciseis añitos y poco alcanzaba a comprender, luego uno “aprende” del amor, como “aprendemos” todos, o quizás deba decir, que uno va dando de tumbos en el amor identificando que cosa nos duele, en qué momento y por qué motivo.

Durante mucho tiempo pensé que solo había una forma de amar y de demostrar ese amor…la mía.

Sé que sería incorrecto generalizar, así que hablaré solo por mi, siempre he pensado que el amor debe ser explícito, abierto entregado, total y he esperado ser amada en igual medida y proporción, eso realmente no representaría un problema, a menos que espere que el otro diga las cosas que quiero escuchar, justo en el momento en que quiera escucharlas, cuesta mucho, quizás demasiado, entender que existan en efecto, otras formas, no de sentir amor, sino de demostrarlo.

Pasó el tiempo, salí con otras personas y seguía sin entender bien a bien el tema de las flores y el de aceptar que hubiera alguien que amara diferente y de pronto un día, se me ocurrió volver a pensar en el consejo de mi Padre “si te regala flores, no confíes en él” …que diantres había querido decirme? y entonces, ya bastante más grandecita, llegué a otra conclusión (personalísima como todo lo que expongo aquí): la mayoría de nosotros pensamos que nuestra forma de amar o en general de relacionarnos con otros, es la adecuada, quizás aceptemos nuestras limitantes y fortalezas pero en general, tenemos una razón justificada para ser como somos, y entonces me dio por analizar a mi Padre y su forma de demostrar amor.

Ya dije en otra entrada que no puedo recordar un día en el que mi Papá me haya dicho expresamente, directo y mirándome a los ojos: “te quiero” y sin embargo lo tengo clarísimo, me quiere! me adora tanto o más de lo que yo a él…y como lo sé? por sus acciones, una callada forma de demostrar amor, no solo hacia mi, también hacia mis hermanos, a sus nietos (bueno, con ellos ya se deschonga un poquito), hacia mi Mamá y hasta a nuestras mascotas!

Cada vez que llegué tarde y veía la luz de su cuarto apagarse al escuchar el sonido de las llaves abriendo la cerradura y cuando sabe que es el día en que mi hija se va con su Papa y llega como tres horas más temprano de su trabajo para asegurarse de alcanzar a despedirse de ella.

De las pocas cosas que recuerdo de cuando era niña, era verlo llegar con bolsitas de la dulcería de Sanborn's, generalmente traía unos huevitos de chocolate con una cubierta blanca con pintitas, nunca me gustaron mucho pero era signo inequívoco de que algo bueno le había pasado y era su forma de compartirlo con nosotros y era razón de más para comerlos gustosos (cuando le daba por las tortugas con nuez, yo era la más feliz).

Y así, sin te quieros, sin flores y sin escandalosas demostraciones de cariño, crecimos rodeados de su inmenso amor.

Un día, sólo para comprobar mi teoría, le pregunté por qué me había dicho aquello de las flores y me dijo: porque si alguien quiere convencerte con flores, palabras y adornos de lo mucho que te quiere, muy probablemente se deba a que no está dispuesto a hacer lo necesario para demostrártelo por medio de acciones.

Ya ya, no se puede generalizar, es su punto de vista, su concepto, su propia idea del como demostrar amor, su propia forma de hacerlo, pero saben que? yo lo creo y lo tomé como una regla, las flores son hermosas, me gusta tener flores naturales en casa cada vez que puedo, cambian el ambiente de una forma impresionante (aunque no soy la más indicada para cuidarlas cuando se trata de plantitas completas), únicamente dos veces en mi vida me han regalado flores (ojo! semáforos y bares no cuentan) las primeras cuando cumplí veinte años y ese cuate... pues qué les digo? confirmó la teoría de mi Padre y las segundas cuando mi hija nació y eso porque mi Madre bajo amenaza de muerte a mi marido lo obligó a ir a comprar un ramote que yo pudiera ver cuando despertara.

Sí, son lindas las flores, me encantan (no las rosas rojas por cierto) pero si hay que elegir, prefiero una llamada para saber como estoy, una sonrisa de apoyo cuando es evidente que la necesito, un abrazo que me haga estremecer cuando las palabras sobran, una carcajada abierta por una tontería que se me ocurrió, un cómodo silencio aderezado de cuando en cuando por miradas y sonrisas cruzadas, una callada forma de demostrar amor.

Ah! casi lo olvido, aquella primera cita no me entregó un ramo de flores y aunque las cosas no salieron como se esperaban, hoy después de dieciocho años puedo sin duda contarlo entre mis amigos.

Y bueno, yo que sé, "mi Padre y sus ideas" podría decir, lo cierto es que cuando mi hija entre a su etapa adolescente y salga por primera vez con un muchachito con intenciones románticas, seguramente le advertiré: "Si te regala flores, no confíes en él"...

4 comentarios:

  1. Hahahaha... ¿Porqué no la conocí antes, doña? Pero más importante que eso... ¿porqué no me contó esto antes? Sabe... me hubiera ahorrado un poco de tiempo de haberlo sabido antes... Pero ¡hey! Ya sé, no cuenta... pero yo me gasto hasta lo que no tengo para darles a las personas que más quiero, así que conmigo no aplica la regla xD
    En fin, para la próxima (en caso de que haya) tomaré encuenta lo de las flores, a ver si por una vez me topo a alguien que valga la pena =P
    Saludoxxx

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  2. "Lo que se siente se demuestra"
    más cierto no puede ser, me lo dijeron hace años y recién lo entendí... a veces es más fácil comprar algo para que la persona "sepa" que la queremos, porque demostrarlo con acciones a veces es más complejo.

    La verdad no suelo confiar mucho en las personas, pero gracias al cielo si me sé dar cuenta cuando alguien finge algo que no siente en realidad, una vez que lo pasas deja de ser díficil entenderlo...

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  3. ¿Pues depende no?
    Curiosamente, quien ha recibido más flores de parte mía, terminó por irse... pero creo que depende.




    Creo.

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  4. De acuerdo ahora estoy pasando un mal momento con mi pareja y con flores quiere convencerme que cambiara mmmm es de pensarse en muchos años no ha cambiado con un ramo de rosas si?

    jejeje

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