jueves, 1 de julio de 2010

Apeligramos ganar…

Imagen 196blog

Hay muchas frases de esas que se topa uno en revistas maravillosas como el Selecciones o en las páginas estilo frasecélebre.com que dicen cosas como:

“El hombre no tiene peor enemigo que él mismo”-Cicerón

Les aseguro que la mayoría, leemos y asentimos…a este respecto quiero contarles algo, probablemente lo cite mal porque no lo recuerdo con claridad, pero el punto es que durante la lucha de la izquierda Uruguaya por llegar al poder, después de años de intentos, cuando por fin estaban cerca de ponerse a la cabeza del país, un hombre sencillo dijo: “Apeligramos ganar”.

Esa frase se quedó muy grabada en la cabeza porque durante mucho tiempo, quizás debiera decir que aún ahora, el éxito en cualquier ámbito me produce un pánico casi indescriptible y estoy convencida de que no soy la única loca que lo siente, por eso me gusta la anécdota porque aquel hombre con toda su sencillez, expresó de forma clara y contundente el sentimiento que lo inundaba, que inundaba a toda la izquierda del país en ese momento, que inunda a todos los que en determinado momento nos vemos cerca de alcanzar una meta.

El ejemplo más claro que puedo compartirles de mi vida personal, ocurrió cuando estudiaba en la Universidad Autónoma de Aguascalientes, hicimos una muestra de comunicación y dos estudiantes del primer semestre debíamos dar una plática describiendo los diferentes modelos de comunicación y el porcentaje en el que lo que comunicamos es verbal o no verbal, en fin, recuerdo que nos impusieron a una compañera (que a decir verdad en este momento no recuerdo quien era) y a mi, representar al grupo, la UAA es una Universidad grande, muchos estudiantes y muchos Papás, así que el día del evento, el Auditorio Dr. Pedro de Alba estaba a reventar, no sé el cupo debe ser de entre 200 o 300 personas, el caso es que tras bambalinas, desde mi perspectiva, era una multitud a la que nunca me había enfrentado, de pronto, me costaba trabajo respirar profundo, como si al querer hacerlo hubiera otra cosa ocupando mi pecho y el aire no encontrara lugar, no estaba temblando pero me frotaba las manos incesantemente y caminaba de un lugar a otro, pensé que iba a desmayarme cuando dijeron nuestros nombres y salimos a hacer la presentación… ufa!! nunca me sentí tan bien, la gente escuchaba lo que yo decía (o al menos esa era mi percepción), conseguí moverme con seguridad por el espacio, lograr una sincronía perfecta con la aparición de las imágenes en la pantalla, el tono exacto que mi voz requería y las inflexiones que daban a mi discurso el efecto deseado. Al terminar, el público por supuesto aplaudió, agradecí y salí del escenario, ahí si que casi me muero, me temblaban las piernas y todo me daba vueltas, pasé el resto del evento recobrando el aliento detrás del escenario y cuando por fin salí, me encontré con abrazos, felicitaciones y buenos deseos…que sentimiento!!

Después a lo largo de mi experiencia profesional, he tenido la fortuna de encontrarme frente a momentos similares…y siempre es igual, el impedimento para respirar profundo, las manos frotándose, camino como loca, salgo, ejecuto y luego desfallezco, después, de nuevo el reconocimiento…y lo seguiré haciendo, una y otra vez, las veces que me sea posible, porque he descubierto que más allá de la respuesta que logro obtener del público en cuestión, más allá de las posteriores felicitaciones y los aplausos…lo que verdaderamente disfruto es encontrarme con mi propia capacidad de dar un paso al frente.

Ya sé! ni me digan, varios a estas alturas de la entrada deben estar pensando cosas como: “ay, esta arrogante, echándose porras y hablando de sí misma y de los que considera sus grandes logros”. A menudo hablo de que nos educaron para pensar que es equivocado celebrar nuestros propios éxitos, pero ese ya será tema de otra entrada, de momento los invito a romper ese paradigma y seguir leyendo.

A ver si consigo explicarme mejor: cuando empiezan la ansiedad y la dificultad para respirar y todo eso, hay una vocecita que me dice: alto! hazte la enferma, pídele a alguien que lo haga por ti, desmáyate, finge que tienes que salir de emergencia en fin, cualquier cantidad de cosas como si tuviera en uno de mis hombros al diablito y en el otro al angelito de las caricaturas y siempre, llegado el momento, hay un impulso más fuerte que me hace dar un paso adelante y decir: va! y que salga lo que tenga que salir.

Y eso es simplemente un ejemplo, un ámbito, una circunstancia, me ha pasado con todo, cuando asisto a una cita para conseguir un cliente, cuando emprendo un negocio, cuando salgo con alguien, incluso cuando mi hija participa en algún evento, este pavor inexplicable y absurdo de que las cosas salgan no solo bien sino extraordinariamente bien, me pasma.

Les ha pasado o es este un soliloquio que sólo comparte conmigo aquel hombre sencillo del Uruguay? en todo caso, si les ha ocurrido y por cualquiera que sea la razón se han quedado pasmados, si como yo, han estado tentados a autosabotearse y ceder ante obstáculos inexistentes colocados por ustedes mismos, los invito a hacerse esta pregunta: Que triunfo puede ser más grande que el de vencer nuestros propios miedos?

Apeligramos ganar…corramos el riesgo entonces, vale la pena, adelante!

4 comentarios:

  1. Muy buena entrada, no me parece que decir la verdad sea arrogancia. Espero sigas venciendo tus miedos, que por todo lo que haces, deben ser ya muy pocos.

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  2. Me gusto, siempre he dicho que esta cultura de la falsa modestia nos deja en la mediocridad y el ya merito!!
    Por cierto me acordé de mi post donde hablo del autosabotaje, nomás que por otras razones..
    Saludos
    pamiparras

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  3. Poca gente conozco que sea capaz de ser la mejor en lo que hace, menos aún que se sienta bien por ello. Mientras no se acepte el éxito propio, desde uno mismo, no se disfruta como es debido. Gente con humildad mal entendida ya hay mucha!

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  4. Para nada es arrogancia, doña, es algo muy bueno que tiene y comparte con nosotros.
    A mí me ha pasado también, en concursos de la escuela, en cada tocada cuando tenía mi banda en la prepa e incluso en el congreso al que hace poco fui.
    Sí, tenía ganas de salir corriendo y dejar que alguien más hiciera mi parte, pero al final salir y quedarte con la satisfacción de que llevaste y dejaste algo tuyo ahi enfrente, es lo mejor.
    Siga siendo tan grande como hasta ahora, doña ^^
    Saludoxxx

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