miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nada nuevo...

Hay un punto en la vida en el que nos damos cuenta de que día a día nos repetimos, en el sentimiento ya experimentado, la respuesta conocida, el lugar común y en ello basamos tanto nuestras acciones como nuestros miedos.

Será así? que no enfrentamos nada nuevo, que la vida misma se repite?. Nos conocemos tan al dedillo cómo para saber como reaccionaremos ante determinandas cosas?. Las situaciones que se nos presentan en efecto, no, no son nuevas, quizás diferentes y entonces los nuevos podemos ser nosotros, los que reaccionen de forma inesperada aún para nosotros mismos.

Sería interesante perder la calma en aquello que contenemos y guardarla en lo que de forma acostumbrada seguimos nuestros impulsos, a ver que pasa.

Y quizás al hacerlo, tampoco haya nada nuevo...

3 comentarios:

  1. Su texto, querida Mala Calaña, ahora me hace pensar en la capacidad de asombro. Creo que esta capacidad nos permite ver lo nuevo en lo que parece que nomás se repite. Saber asombrarnos. No es algo natural, es algo que se adquiere con mucha práctica. Hay que poner voluntad para ello. De nuevo, clara su prosa, bien hilado su argumento, un placer reflexionar de este modo con usted. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. La realidad es como Medusa, si la miramos directamente y sin filtros, nos petrifica a través de la cotidianeidad. Creo que es una perfecta metáfora de lo que nos pasa a todos a veces, y que refleja en lo que escribió. Mirémosla a través de un escudo de Perseo, para algunos es el arte, para otros la filosofía, etc., para poder pasar por encima de ella. Un saludo muy grande.

    ResponderEliminar
  3. El crecimiento de la persona humana es un espiral ascendente, recurrentemente enfrentamos las mismas circunstancias, pero siempre en un diferente nivel de conciencia. El reconocer nuestras emociones y la forma en que las asumimos, nos permitirá evitar contenerlas y así dejarlas fluir (debemos recordar que las emociones, al igual que el agua, al estancarse se corrompen y son un foco de descomposición). De tal manera que aún cuando los acontecimientos se repitan, nosotros seremos diferentes, impredecibles, en un proceso de constante renovación.
    Ahora entiendo las palabras de Séneca "Conócete a tí mismo".

    ResponderEliminar